El rebobinador

Tres paseos de Richard Long

A mediados de la década de los sesenta, y a lo largo de numerosas excusiones en bici, Richard Long exploró los paisajes del sur de Inglaterra, el lugar en el que se crío (había nacido en Bristol en 1945). Su vegetación y su clima terminarían por convertirse en elementos determinantes de su concepción artística cuando, poco después, maduró la idea de crear esculturas en el paisaje con medios simples y nada convencionales.

Con el nombre de Snowball track bautizó la línea trazada por una bola de nieve al rodar sobre un suelo de hierba ligeramente nevado y, en 1967, se sirvió de las características topográficas y morfológicas del terreno para crear Turf Circle Ireland 1967, una pequeña circunferencia abierta a palazos sobre un suelo de turba.

Repasamos tres de sus proyectos nacidos del caminar:

A LINE MADE BY WALKING, ENGLAND 1967

Justo ese año inició sus caminatas, que aún hoy forman parte de su arte. Una de sus primeras esculturas, y uno de sus proyectos más celebrados, lo creó al recorrer varias veces un mismo trecho sobre un prado. En un breve espacio de tiempo, fue visible una línea formada por las hojas de hierba que pisoteó y que, con mucha propiedad y sencillez, llamó A line made by walking England 1967.

Richard Long. A line made by walking England 1967
Richard Long. A line made by walking England 1967

Recurrió al medio fotográfico, y así lo ha hecho desde entonces, para registrar y exponer sus actividades: sus imágenes son siempre tomas sencillas y directas que, sin embargo, abarcan más que la simple representación. El trayecto lineal que se pierde en el fondo de las fotografías de A line made by walking England 1967 divide las instantáneas en casi dos mitades simétricas y potencia así el contraste entre la línea y el prado y los árboles circundantes.

El esquema compositivo, sencillo y prácticamente geométrico, y el claroscuro posibilitado por el blanco y negro, así como una cierta indefinición en el trasfondo de la imagen, subrayan la calidad gráfica del tema y resaltan el contraste entre la estructura lineal y el aspecto granuloso y mate del papel fotográfico.

En los años siguientes, Long retomó las caminatas en línea recta sobre un paisaje en distintas variaciones. Superpuso para ello distintos niveles gráficos: mapas, fotos, líneas dibujadas e incluso texto. En A Ten Mile Walk England 1968, por ejemplotrazó una línea recta sobre el mapa del altiplano de Exmoor y escribió Start en un extremo de la línea. El trazo resalta por encima del conglomerado de curvas de nivel, senderos y caminos del plano topográfico: señaló una huella de la excursión, acometida como línea recta, pero que, a causa de las características del terreno, pierde esa rectitud ideal.

En otra obra, anotó, bajo la fotografía de dos hileras secantes de piedras que él mismo había dispuesto sobre el lecho casi seco de un río, fragmentos de la canción I walk the line de Johnny Cash, caracterizada, como sabéis, por su ritmo.

Desde hace medio siglo, Long camina por tramos trazados de antemano o por formas geométricas sencillas, y ha recorrido numerosísimos parajes, atravesando cordilleras y ciénagas o siguiendo el curso de arroyos en Inglaterra, Escocia, Alaska, Bolivia, Nepal o España. Siempre opta por la simplicidad de medios y se obliga a cuidar exquisitamente la naturaleza: Me valgo de ella con respeto y libertad. Empleo materiales, ideas, movimiento y tiempo para expresar la concepción completa de mi arte en el mundo.

A LINE IN THE HIMALAYAS, 1975

Admite Long que le gusta la simplicidad de caminar tanto como la de las piedras: Me gustan los materiales comunes, cualquier cosa que esté disponible, pero especialmente las piedras (…). Me gusta pensar que el mundo está hecho de piedras.

Si lo pensamos, hay pocos materiales tan presentes en las artes plásticas. Por su firmeza y solidez, habla por sí solo; es expresión y testigo de la historia natural y está ligada a los procesos geológicos. Long juega con esa inmutabilidad y con su carácter primigenio cuando recoge rocas que encuentra en los parajes que recorre, y forma con ellas líneas, cruces o círculos.

