Cuando os hablamos de la presentación en el Museo del Prado de la retrospectiva de Ingres, que llegó a España con la colaboración del Museo del Louvre y del de este pintor en Montauban, ya os adelantábamos que, como fruto de esta colaboración, una selección de retratos de la pinacoteca madrileña viajarían a este último centro francés.
Pues bien, desde ayer y hasta abril de 2016 pueden contemplarse en el Musée Ingres una selección de retratos fundamentales de los fondos del Prado bajo el comisariado de Juan José Luna. Se fechan entre los siglos XVI y XX, así que permiten un acercamiento a la evolución de este género pictórico en España desde el Renacimiento a la etapa contemporánea.
La muestra se inicia con El Greco y su retrato de un caballero joven, que puede contemplarse junto a dos ejemplos brillantes del retrato cortesano en la etapa de los primeros Austrias: Las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela de Sánchez Coello y El príncipe Felipe y el enano Miguel Soplillo de Rodrigo de Villandrando. La fase de mayor esplendor del género del retrato en España se produjo en el siglo XVII, de la mano de Velázquez, representado en esta exposición con María de Austria, reina de Hungría, un retrato que sintetiza el rango humano e institucional de la modelo y que a su vez da testimonio del gusto artístico de la Corte de Felipe IV. Se acompaña de la representación de Eugenia Martínez Vallejo por Carreño.
La transición hacia el s XVIII y la instauración en nuestro país de la monarquía borbónica supuso la adopción de nuevas costumbres y de un nuevo gusto también en el campo del retrato. Aunque Mengs marcó las pautas, Goya fue el mejor retratista del periodo y a Montauban se ha llevado su General Ricardos, que refleja la nueva valoración de la gestualidad en la Ilustración y la profundidad humana que siempre buscó captar el aragonés. Por su parte, Vicente López fue el retratista más valorado en la Corte absolutista de Fernando VII y en esta exhibición está presente con María Pilar de la Cerda y Marín de Resende, duquesa de Nájera.
A Francia también han viajado los retratos del matrimonio de Jaime Girona y Saturnina Canaleta, de Federico de Madrazo, que recogen los principios de la tradición española del retrato para incorporarlo a las corrientes internacionales del Romanticismo a la vez que sugieren la influencia de Ingres en las creaciones de artistas españoles.
La exposición se cierra con una imagen fundamental de la colección de pintura española del Prado: el Retrato de María Figueroa vestida de menina de Sorolla, en la que se aprecia la estima del pintor valenciano por Velázquez como maestro de la noción de realismo en España.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: