Fichados

Héctor Hernández Rosas

Héctor Hernández RosasNOMBRE: Héctor

APELLIDOS: Hernández Rosas

LUGAR DE NACIMIENTO: Castellón de la Plana

FECHA DE NACIMIENTO: 1988

PROFESIÓN: Artista

 

Hasta el pasado marzo presentó su trabajo en la Sala El Episcopio de Ávila, hasta hace solo unos días formó parte de “Futuro presente”, la exhibición comisariada por Semíramis González en la Sala Amadís del INJUVE y también ha participado en colectivas en el Centro de Arte Complutense, la Casa de Velázquez o el Palacio del Obispo Vellosillo en Segovia. Pero nuestro último fichado, Héctor Hernández Rosas, viene gestando su carrera curso a curso y residencia a residencia, formándose y exponiendo tanto en España (INTRANSIT, Process Room, Residencia en la Casa de Velázquez, Prácticas Artísticas, Ecológicas y Colaborativas en Espacios Marginales del CA2M) como en el extranjero. El año pasado protagonizó individual en Enschede (Holanda), como fruto de su residencia ARE HOLLAND; también obtuvo la Residencia Leveld Kunstnartun en esa ciudad noruega, expuso en Al Kulturhus en el mismo país y fue finalista en la convocatoria mexicana Lumínico.

Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense, ha realizado un Máster en Investigación en Arte y Creación en esta misma Universidad y en ella también forma parte del grupo de investigación Arte y cambio climático. Climatologías del planeta y la consciencia.

Currículum al margen, precisamente el planeta y su naturaleza es, desde sus comienzos, el asunto dominante en la producción de Héctor, que ha desarrollado tanto utilizando materiales tomados del paisaje como a través de intervenciones sobre el terreno: Al iniciar mis estudios me interesé por la escultura y los materiales naturales. Esto me llevó enseguida a realizar obras de land art e intervenciones en el paisaje y a la necesidad de su registro mediante fotografía y/o vídeo. Actualmente mi práctica artística surge del contacto y la experiencia vital con el territorio centrándome en el sentido de conexión y de vinculación emocional con el paisaje.

Héctor Hernández Rosas. One-night-hut for friluftsliv
Héctor Hernández Rosas. One-night-hut for friluftsliv

Analizando hasta qué punto la naturaleza forma parte de nuestra base sentimental y de si como tal elemento emocional continuamos explorándola, Héctor ha indagado en las tesis de los estudiosos de las llamadas “teorías del lugar”, no las ligadas a la audición y a la percepción del tono sino las que estudian en qué medida nuestro entorno incide en nuestra existencia y nuestra personalidad. Cita entre sus influencias la Hipotesis de la Biofilia desarrollada por Edward O. Wilson, Topofilia, de Yi Fu Tuan, o Antropología del paisaje de Tetsuro Watsuji. Cuenta que sirven para, desde una perspectiva amplia, comprender la existencia humana desde las conexiones emocionales con la espacialidad y la territorialidad. Para los no iniciados, una introducción breve: Wilson acuñó el concepto de biodiversidad y en sus textos conjugó conciencia humanista y ecología; Yi Fu Tuan es un geógrafo chino que ha hecho inseparables las nociones de espacio y de movimiento y también ha ligado geografía y humanismo y el poeta y filósofo japonés Tetsuro Watsuji, en la obra que Héctor nos menciona, estudió los nexos entre cultura y clima.

Héctor Hernández Rosas. Fallen trees. When trees speak
Héctor Hernández Rosas. Fallen trees. When trees speak

Partiendo del estudio y de la observación, la obra de Héctor profundiza en cómo ha evolucionado nuestra relación con la naturaleza y plantea cómo, a pesar de nuestro distanciamiento (ese que ha llevado a que cada vez más hablemos de humanidad y paisaje como polos opuestos), aquella continúa haciéndose presente en nuestra psicología: Partiendo de la dicotomía naturaleza versus ser humano, que desde hace siglos viene arraigándose en el imaginario colectivo desde una visión antropocéntrica que nos ha desvinculado del territorio, me interesa cuestionar los modos de relacionarse con el paisaje y las construcciones culturales que canalizan dichas sensaciones y experiencias, conformando la realidad individual y social, su sistema de actitudes y valores.

Héctor Hernández Rosas. Bibliofilia. La cabaña como puente. Gökotta (o despertarse temprano en la mañana con el propósito de escuchar a los pájaros cantar)
Héctor Hernández Rosas. Biofilia. La cabaña como puente. Gökotta (o despertarse temprano en la mañana con el propósito de escuchar a los pájaros cantar)
Héctor Hernández Rosas. Biofilia. Pulso de la tierra
Héctor Hernández Rosas. Biofilia. Pulso de la tierra

En lo formal, los intereses de este artista tienen que ver con nuestra comprensión y percepción del todo y de la parte, y los ha plasmado en formatos diversos: Me interesan las cuestiones poéticas y metalingüísticas y las problemáticas de fragmentación, reducción y compresión de la experiencia fenomenológica a través de la representación y del lenguaje. Mi obra se deriva hacia la instalación escultórica, que se entrelaza con la fotografía, el sonido o el video, utilizando lo climático, lo vulnerable, lo sutil, el tiempo lento o la narración suspendida como poética de los recorridos externos en el territorio, de los recorridos internos personales y de los medios de registro y representación. Me permite generar un espacio sensorial, introspectivo y de autocuestionamiento. Llega Héctor a la captación de lo interno partiendo de lo externo, haciéndonos contemplar nuestra psicología como paisaje y el paisaje como cartografía de emociones.

Entre sus referentes encontramos artistas vinculados al Land Art y al Arte Povera, fotógrafos y cineastas que han explorado las múltiples maneras de mirar un paisaje y creadores que subrayan en sus trabajos la importancia de las prácticas sostenibles. Nos cita a Olafur Eliasson, Andy Goldsworthy, Richard Long, Giuseppe Penone, Javier Vallhonrat, Thomas Struth, Simone Nieweg, James Benning y Andrei Tarkovsky, entre otros. Además hay dos agricultores: Masanobu Fukuoka y Sepp Holzer, que revolucionaron los modos de hacer agricultura y de entender y leer el paisaje y han marcado fuertemente mi acercamiento al territorio.

Hemos querido saber más sobre ellos: Fukuoka, edafólogo de formación, investigó sobre métodos de cultivo alternativos a los habituales hoy que permitieran tanto preservar las características del terreno como ahorrar trabajo a los agricultores (echad un ojo a su Método Fukuoka) y el agricultor austriaco Holzer, apodado el rebelde agrario, también ha abogado por una agricultura sostenible y ecológica (haciendo frente en el camino a múltiples multas).

Héctor Hernández Rosas. In-walking. Friluftsliv (or how to become climate)
Héctor Hernández Rosas. In-walking. Friluftsliv (or how to become climate)

De su trayectoria, aún breve pero provechosa como los campos de Holzer, Héctor destaca dos proyectos: Friluftsliv (or how to become climate) y When trees speak. El primero lo llevó a cabo durante tres meses en las montañas que rodean la ciudad noruega de Leveld. Nos lo explica: Friluftsliv puede traducirse del noruego como “vida al aire libre”, pero las connotaciones culturales que implica van más allá de una traducción literal, utilizándose para describir una filosofía de vida que explora y aprecia la naturaleza a través de la experiencia directa, de una manera sencilla y sin complicaciones; sirve como eje que define las estrategias del proyecto. Partiendo de un modelo documental, me interesa confrontar la idea de cómo la naturaleza -y especialmente lo climático- nos transforma, con la de cómo las construcciones culturales condicionan nuestra experiencia. La presencia en estos entornos de montaña me permite remarcar el carácter integrador y de pertenencia con el lugar a través de huellas y fragmentos de una vinculación táctil, física y emocional.

El proyecto Friluftsliv está formado por cinco series: One-night huts for friluftsliv, compuesta por fotografías que documentan las cabañas que construyo con los materiales encontrados en los alrededores para dormir durante una noche tras un recorrido no preestablecido ni fijado con precisión de varias horas; In-walking, una serie fotográfica sobre la idea de acercamiento-alejamiento, la dialéctica del interior-exterior que registra la experiencia del caminar a través de la huella (en Noruega no se habla de salir a la naturaleza, sino que se parte de la noción de estar dentro de ella); T0, compuesta por tres piezas de ámbitos lingüísticos diferentes -el visual, el sonoro y el textual- que, a partir del recorrido desde Ustaoset a Tvergastein y de la cabaña del filósofo noruego Arne Naess, nos enfrentan a la necesidad de registro y de control, de objetividad y precisión, frente a lo indecible y el vacío al que nos sumerge toda representación de la experiencia, y Becoming climate, vídeos en los que factores climáticos y ambientales permiten sumergirse en una contemplación del ritmo y de las respiraciones de la naturaleza.

 

Esta propuesta en su conjunto se materializó además en un libro-fanzine que contaba con 57 pequeños poemas aptos para llevar en el bolsillo y consultar o releer a placer. No es el único libro del que Héctor es autor: hace muy poquito, el 26 de mayo, presentó en la Facultad de Bellas Artes de la Complutense Biofilia. El clima como experiencia artística.

Héctor Hernández Rosas. T0. Friluftsliv (or how to become climate)
Héctor Hernández Rosas. T0. Friluftsliv (or how to become climate)

De tres series consta When trees speak, una nueva reflexión sobre las posibilidades de alcanzar, más que cercanía, intimidad con la naturaleza: está integrada por dos videocreaciones, una instalación sonora y una serie fotográfica, y se sirve del árbol como eje –y línea- para establecer una experiencia fenomenológica, una escucha sensorial y atenta en la que ofrecer la oportunidad de sumergirse en el bosque –como en el medio audiovisual- para reconectarse con la temporalidad de los árboles y establecer un momento de vinculación íntima. A través de una mirada metalingüística, sutil y poética del tiempo lento, y de una narración suspendida, se cuestionan los límites del lenguaje audiovisual para difuminar y abandonar la percepción habitual de distinción entre persona y escenario. Esa visión antropocéntrica que nos hace mantener una distancia con el territorio que no nos deja sumergirnos en las sensaciones corporales de la realidad que nos rodea. (Os aconsejamos escuchar estos vídeos con auriculares, para sumergiros en esas sensaciones mejor).

 

Preguntamos a Héctor qué será lo próximo: Actualmente estoy realizando la residencia “El ranchito Madrid-Sudáfrica y Nigeria”, en Matadero Madrid, que se complementará con una residencia en la Nirox Foundation, Sudáfrica, realizando mi nuevo proyecto “The promised land”. El día 16 de junio habrá un exposición pública de puertas abiertas sobre el proceso de trabajo en la Nave 16 de Matadero Madrid.

Para tratar de contemplar la naturaleza con los ojos de quien mira a la familia, y para conocer mejor el trabajo de Héctor Hernández, podéis pasar por su web: www.hectorhernandez.net

 

 

 

 

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