Artres: el museo como posibilidad

En abril de 2017, ARTIUM inició una serie de exposiciones basadas en sus propios fondos bajo el epígrafe “El arte y el sistema (del arte)”. No buscaba tanto dar a conocer esas colecciones propias al público desde la mera recopilación como articular a partir de ellas nuevas perspectivas sobre los temas abordados por la creación contemporánea, sus potenciales conexiones con los espectadores y también sobre el papel de los museos dedicados al arte actual a la hora de coleccionar y de crear patrimonio cultural abierto a todos.

Hasta el pasado mes de octubre, el centro vasco presentó una doble muestra (El arte por un lado, y El sistema del arte por otro) en la que exploraba las estéticas manejadas por los artistas de hoy, en el primer caso, y el contexto del que forman parte, en el segundo.

Aquella vez pudimos ver los trabajos de los fondos de ARTIUM más buscados por los visitantes, los más conocidos y mostrados tanto en exposiciones propias como en proyectos ajenos para los que han sido prestados, subrayando cómo la calidad de estas obras puede ser reconocida al margen de tiempos y tendencias y cómo sus mensajes o su sola observación tienen importancia en el hoy y en la configuración de experiencias perceptivas personales. Entre los representados en aquel proyecto encontrábamos a Barceló, Brossa, Chillida, Dalí, José Guerrero, Esther Ferrer, los recientemente fallecidos Juan Hidalgo y Venancio Blanco, Palazuelo, Picasso, Pérez Villalta, Tàpies, Darío Villalba o Sánchez Castillo. Solo una de las piezas exhibidas no formaba parte de la colección del museo: Performer, que fue cedida por Cabello/Carceller para la ocasión.

Con el fin de enriquecer el debate abierto por aquel primer capítulo (doble) de exposiciones a partir de sus obras, ARTIUM, bajo el comisariado de nuevo de su director, Daniel Castillejo, abre hoy al público “Artres. El museo como deba ser”. Esta vez, entre los artistas presentes hay una destacada presencia femenina, y el dato en este caso es importante, no solo porque se enmarque en un clima de reflexión sobre la visibilidad de la mujer en los museos, sino también porque responde a una voluntad de plantear cómo estos deberían configurar tanto sus colecciones como sus exposiciones en el futuro.

Según Castillejo, la contemplación detenida de la primera propuesta de “El arte y el sistema (del arte)” les sugirió que la perspectiva desde la que plantearon aquella doble muestra en 2017 respondía más a cánones, modos de coleccionar y programar, pasados, vinculados quizá a la noción de obra maestra. Y en el museo decidieron desplegar “Artres. El museo como deba ser” desde otro punto de partida que recogiera las indagaciones y debates en torno a la actividad museística y su relación con la sociedad que se han vertebrado desde entonces. No ha pasado mucho tiempo, menos de un año, pero han considerado que nos encontramos en una etapa de debate y reconsideración de principios al que es conveniente comenzar a dar forma y a enriquecer desde las instituciones. Aunque el proceso dé lugar a preguntas nuevas inacabables o abran nuevas brechas.

En palabras de Castillejo: Hemos de abrir las ventanas y dejar que entre la luz, hemos de construir puentes de doble dirección entre la institución y los públicos, hemos de pensar los otros patrimonios que las novísimas tecnologías han diseñado y crear nuevos protocolos de conservación que las infinitas posibilidades de reproducibilidad contemplen y no dedicarse a aplicar obsoletas normas. En fin, hay mucho trabajo por hacer.

Además de acentuar la creatividad de artistas mujeres en ese enfoque que podría/debería normalizarse en el futuro (los artistas participantes son Ángeles Agrela, Elena Aitzkoa, Juncal Ballestín, Zigor Barayazarra, Cabello/Carceller, June Crespo, María Luisa Fernández, Miriam Isasi, Iratxe Jaio & Klaas van Gorkum, Concha Jerez, Aníbal López, Liliana Porter, Mabi Revuelta, María Ribot, Ixone Sádaba, Montserrat Soto y Eulalia Valldosera), se ha partido de otra premisa básica: dar también protagonismo a las obras que ARTIUM ha adquirido en los últimos años y que por esa razón demuestran que el centro se mantiene atento y abierto a los movimientos recientes, sobre todo en el contexto que le es próximo, el vasco. Podemos deducir, por tanto, que nos propone como camino de futuro la atención a lo cercano en el espacio y en el tiempo.

Y también parte “Artres” de otra premisa: la de que el arte actual, como en buena medida el histórico, continúa prestando interés a tres asuntos fundamentales o líneas de discurso: la introspección, las preocupaciones, obsesiones o pensamientos individuales del artista; la observación de lo exterior, la atención al entorno (social, político, medioambiental) y, por último, el estudio del arte mismo, el pensamiento en torno al artefacto.

Esos tres focos de interés evidentemente pueden no desarrollarse de forma pura sino mezclarse, ganando unos (o no) preponderancia sobre otros. Pero, desde el enfoque de Castillejo, de momento ningún creador ha escapado a ellos por su poder aglutinante y totalizador: Nadie puede escapar a ello y este es un buen método para conocer y pensar sobre la obra de arte.

Las tendencias desarrolladas por los artistas presentes en la exposición han sido subrayadas por ARTIUM para hacer más visibles las relaciones entre los adentros, las afueras y los artefactos de todos y, sobre todo, para hacer autocrítica de lo hecho y reflexión sobre lo que deba ser.

 

“Artres. El museo como deba ser”

ARTIUM. CENTRO-MUSEO VASCO DE ARTE CONTEMPORÁNEO

c/ Francia, 24

Vitoria

Del 2 de marzo al 26 de agosto de 2018