Cuando Erwitt no salió de Cuba

El Jardín Botánico dedica muestras al francés y a Peter Fraser

Madrid,
Elliott Erwitt en el Pabellón Villanueva. Real Jardín Botánico-CSIC
Elliott Erwitt en el Pabellón Villanueva. Real Jardín Botánico-CSIC

La primera vez que Elliott Erwitt visitó y fotografió Cuba fue en 1964, cuando tenía 36 años y la revista Newsweek le encargó seguir los pasos a Fidel Castro y el Che Guevara; la última tuvo lugar más de medio siglo después, en 2015, con motivo de la presentación del proyecto de fotografía documental Havana Club 7 Fellowship, que ha organizado el propio artista y que tiene como fin conceder anualmente una beca a un fotógrafo para que visite este país y desarrolle allí una línea de trabajo específica que refleje su visión de la sociedad cubana.

Entre una y otra visitas a Cuba, Erwitt se convirtió en un fotógrafo genial capaz de hacer humor y poesía con sus imágenes; de retratar la intimidad presente en momentos frescos y fugaces de celebridades como Capote y Marilyn Monroe o de registrar instantes históricos como la reunión de Khrushchev y Nixon en Moscú o a Kennedy en el Despacho Oval.

Había nacido en París, en 1928, pero siendo aún un niño se trasladó a Estados Unidos y en sus inicios como fotógrafo se dejó influir por Edward Steichen y Roy Stryker. En su juventud, encontró en Robert Capa a uno de sus más fervientes defensores: con él compartió estudio durante un tiempo, él lo enroló en Magnum en 1953, y con el tiempo, Erwitt no solo fue miembro de la agencia, también su director en más de una ocasión. Antes, con solo 23 años, había sido premiado por la revista Life y había realizado, en 1952 en España, la que podemos considerar una de sus mejores series.

En la retrospectiva que el ICP neoyorquino le brindó en 2011 se definía a Erwitt como “un testigo de la historia y un fabricante de sueños con la cámara”, pero no podemos olvidar el toque irónico presente en buena parte de su producción: sus instantes decisivos a menudo lo son por la presencia del humor, el divertimento o la inocente provocación.

Peter Fraser en el Real Jardín Botánico-CSIC
Peter Fraser en el Real Jardín Botánico-CSIC

Tampoco queda a un lado, en buena parte de sus obras, la crítica social y el componente autobiográfico. Erwitt no busca determinados motivos ni modelos a retratar, simplemente los encuentra, y esas situaciones halladas -que fotografía con la mayor simplicidad posible, desde un estilo directo- conectan con sus preocupaciones vitales y su desarraigo personal: ha sido un fotógrafo migrante que se ha servido de la cámara para indagar, de algún modo poner algo de orden, en ese mundo desordenado que nos rodea. Sus incursiones en el cine tuvieron la misma intención y a ella también obedecen, de algún modo, la mayoría de las fotos cubanas de este autor que ahora nos muestra el Real Jardín Botánico de Madrid en el marco de PHotoEspaña, pertenecientes a sus dos viajes a la isla.

También dentro de la Sección Oficial del Festival, el Botánico presenta en su Pabellón Villanueva un conjunto de imágenes del irlandés Peter Fraser vinculadas a su interés por el carácter matemático de la naturaleza, por la idea de que esa disciplina puede explicar el mundo o, al menos, explicarlo de modo que nos sea aprehensible.

Materia, materiales y cosas son la base de su fotografía, relacionada a menudo con los bodegones en color de William Eggleston. Wolfgang Tillmans, a quien ahora expone la Fondation Beyeler suiza, fue su alumno.

 

“Cuba” y Matemáticas”

REAL JARDÍN BOTÁNICO-CSIC

Plaza de Murillo, 2

28014 Madrid

Del 1 de junio al 31 de julio de 2017

 

 

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