Belén Rodríguez y las formas propias de la materia

La artista expone sus obras recientes en Juan Silió

Santander,

Hacía el verano pasado fichábamos a Belén Rodríguez, artista vallisoletana que entonces acababa de participar en la colectiva “Tentativas para agotar un espacio” en la Tabacalera madrileña y que nos explicaba que su gran interés era la creación en sí misma y los contextos particulares y generales en los que tiene lugar, circunstancias concretas que ella procura dejar visibles en sus trabajos acabados. Los modos de exposición de los mismos, y los recursos materiales que utiliza, comparten mensajes con la formalización de su producción en sí, aunque estos no sean nunca obvios, porque Rodríguez prefiere atender a los misterios presentes de por sí en lo real que a la generación de realidades nuevas: le mueve, sobre todo, la curiosidad por el universo a la vuelta de la esquina.

Belén Rodríguez. El mar en su mundo, 2018
Belén Rodríguez. El mar en su mundo, 2018
Belén Rodríguez. WTRMLN + STRBRR +AVCD
Belén Rodríguez. WTRMLN + STRBRR +AVCD
Belén Rodríguez. Bogotá es una ciudad dura y la fruta es una experiencia blanda, 2018
Belén Rodríguez. Bogotá es una ciudad dura y la fruta es una experiencia blanda, 2018

Suele trabajar en proyectos específicos y muchas veces estos cobran forma de esculturas, aunque desde una perspectiva amplia, de difícil categorización, y de piezas textiles. Justamente las obras que forman parte de “Como materia dotada de su propia forma”, la muestra que ahora presenta en la Galería Juan Silió de Santander, parten de cuestiones planteadas hace siglo y medio por dos figuras fundamentales del diseño británico y el movimiento arts and crafts: John Ruskin y William Morris, defensores de la vida sencilla y convencidos ambos de los efectos perniciosos de la industrialización galopante.

Lo que veremos en esta exhibición son trabajos híbridos, a medio camino entre la escultura y la pintura, en los que la artista ha empleado técnicas propias de las artesanías textiles de varios países (batik, waxprint, shibori…), con el fin de reflexionar sobre la pervivencia de los rasgos tradicionalmente asociados al diseño en telas (esto es, su elaboración manual, la repetición de los motivos ornamentales) y de reivindicar la elaboración lenta y el valor de las imperfecciones. Muchas de sus formas se inspiran en la naturaleza, metáfora para la autora de la búsqueda constante del equilibrio.

Según Belén, pese a gozar de una libertad creativa en supuesto crecimiento, tendemos a crear objetos útiles y ornamentales a partir de patrones repetitivos, de formas esenciales y reducidas que se han dado, y continúan desarrollándose, en todas las culturas y en todos los tiempos. Las formas de la naturaleza, sin embargo, surgen siempre a partir de una confrontación de fuerzas externas e internas, de la fricción entre el propio equilibrio atómico y la temperatura, la humedad o la presión. Decía D´Arcy Thompson, hace un siglo, que la forma de un objeto es un diagrama de fuerzas.

Varias piezas presentes en Juan Silió remiten al craquelado de la cáscara de una sandía, grietas que aparecen cuando factores externos vencen a la cohesión de la fruta, y otro tanto ocurre con el aspecto del agua y la madera. Para Rodríguez, resulta fascinante que, incluso respondiendo a variables similares, cada ser sea capaz de construir un diagrama de fuerzas “personalizado”, hasta hacer de cada miembro de esa misma especie, uno único e irrepetible. Podremos observar cientos de vacas, y no habrá nunca una vaca igual a otra. Existe en la naturaleza un equilibrio perfecto entre repetición y diferencia. Y el gesto manual, como una firma, es su análogo fehaciente. Ninguna obra elaborada artesanalmente es igual a otra.

Nos propone en esta muestra atravesar la superficie de un fragmento de mar en forma de tela, ver evolucionar una calabaza en cuatro etapas, pensar en cómo sería una figura de Matisse vegetal o imaginar la disputa entre una rama y la estructura de la que puede desligarse.

Belén Rodríguez. Lo crudo y lo cocido, 2019
Belén Rodríguez. Lo crudo y lo cocido, 2019

 

Belén Rodríguez. “Como materia dotada de su propia forma”

GALERÍA JUAN SILIÓ

c/ Sol, 45 bajo

Santander

Del 21 de junio al 7 de agosto de 2019

 

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