La mayoría de esas piedras permanecen en el lugar en que las halló, como señal simbólica de la presencia del artista y de su reacción directa ante el emplazamiento y las sensaciones acumuladas en la marcha. La hora del día, la climatología y la ubicación tienen el mismo valor en estos trabajos que el peso, la forma y el color de los guijarros, en cuya ordenación formal también incide el estado físico de Long en la excursión.

El resultado de estas obras lo recoge en fotografías: Lo único que hago es dar un paso atrás, sacar la cámara e intentar enfocar bien. Pese a que es necesario obtener una buena fotografía, esta debe ser tan sencilla como sea posible para que cuando la gente la vea no se sienta distraída por grandes angulares o por cualquier otro efecto especial. Puesto que mi arte es muy simple y directo, considero que las fotografías deben ser igualmente simples y directas. Fotografía en blanco y negro y en color y monta las imágenes sobre cartulina blanca, con acotaciones manuscritas en las que incorpora título, lugar y fecha de la excursión. Esas obras fototextuales, como Stopping Place Stones (1974), se exponen siempre en un muy sencillo marco marrón.

Sin embargo, las líneas de la imagen fotográfica poseen una densidad gráfica característica. En A line in the Himalayas 1975, se trata de una línea de piedras pequeñas y blancas que se extiende, estrecha y casi frágil, como una pincelada sobre un terreno pedregoso al pie de cumbres nevadas. Los tonos azules y grises, y esa línea fina, que parece fortuita, revelan la altitud y el frío del lugar, la falta de aire y el agotamiento del caminante/artista.

Long ha trabajado más veces de forma parecida: A line in Ireland 1974 consiste en una hilera de piedras grises que, sobre el terreno rocoso y desigual de un paisaje austero, parece una concentración de guijarros momentánea. También operó así en Australia, en 1977.

Richard Long: Mi obra no es urbana ni romántica. Es la ubicación de ideas modernas en el único lugar practicable capaz de acogerlas.

Richard Long. A Line in the Himalayas 1975
Richard Long. A line in the Himalayas 1975

A LINE OF 682 STONES

Una de las razones por las que los asiduos a la Bienal de Venecia de una cierta edad recuerdan para bien la edición de 1976 se debe a que, en aquella ocasión, la cita se abrió a nuevas concepciones de la escultura y de la práctica artística, en general. Germano Celant, su comisario entonces, optó por escoger como tema el Ambient Art: la configuración y estructuración del espacio por medio del arte; se pretendía dejar de mostrar piezas artísticas autónomas en espacios neutrales para presentar “situaciones”.

Long expuso en el Pabellón británico tres líneas paralelas formadas por un total de 682 piedras que se extendían sobre el suelo de varias salas del edificio. Formaban un rectángulo, pero era invisible en su conjunto porque paredes y pasillos impedían al público contemplarlo al completo, solo podían divisarse fragmentos. Así, cualquier fotografía transmite solo una impresión incompleta del proyecto.

El espectador estaba obligado a recorrer el trazado de la línea, atravesar las salas y saltar sobre las piedras para capturar, en el propio movimiento, el aspecto artístico de la caminata, lo que implicaba la recogida de las piedras y su instalación.

Long siempre ha subrayado su interés por la confrontación inmediata del espectador con las piedras concretas y tangibles dispuestas en el suelo de la sala de exposiciones. Rechaza toda interpretación de su obra que la presente como un regreso romántico a la naturaleza o una crítica cultural pesimista, porque el significado imaginativo de sus esculturas solo puede aplicarse al lugar donde se exhiben o presentan: Mi obra es real, ni conceptual ni ilusoria. Habla de piedras reales, de tiempo real, de acciones reales. Mi obra no es urbana ni romántica. Es la ubicación de ideas modernas en el único lugar practicable capaz de acogerlas. El mundo natural sustenta el mundo industrial. Me valgo del mundo tal y como aparece ante mí.

Si queréis saber más sobre Land Art, sobre sus representantes femeninas o sobre Robert Smithson, podéis rebobinar aquí.

Richard Long. A line of 682 stones
Richard Long. A line of 682 stones

 

Comentarios