Per Kirkeby, entre el arte y la geología

La Phillips Collection presenta hasta enero la mayor muestra del danés abierta hasta ahora en Estados Unidos

Uno de los artistas escandinavos más aclamados del momento, Per Kirkeby, autor de pinturas que destacan por su colorido y sensualidad y por el trabajo en capas que las compone, protagoniza en la Phillips Collection su mayor exposición norteamericana hasta la fecha.

Kirkeby no es conocido sólo como pintor, también es escultor, grabador, escritor, poeta y cineasta, y hasta enero exhibe en Washington un conjunto de 26 pinturas (estructuradas al modo de los siempre cambiantes estratos geológicos, en constante movimiento) y 11 piezas escultóricas en bronce. La obsesión del artista danés a lo largo de su carrera ha sido mantener en su obra un fecundo diálogo entre arte y ciencia, partiendo de que ambos campos se encuentran, en su opinión, inmersos en un inacabable proceso de autocorrección. Los trabajos pictóricos de Kirkeby, formado como geólogo, incorporan referencias a la historia natural y reflejan la enorme curiosidad del artista por la infinita variedad de los seres vivos.

Si se contemplan distraídamente las pinturas de Per Kirkeby, en una primera ojeada puede parecer que se trata de obras abstractas, formadas por grandes gestos y trazos de color que de manera compulsiva inundan la superficie de la tela siguiendo la estela del neoexpresionismo, pero si el espectador se interesa por contemplar esas obras más detenidamente, se dará cuenta de que poseen una estructura, que están armadas, que sus colores han sido aplicados en forma de veladuras que se superponen, que existe entre ellos sutiles relaciones cromáticas y que el conjunto de todos estos detalles permite dotar a cada cuadro de una potente coherencia que va más allá de la sabia aplicación de las leyes de la composición y del empleo de las recetas que se aprenden con la práctica del oficio.

Por su parte, las esculturas expuestas, a menudo de cuerpos fragmentados (brazos, piernas o cabezas), nos recuerdan a los torsos de Rodin pero pretenden suscitar, al igual que las citadas pinturas, un intenso diálogo con la naturaleza, del que se excluye cualquier contenido narrativo o anecdótico.

Se habla a menudo de que la producción de Per Kirkeby pretende sintetizar la historia de la ciencia, la de la historia del arte y las características del paisaje de su país natal. Ese enfoque se hace evidente en uno de sus films, Deer Garden: The Romantic Forest (1970), que también podrá verse en la Phillips Collection.

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