Entre Cecilia de Val y el desamparo

Cecilia de Val. La Pesanteur

La problemática del hombre se replantea cada vez que parece rescindirse el pacto primero entre el mundo y el ser humano en tiempos en que el ser humano parece encontrarse en el mundo como un extranjero solitario y desamparado. Lo dijo Martin Buber y las palabras de este filósofo humanista han inspirado uno de los más recientes proyectos de la fotógrafa zaragozana Cecilia de Val.

Lleva por título La Pesanteur, se presenta en la Galería Cámara Oscura dentro del programa del festival Off de PHotoEspaña y se compone de retratos de hombres y mujeres excluidos en actitud reflexiva y ubicados muchas veces en paisajes periféricos. Transmiten una intensa sensación de desamparo, de distanciamiento respecto al entorno social y de malestar, de gravedad espiritual.

Estas imágenes se acompañan de paisajes de nubes, campos de nieve, ríos o niebla en los que incorpora enigmáticas cabelleras y proyecta la negritud de las emociones de las personas retratadas en el resto de las piezas: incertidumbre, desorden, desconcierto.

No existe en las fotografías de la aragonesa continuidad narrativa ni fuera de campo: el único objetivo de estas obras es hacer imagen cuidando al máximo la expresividad y la composición. Se aleja de la captación sin artificio de la naturaleza para articular en torno a ella una reflexión creada por la artista desde la distancia, nunca dada de antemano.

Al modo de los filmes de David Lynch, las imágenes de Cecilia de Val nos sitúan ante espacios ambiguos y ambientes muy personales e incorporan conflictos latentes desde niveles profundos.

En otras ocasiones, esta artista se ha autorretratado como una heroína moderna. La literatura, el cine de ciencia ficción, el cómic y la pintura han sido sus fuentes de inspiración a la hora de imaginar escenografías donde plantea cuestiones referidas a la identidad del individuo dejando espacio para múltiples interpretaciones y cuidando al máximo la pre y la postproducción, el vestuario y el atrezzo. No hay sitio para la improvisación.

En su obra abundan bosques encantados o arquitecturas periféricas de aire onírico. En 2009, De Val recibió el primer premio de fotografía en la Feria Estampa y el de Creación de la Fundación García Jiménez.

Cámara Oscura la representa junto a Spectrum Sotos.