Oriol Maspons o la cámara útil

El MNAC presenta la primera gran retrospectiva del fotógrafo

Barcelona,

En 2011, dos años antes de morir, Oriol Maspons depositó su archivo fotográfico en el Museu Nacional d’Art de Catalunya: cerca de 7.000 fotografías en papel, negativos y otros materiales fotográficos. Tiempo después, el MNAC pudo adquirir, gracias al apoyo de la Fundación Nando y Elsa Peretti, dos centenares de imágenes de ese archivo representativas de las etapas de la carrera del barcelonés, iniciando así las tareas de documentación y digitalización del mismo y, más recientemente, se han finalizado las labores de escaneado y limpieza del conjunto, tratándose dos millares de las imágenes y gestándose un inventario que ha permitido sacar a la luz no pocas obras inéditas: entre ellas, algunas realizadas en París, Londres e Ibiza en los cincuenta y otras tomadas en reportajes en Cuba, Nicaragua o Sudáfrica, que no llegaron a publicarse.

Oriol Maspons, Mujeres bailando (París), c. 1956. Museu Nacional d’Art de Catalunya, depósito del artista, 2011. © Arxiu fotogràfic Oriol Maspons, VEGAP, Barcelona, 2019
Oriol Maspons. Mujeres bailando (París), hacia 1956. Museu Nacional d’Art de Catalunya, depósito del artista, 2011. © Arxiu fotogràfic Oriol Maspons, VEGAP, Barcelona, 2019

Para el MNAC era el momento, por tanto, de brindar al público algunos de los frutos de sus investigaciones sobre Maspons: lo hace a través de una retrospectiva, la primera que se le dedica, que puede visitarse hasta enero de 2020 y que cuenta con más de quinientas fotografías fruto de sus incursiones en los ámbitos de la moda, la publicidad, el retrato o el reportaje durante cerca de cuatro décadas. La antología, comisariada por Cristina Zelich, subraya su contribución a la renovación del lenguaje fotográfico en nuestro país durante los sesenta y cuenta con algunas de esas obras inéditas para el público o apenas conocidas que el MNAC ha hallado durante el inventario de su archivo. Además, se contextualiza su producción a través de amplio material documental (libros, revistas, carátulas de discos, etc.), de modo que el público pueda conocer el destino final de su trabajo, y también se presta atención a la recepción que este tuvo por parte de la crítica de su tiempo.

Amateur antes que profesional y contrario a la concepción de la fotografía como objeto de contemplación puramente estética en las salas de exposiciones, Maspons defendió la utilidad del medio como vía de conocimiento, de memoria; también de cara a la ilustración y la publicidad. Aunque ingresó en la Agrupación Fotográfica de Cataluña tempranamente, en 1952, no tardó en oponerse a los postulados que defendía y también a sus modos de funcionar, lo que le valió el rechazo a sus innovaciones por parte de este colectivo. Y tampoco tardó, buscando una mayor apertura de miras, en trasladarse a París: allí conoció a figuras como Brassaï, Cartier – Bresson y Doisneau y llegó a entrevistarlos para la publicación Arte Fotográfico, dándolos a conocer entre los fotógrafos españoles y los amantes de la cámara en nuestro país. Participó, asimismo, en los inicios de AFAL, la Agrupación Fotográfica Almeriense, a cuyos miembros dedicó el Museo Reina Sofía hace unos meses una completa exposición, y a su regreso a Barcelona, ya en 1957, optó por profesionalizarse, formando una sociedad junto a Julio Ubiña.

En la capital catalana se integró, junto a jóvenes intelectuales y artistas opuestos al franquismo, en la llamada gauche divine, y muchos de ellos pasarían también por delante de su objetivo en la misma época en que el artista abría su obra hacia terrenos muy diversos: desde el retrato y la moda a la publicidad o el reportaje, como decíamos; colaboró para revistas como La Gaceta Ilustrada, Destino, Cuadernos de arquitectura, Triunfo, Interviú, L’Oeil, Paris-Match, Bocaccio, Expression o Elle.

Además, gracias a su amistad con la editora Esther Tusquets, Maspons se sumó a los inicios de la colección Palabra e Imagen de Lumen, en la que se manejaban en pie de igualdad imágenes y palabras. Él puso fotografía a La caza de la perdiz roja de Delibes, Toreo de salón de Cela o Poeta en Nueva York de Lorca, junto a su compañero Ubiña. También ilustraría la Arquitectura gótica catalana de Alexandre Cirici.

Su visión de una fotografía útil, autónoma respecto a la estética si se desea, y desde luego respecto a un pictorialismo aún muy vigente en sus comienzos, influiría profundamente en Colita, Joana Biarnés, Leopoldo Pomés, Pérez Siquier o Masats. Él se refirió a aquellas corrientes como salonismo, para oponerse a la imagen donde no mediaba ni curiosidad ni provocación ni finalidad concreta. Más allá de sus retratos callejeros de los hippies de Ibiza o de sus amistades barcelonesas, se distinguió por adaptarse perfectamente a cada encargo, dando a sus trabajos publicitarios el mismo valor que al resto, de ahí que esta exposición cubra y aborde por igual todas sus facetas.

Oriol Maspons. Bicicleta (Ibiza), hacia 1954. Museu Nacional d’Art de Catalunya, depósito del artista, 2011. © Arxiu fotogràfic Oriol Maspons, VEGAP, Barcelona, 2019
Oriol Maspons. Bicicleta (Ibiza), hacia 1954. Museu Nacional d’Art de Catalunya, depósito del artista, 2011. © Arxiu fotogràfic Oriol Maspons, VEGAP, Barcelona, 2019
Oriol Maspons. Retrato de Elsa Peretti, 1966. Museu Nacional d’Art de Catalunya, dipòsit de l’artista, 2011 © Archivo fotográfico Oriol Maspons, VEGAP, Barcelona, 2019
Oriol Maspons. Retrato de Elsa Peretti, 1966. Museu Nacional d’Art de Catalunya, dipòsit de l’artista, 2011 © Archivo fotográfico Oriol Maspons, VEGAP, Barcelona, 2019

 

“Oriol Maspons, la fotografía últil / 1949 – 1995”

MUSEU NACIONAL D’ART DE CATALUNYA. MNAC

Palau Nacional, Parc de Montjüic

Barcelona

Del 5 de julio de 2019 al 12 de enero de 2020

 

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