El camino de Rembrandt a la libertad

El Rijksmuseum reúne sus obras del artista en su 350º aniversario de su muerte

Ámsterdam,

Este 2019 se cumplen 350 años desde la muerte de Rembrandt, el artista que compuso con sus autorretratos una biografía visual única en la Historia del Arte, dominó todos los materiales y temas pictóricos (aunque prestara especial atención a la pintura religiosa y los citados retratos) y modificó paulatinamente su estilo sin perder su querencia por la espontaneidad: en sus inicios predominan las pinceladas minuciosas de factura muy esmerada; en su juventud y madurez fue ganando fuerza, expresividad y capacidad de captar el movimiento y las psicologías, mientras sus pinceladas se hacían más libres, y en su etapa final se decantó por el intimismo y la recreación del alma humana, logrando tal libertad creativa que llegó a aplicar pintura con los dedos.

Rembrandt. La novia judía, hacia 1665-1669. Rijksmuseum Ámsterdam
Rembrandt. La novia judía, hacia 1665-1669. Rijksmuseum Ámsterdam

El aniversario del gran maestro de la Edad de Oro holandesa lo celebra el Rijksmuseum de Ámsterdam, centro que cuenta con la mayor colección internacional de su pintura, con diversos eventos y dos exposiciones a lo largo de este año: la primera, inaugurada el 15 de febrero, es “All the Rembrandts”, una exhaustiva retrospectiva abierta hasta junio; la segunda podrá visitarse entre octubre y enero de 2020 y contrapondrá su obra a la de Velázquez. Hablando del sevillano, también tendremos ocasión, en el Museo del Prado, de encontrar sus afinidades con Vermeer y con el propio Rembrandt en una muestra que podrá verse entre junio y septiembre de este 2019 y que será organizada precisamente con la colaboración del Rijksmuseum.

“All the Rembrandts”, la exposición de la que hoy os hablamos, ofrece una ocasión única de contemplar un vasto conjunto de su producción; puede que nos encontremos ante la más completa exhibición que se haya dedicado al artista hasta la fecha. Veremos sus obras fundamentales (La ronda de noche, La novia judía o los retratos, recientemente adquiridos, de Marten Soolmans y Oopjen Coppit), junto a delicados dibujos y grabados que rara vez se muestran al público.

Rembrandt. Jupiter and Antiope, 1659. Rijksmuseum Ámsterdam
Rembrandt. Júpiter y Antíope, 1659. Rijksmuseum Ámsterdam

Son veintidós las pinturas de Rembrandt con las que cuenta el Rijksmuseum, desde su primer autorretrato como pintor joven hasta el tardío en el que se presentó como apóstol san Pablo, y por su amplio rango de fechas permiten al espectador hacerse una idea bastante cercana de su evolución en sus cuarenta años de trayectoria. También sus dibujos en los fondos de este museo -se exhiben sesenta- corresponden a todos sus periodos y estilos (varios de ellos, excepcionales, se datan en sus comienzos) y de sus grabados podremos ver una selección de los más bellos de los 1.300 aquí conservados: son extremadamente frágiles y muchos no se habían expuesto hasta la fecha.

La muestra se estructura en secciones temáticas e invita al público a enlazar la vida y la obra del artista. La primera se centra en sus hitos de juventud, en los muchos autorretratos donde reveló su crecimiento como pintor y en los juegos de miradas que establece con el espectador; la segunda presta atención a su entorno familiar a través de retratos de su familia y conocidos e incluye el poderosísimo dibujo íntimo de su esposa Saskia mientras yace enferma en la cama que Rembrandt realizó poco antes de su muerte. También se detuvo el pintor en mendigos, vagabundos, músicos callejeros… y dibujó y pintó un elevado número de retratos de personas a quienes conocía de modo más o menos casual.

El último apartado de esta antología ensalza su talento como narrador de historias y repasa su inspiración en relatos del Antiguo Testamento en lienzos como La novia judía (1665–1669), que pudo titularse Isaac y Rebecca. Sus primeras representaciones de esas historias bíblicas tendían a ser delicadas y refinadas; posteriormente, sus pinceladas se hicieron más gruesas, casi experimentales y aplicó ingeniosos efectos de luz y color. Entre las piezas que cierran la muestra se encuentra el mencionado Autorretrato como apóstol san Pablo (1661), una lección magistral de expresividad, de conversión de emociones íntimas en gestos tangibles.

Rembrandt. Autorretrato como apóstol san Pablo, 1661. Rijksmuseum Amsterdam
Rembrandt. Autorretrato como apóstol san Pablo, 1661. Rijksmuseum Amsterdam

El recorrido muestra cómo Rembrandt volvió una y otra vez sobre asuntos comunes a lo largo de su carrera, buscando constantemente la representación de los mismos que más se ajustase a la verdad y se acercara a la experiencia humana. Por eso explicó el comisario, Gregor Weber, en la presentación de la exposición, que las arrugas eran su juguete preferido.

 

“All the Rembrandts”

RIJKSMUSEUM ÁMSTERDAM

Museumstraat 1

Ámsterdam

Del 15 de febrero al 10 de junio de 2019

 

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