Hace menos de un mes Sabine Weiss cumplió 92 años, continúa activa, y además ha decidido aprovechar la ocasión para abrir sus archivos personales en una muestra, organizada por el Jeu de Paume, que puede visitarse hasta el 30 de octubre en el Castillo de Tours y que se ha planteado como repaso a su trayectoria como fotógrafa y a los intereses que han marcado tanto su vida como su carrera. Pueden verse en torno a 130 trabajos, una amplia selección de obra inédita y también algunos vídeos que nos sumergen en el quehacer de una fotógrafa que siempre se ha considerado afortunada por ejercer una profesión fascinante.
Nacida en 1924 en Suiza, Weiss comenzó a fotografiar muy pronto y fue aprendiz de los Boissonnas, una célebre dinastía de fotógrafos de Ginebra. Superada la veintena, en 1946, decidió trasladarse de aquella ciudad a París para colaborar como asistente con Willy Maywald, un fotógrafo alemán especializado en moda y retratos que se había establecido en la capital francesa.
Del carácter decidido de Weiss nos habla el hecho de que fuera precisamente tras su matrimonio (en 1950, con el pintor americano Hugh Weiss) cuando decidiera establecerse como fotógrafa independiente. Ambos se mudaron a un pequeño estudio parisino, donde ella aún reside, y en la época de la posguerra se rodeó de artistas punteros como Georges Braque, Joan Miró, Alberto Giacometti, André Breton u Ossip Zadkine, a quienes retrató, junto a muchos músicos, escritores y actores.
Por recomendación de Robert Doisneau, miembro, como ella y Willy Ronis, Boubat, Brassaï o Izis, de la llamada escuela de fotografía humanista francesa, Weiss se unió en 1952 a la agencia Rapho, la primera de fotoperiodismo creada en Francia, que además abrió pronto oficina en Nueva York. Desde entonces su producción se dio a conocer con rapidez en Estados Unidos, llegando a exponer en el MoMA, el Art Institute of Chicago, el Walker Art Institute de Minneapolis y la Limelight Gallery neyorquina. Además, tres de sus imágenes formaron parte de la célebre muestra “The family of a man” que Steichen organizó en 1955, y colaboró de manera habitual con publicaciones como The New York Times Magazine, Life, Newsweek, Vogue, Point de vue-Images du monde, Paris Match, Esquire y Holiday.
Desde aquellos cincuenta y hasta la pasada década, la fotógrafa suiza no ha dejado de trabajar para la prensa internacional y también para varias instituciones y firmas; y sus trabajos tienen muy variado perfil: desde la publicidad a los temas sociales pasando por la moda, la fotografía de viajes (Francia, Egipto, India, Reunión, Bulgaria) y los retratos. Le interesaba sobre todo la gente común, a quien ha mirado sin juzgar, la captación de las emociones y, en lo formal, la sobriedad: siempre que pudo, eligió el blanco y negro.
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