Sorolla y la fe

Su Museo en Madrid dedica una muestra a la pintura religiosa del valenciano

Madrid,

La última muestra que nos presenta el Museo Sorolla, bajo el comisariado de su conservador Luis Alberto Pérez Velarde, bucea en la que quizá sea la faceta menos conocida de uno de los artistas más populares de nuestro país: su pintura religiosa, parcialmente inédita además. Cultivó esta temática especialmente en los inicios de su trayectoria, cuando aún trabajaba para demostrar su talento, y nunca antes una exposición se había adentrado a fondo en estos episodios de su legado.

La exhibición lleva por título “Sorolla. Tormento y devoción”, en referencia el primer término a los sacrificios y esfuerzos realizados por el valenciano para alcanzar un reconocimiento que le llegó sin ambages pero no sin padecimientos. Más de un año dedicó a realizar El entierro de Cristo (1885-1887), uno de sus más tempranos trabajos en esa línea: se trata de un gran lienzo de siete metros cuyo resultado fue fruto de incontables dudas y arrepentimientos. Puso en él sus esperanzas de joven artista, pero la crítica no fue generosa y dio al traste con sus aspiraciones, generándole tal pesar que, junto a su esposa Clotilde García del Castillo, se refugió Sorolla en Asís, en Italia, para reflexionar sobre aquel fracaso y encontrar nuevos caminos.

Mientras estudió en Roma y meditó en esa localidad de Asís, y en los primeros años tras establecerse en Madrid, llevó a cabo el pintor obras devocionales que, sin embargo, sí gozarían del favor del mercado: las realizó, a veces, por encargo de ciertos mecenas y protectores y, otras veces, especialmente en sus escenas de costumbrismo religioso, para exposiciones nacionales e internacionales en las que obtendría sus éxitos primeros.

Nutren esta exhibición madrileña casi medio centenar de esas piezas y la mayor parte corresponden a préstamos: de entidades eclesiásticas y colecciones particulares (en estos casos, serán hallazgos  para casi todos) y de instituciones como el Ayuntamiento de Valencia, Civici Musei di Udine, la Diputación de Valencia, la Fundación Bancaja, el Museo de Bellas Artes de Asturias, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo de Bellas Artes de Valencia, el Museo del Prado y la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.

Joaquín Sorolla. Procesión en la catedral de Burgos, 1890. Colección particular
Joaquín Sorolla. Procesión en la catedral de Burgos, 1890. Colección particular

Destaca en el recorrido una recomposición del mencionado El entierro de Cristo, ya que no se había mostrado desde la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1887. Dada la amargura que aquel proyecto le trajo, quedó abandonada en el estudio de Sorolla, sufrió daños muy importantes y solo se conservaban de la obra tres fragmentos; ha sido restaurada, en un proceso muy complejo, y ahora puede contemplarse en un montaje que quiere hacer honor a las ambiciones que el autor depositó en ella. No falta tampoco la acuarela Estudio de monje (1881), recientemente adquirida a un coleccionista particular por el Estado para los fondos del propio Museo Sorolla; en su momento perteneció a Enriqueta García, hermana de Clotilde.

El propósito de “Sorolla. Tormento y devoción” es conceder visibilidad a estos trabajos, casi desconocidos para la mayoría de los amantes de Sorolla y también, incluso, para los historiadores; para profundizar en ellas, el catálogo de la muestra cuenta con ensayos de Pérez Velarde, Blanca Pons-Sorolla, Pedro José Martínez Plaza, Isabel Justo Fernández y Vicente Samper Embiz.

Tres secciones vertebran la exposición: Primeros años (1880-1890), Costumbrismo religioso y Devoción. La primera recuerda esa importante presencia de asuntos religiosos en los primeros pasos del artista y algunos de sus triunfos iniciales, como el que le llegó con Monja en oración en la Exposición Regional de Valencia de 1883, en la que obtuvo su primera Medalla de oro. Justo después, en el 85, acudiría a Italia para continuar, como avanzábamos, su formación, experimentando entonces con el género religioso y también con la pintura histórica. Contemplaremos en este apartado, además, algunas de sus obras realizadas en Asís, bajo cierta influencia de la pintura italiana antigua y de lo bizantino, como Santa Clotilde, hoy en el Prado, o Toma de hábito, perteneciente a una colección particular.

La segunda sección nos lleva ya a la década de 1890, cuando Sorolla regresó a España para residir un breve periodo en Valencia y, posteriormente, en Madrid. En aquel momento la mayor parte de los artistas españoles trabajaban a menudo en escenas de costumbres religiosas; las de nuestro artista tienen como particularidad su elegancia y refinamiento: reflejó a menudo interiores de iglesias en las que figuras anónimas participaban en sacramentos y otras ceremonias litúrgicas. De Bilbao ha llegado, en ese sentido, Mesa petitoria (hacia 1892).

Aunque algunas de estas imágenes nos resultan abocetadas (como Duelo, también de 1892), en la mayoría de ellas desplegó Sorolla su virtuosismo, especialmente en el manejo de la luz, la descripción de los ambientes, la captación del instante y la representación de tipos populares. Sería ya en 1894 cuando inició su costumbrismo propiamente marinero, aunando en ocasiones lo devocional con sus primeras representaciones del mundo del trabajo, como en La bendición de la barca (1895).

El último apartado de esta exhibición incide en la inclinación del valenciano por los asuntos religiosos, incluso cuando no eran lo que de él se demandaba. En Roma se esperaba de los pensionados de la Academia española que estudiaran la Antigüedad clásica e informaran de sus avances y, aunque elaboró Sorolla desnudos conforme a los cánones, concentró en el costumbrismo y la pintura devocional sus mayores esfuerzos (El buen ladrón crucificado. San Dimas, 1885). Buscó dotar, eso sí, a ese género de un imaginario nuevo que, en su caso, se antepuso a la necesidad de transmitir doctrinas; se aprecia en La Virgen María (1885-1887), en el Museo de Bellas Artes de Valencia, que bebe de fuentes italianas, sobre todo de Morelli y de artistas florentinos.

Joaquín Sorolla. Virgen María, hacia 1885-1887. Museo de Bellas Artes de Valencia
Joaquín Sorolla. Virgen María, hacia 1885-1887. Museo de Bellas Artes de Valencia
Joaquín Sorolla. Santa en oración, 1888. Museo Nacional del Prado
Joaquín Sorolla. Santa en oración, 1888. Museo Nacional del Prado

 

 

“Sorolla. Tormento y devoción”

MUSEO SOROLLA

c/ General Martínez Campos, 37

Madrid

Del 12 de julio de 2021 al 9 de enero de 2022

 

 

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