Wolfgang Tillmans, los límites de lo visible

La Fundación Beyeler le dedica su primera gran muestra fotográfica

Basilea,
Wolfgang Tillmans. Blautopf, Baum, 2001
Wolfgang Tillmans. Blautopf, Baum, 2001

Es uno de los fotógrafos que con más intensidad desafía hoy los límites y convenciones de la fotografía: todo tipo de objetos, personas y animales han pasado frente a su objetivo y en todos ellos, sobre todo en los menos agradables a la vista, ha sabido encontrar belleza, o generarla mostrándolos en su ángulo y luz apropiados.

Nació en Alemania en un año que parecía anticipar lo revolucionario de su obra, 1968. A finales de los ochenta se trasladó a Londres, donde comenzó a despuntar retratando, desde un estilo firmemente espontáneo, las subculturas juveniles, a modelos y músicos entonces alternativos (Moss o Moby), y ya en los noventa se ganó el apelativo de fotógrafo de moda, no por sus imágenes vinculadas a ese mundo, sino por evocar en su producción el estado de ánimo de una generación, la de sus coetáneos en las calles de la capital británica, sus deseos de libertad y de exprimir el momento, su búsqueda de una identidad propia y diferenciada.

Aquellas imágenes le valieron el Turner Prize en el 2000; su inmediatez y frescura inédita pesó más a la hora de obtener el galardón que su condición de alemán. Solo tenía 32 años y, de algún modo, ese premio supuso un revulsivo en su trayectoria: dejó a un lado su voluntad de captar iconos de una década -que parte de la crítica calificaba como superficiales- para ampliar su enfoque, tanto en técnicas como en contenido. Buscó crear un lenguaje visual propio utilizando, si era preciso, fotocopiadoras en lugar de cámaras como herramienta de trabajo y todo tipo de seres y objetos como motivo de representación, dando lugar a un inventario visual de lo que le rodea.

Trabaja en color y en blanco y negro, en diferentes formatos, y sin grandes pretensiones conceptuales: se centra en hacernos ver lo bello donde ni remotamente esperábamos encontrarlo. Tampoco elude géneros: es autor de retratos, naturalezas muertas y paisajes, pero también de imágenes muy próximas a la abstracción en las que es un desafío encontrar el motivo fotografiado: juega Tillmans con los límites de lo visible y demuestra que el uso de una u otra lente puede cambiarlo todo. Su propósito no es tanto estudiar hasta dónde la fotografía puede llevarle, sino averiguar hasta dónde puede forzar él al medio con sus originales procedimientos de creación de imágenes. Y hasta dónde puede llegar a conmover a quien observa haciendo uso de objetos banales, rompiendo jerarquías aunque eso sea lo de menos.

Se centra en hacernos ver lo bello donde ni remotamente esperábamos encontrarlo

Wolfgang Tillmans. Ostgut Freischwimmer, left, 2004
Wolfgang Tillmans. Ostgut Freischwimmer, left, 2004
Wolfgang Tillmans. Sportflecken, 1996
Wolfgang Tillmans. Sportflecken, 1996

Las suyas son fotografías íntimas, una llamada a la observación lenta, en un tiempo de contemplación rápida y proliferación visual, y también a la reflexión sobre lo que entendemos por estético y lo que no y las razones que nos llevan a pensar así. Entiende Tillmans que quizá debamos abrir la mirada, cambiar la noción de lo que consideramos aceptable y hermoso, usar también nosotros otra lente.

Para el alemán su obra tiene tanta importancia como la presentación que se haga de la misma: entiende sus exhibiciones como experimentaciones públicas en las que poner a prueba cómo funcionan, de cara al espectador, unas fotografías junto a otras: las dispone de formas poco usuales, alternando tamaños para generar contrastes nada habituales o presentando piezas enmarcadas y otras simplemente sujetas con chinchetas.

La próxima ocasión de comprobarlo nos la proporciona hasta octubre la Fundación Beyeler de Basilea, que hace algún tiempo adquirió un conjunto de fotos de Tillmans para su colección y que ahora muestra doscientas de sus imágenes fechadas entre 1989 y este mismo año. Es la primera gran exposición que este centro suizo dedica a la fotografía.

 

 

“Wolfgang Tillmans”

FONDATION BEYELER

Baselstrasse 101

CH-4125 Riehen/Basilea

Del 28 de mayo al 1 de octubre de 2017

 

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