NOMBRE: Federico
APELLIDOS: Granell
LUGAR DE NACIMIENTO: Cangas del Narcea, Asturias
FECHA DE NACIMIENTO: 1974
PROFESIÓN: Artista
Federico Granell viene participando en numerosas muestras individuales y colectivas desde finales de los noventa y es muy posible que a muchos su obra no os pasase desapercibida en la última edición de JustMad. Nos hizo recordar que sería un perfecto fichado su última exposición en la Galería gijonesa Gema Llamazares, “La vida imaginada”, de la que podemos disfrutar hasta el 15 de julio.
Federico, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca en 1999, en la especialidad de Diseño y Audiovisuales, y formado luego en Milán y Roma, inició su carrera, como decimos, hace más de una década, y aunque la pintura ha sido su medio de expresión más habitual, también ha trabajado en los campos de la escultura, la fotografía, el dibujo, el grabado o la videoinstalación, en sus palabras, siempre con el ánimo de dar rienda suelta a mis inquietudes y explorar tantos medios como me sea posible dependiendo de la idea que me preocupe en ese momento.
Individuo, memoria y nostalgia son las notas en común de su producción: las figuras humanas suelen encontrarse solas o ensimismadas, en escenarios que a veces destacan por su frialdad y otras por su atmósfera de melancolía o por los misterios, quizá trascendentes, que parecen guardar: aeropuertos, glaciares helados, bosques en la noche, mansiones abandonadas, cementerios…todos estos espacios me han servido para enmarcar la experiencia de unos personajes sobre los que, en todo caso, evito dar demasiadas pistas.
Hablando de experiencias, el pasado también se hace “presente” en las obras de Granell, que ha reflexionado a menudo en torno al olvido y el recuerdo, la lucha contra el primero y por la pervivencia del segundo. Como quien encontraba belleza en las ruinas, este artista asturiano halla razones para la admiración y el embeleso en objetos extraídos de los tiempos que no volverán, muchas veces inservibles y de un aura decadente, como las tablas de cerámica y maderas extraídas de la antigua fábrica de loza de San Claudio, en Oviedo, que ha utilizado para representar su visión de las escenas cotidianas de una familia alemana de la etapa de entreguerras en “La vida imaginada”. Este proyecto nos acerca a un pasado que llega así hacia nosotros por partida doble -en fondo y forma- y que no nos resulta nunca anacrónico porque remite, en definitiva, al discurrir cíclico del tiempo en el que todos estamos inmersos.
Federico nos explica cómo preparó esta muestra: Gracias a un álbum de fotos vacío, comprado en un mercadillo de París, con unas pocas líneas y referencias a fechas y ciudades alemanas, escritas con una preciosa caligrafía que invitaba a crear una historia, y sirviéndome de una serie de fotos rescatadas de distintos álbumes antiguos, he explorado las posibilidades de crear todo un mundo a partir de los huecos que esas fotos habían dejado en el álbum, inventarme un pasado familiar un tanto idílico para un momento complejo de la Historia, la Alemania de entreguerras. Hans es el niño protagonista de la historia, al que acompaña su familia y amigos en un entorno bucólico dejando el relato abierto a múltiples interpretaciones. Encontramos el pasado puesto en valor y devuelto a la vida, una llamada de atención sobre las increíbles pérdidas que ocasionaría el olvido, la desatención a la memoria. La nostalgia de las obras de Granell tiene algo de reivindicativo.
Esta muestra de Gema Llamazares enlaza con la que el año pasado presentó en la Galería Utopia Parkway, “Los últimos veranos”, en la que sus delicadas pinturas ponían de relieve el valor de la arquitectura industrial y civil asturiana ya abandonada. El artista la reinterpreta desde su óptica contemporánea pero envolviéndose en la melancolía, el silencio que transmiten los lugares solitarios. Aquellas obras, además de colocarnos frente a un momento detenido en el transcurrir de un tiempo que nos resulta devastador, nos invitaban a contemplarlas despacio, tomando una pausa que mitigue, aunque sea en pequeña medida, los efectos del reloj.
Hemos preguntado a Granell por sus referencias, y sí, encontramos entre ellas a artistas que nos enseñaron con maestría el poder hipnótico de los personajes aislados y concentrados en sí mismos. Nos cita a Friedrich, Hopper, Hockney, Degas, Millet, Monet, Puvis de Chavannes, Turner y Balthus, entre los pintores, y a Juan Muñoz, Bernardí Roig y George Segal entre los escultores.
Además de en Gema Llamazares y en Utopía Parkway, este artista ha mostrado su trabajo hasta ahora, en proyectos individuales o colectivos, en la Sala Borrón, la Sala Murillo o el Teatro Campoamor de Oviedo, Tinglado 1 (Tarragona), la Galerie Nivet-Carzon de París, la Sala El Brocense de Cáceres, el Museo Barjola, la Bienal de Estambul, LABoral, la Galería Jordi Barnadas o la Feria ESTAMPA. Sus obras forman parte de los fondos del Museo de Bellas Artes de Asturias, la Junta del Principado, DKV, la Colección Masaveu, Cajastur, El Corte Inglés, la Diputación de Cáceres, el Colegio de Abogados de Oviedo, Reny Picot, la Fundación Alvargonzález o el Ayuntamiento de Cudillero.
Podéis conocerlo mejor en su web www.federicogranell.com y seguir sus pasos (también sus gustos musicales) en el blog Federicogranell.blogspot.com.es