Ya se conoce el ganador del Premio Pritzker 2002

El más prestigioso premio de arquitectura, se le concede al australiano Glenn Murcutt

El arquitecto australiano Glenn Murcutt (1936), ha sido galardonado con el Premio Pritzker de Arquitectura en su edición 2002.

Roma, 15/04/02

Este premio, descrito como “el Oscar de la Arquitectura”, reconoce anualmente a un arquitecto vivo cuyas construcciones muestren “una combinación de talento, visión y compromiso, y contribuyan consistente y significativamente a la humanidad a través del arte de la arquitectura”. La entrega del galardón, en su XXVI edición, se celebrará el 29 de mayo en una ceremonia que tendrá como escenario el Campidoglio romano. El premio cuenta con una dotación de cien mil dólares. Al único arquitecto español que le ha sido otorgado, es Rafael Moneo, que lo consiguió en 1996. Entre los arquitectos que cuentan con este prestigioso galardón se encuentran, entre otros, el equipo suizo Herzog & De Meuron, que lo recibieron en la pasada edición, Richard Meier, Álvaro Siza, Tadao Ando, Hans Hollein, Oscar Niemeyer, Frank Gehry, Renzo Piano y Norman Foster. El premio lo organiza la Fundación Hyatt, cuyo presidente, Thomas Pritzker, se ha pronunciado en esta ocasión, sobre la obra de Murcutt afirmando que “todos sus diseños están templados por la tierra y el clima de Australia”. El Jurado, que eligió a Murcutt por unanimidad, estuvo presidido por J. Carter Brown, director emérito de la National Gallery of Art de Washington, y formado por Giovanni Agnelli, presidente de la Fiat; Ada Louise Huxtable, crítica de arte y arquitectura; Carlos Jimenez, profesor de la Rice University School of Architecture; Jorge Silvetti, de la Universidad de Harvard; Lord Rothschild, ex presidente de la National Heritage Memorial Fund y de la National Gallery de Londres; y Bill Lacy, de la Universidad de Nueva York. El jurado al completo resaltó el carácter ejemplar de una obra cuya singularidad radica en su fidelidad simultánea a la herencia del Movimiento Moderno y a la tradición autóctona. La aspiración idealista de conseguir casas ecológicas en armonía con la naturaleza como la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe, algunas construcciones de Alvar Aalto o la Maison de Verre de Pierre Chareau; en el arquitecto australiano se hace realidad con materiales contemporáneos, y edificios como la Casa Magney en Bingi Point o la Ball-Eastaway en Glenorie, donde se conjugan la fuerza esencial de la cabaña y la fragilidad del módulo espacial.

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Glenn Murcutt
Ball-Eastway en Glenorie, 1980 – 1983

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