Las últimas obras en sumarse a los fondos del Museo Reina Sofía son un Picasso de 1901, un óleo de Maruja Mallo, otro de Sorolla, un mural de Fernand Léger o la reposición de la película Canciones para después de una guerra, de Martín Patino. Pueden verse estos días en la segunda planta del edificio Sabatini, pero en el edificio Nouvel se presentan también varias novedades, como instalaciones de Eugenia Balcells, Juan Hidalgo o Luis Camnitzer.
El óleo de Pablo Picasso Buste de femme souriante (1901) se exhibirá a partir de ahora en la sala dedicada a la modernidad de inicios del XX, enfrentado a otra mujer pintada también por el malagueño, Mujer en Azul, gracias al depósito realizado por un coleccionista europeo. Es la primera vez que ese retrato femenino se exhibe en España y apenas se ha visto antes, y es también una obra especialmente importante dada la escasez de trabajos del artista fechados en esa época y la imposibilidad material de conseguirlos en el mercado debido a los elevados precios.
El MNCARS presenta su primer Sorolla y su quinta obra de Maruja Mallo
En esa misma sala se ha situado un nuevo óleo de Sorolla, pintor sin representación hasta ahora en el Reina Sofía. Ha sido depositado temporalmente por el Museo de Bellas Artes de Asturias y lleva por título Llegada de la pesca (1899). A día de hoy la pieza dialoga con trabajos de algunos de coetáneos del valenciano, como Rusiñol, Iturrino o Darío de Regoyos.
Otra novedad en las salas del MNCARS es la pintura Antro de fósiles (1930), de Maruja Mallo, que pertenece a su serie Cloacas y campanarios. En su composición dominan los colores sombríos y un contenido que adelanta el drama bélico que iban a vivir España y Europa. La obra ha sido adquirida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para el Museo Reina Sofía y destaca tanto por su factura y contenido, como por su tamaño, próximo a los dos metros de ancho.
El Museo sólo contaba hasta ahora con cuatro pinturas de esta autora.
Por otro lado, Antonio Rodríguez Luna, de quien ahora se exhiben cuatro dibujos que estuvieron colgados en el Pabellón Español del 37 en París, es un pintor cordobés que se exilió en México tras la Guerra Civil gracias a la intermediación de Picasso y Miró para ser liberado de un campo de concentración francés. Lo más desgarrado de su obra puede enmarcarse en la escuela española del expresionismo crítico social.
También en el contexto del Pabellón, en la zona en la que se muestra el Guernica, se ha situado ahora una reproducción, donada al Museo por la Fundación Charlotte Perriand, del mural de Léger y Perriand Joies Essentielles, plaisirs nouveaux, creado para la decoración de los pabellones de Agricultura de Francia en la Exposición Internacional del 37. Este trabajo ha quedado enfrentado a la maqueta del Pabellón y a los fotomontajes de Renau, que hace referencia al mural fotográfico como medio predilecto de propaganda del Frente Popular francés y español.
Por otra parte, junto a las salas que acogen las obras de Dalí se ha dispuesto un espacio monográfico sobre el Logicofobismo, ¿os suena? El nombre deriva de una exposición organizada en mayo de 1936 en las Galeries d’Art Catalònia de Barcelona en la que se quería ofrecer una visión panorámica de la situación del surrealismo en España que incluyera al citado Dalí, a Miró y a otros artistas más jóvenes. El Reina Sofía muestra un conjunto de obras adquiridas en los últimos meses de artistas que tomaron influencias de esos dos autores, así como trabajos de Ramón Marinello, Ángel Planells y Arthur Carbonell.
En la sala del Exilio Surrealista se ha incorporado una obra del ovetense Luis Fernandez, uno de los pintores asturianos más destacados del siglo pasado. Hablamos de Pintura erótica (1939), depositada también por el Museo de Bellas Artes de Asturias.
Terminamos con un regreso: podremos de nuevo ver, en una sala de la segunda planta del Museo, el documental Canciones para después de una guerra de Basilio Martín Patino, realizado en la clandestinidad en 1971 y estrenado en 1976, y se reabre Colección 3, De la revuelta a la posmodernidad, con nuevos artistas y nuevas narraciones formadas a partir de adquisiciones recientes. Entre ellas hay que mencionar la instalación Fin/The End (1978-2010) de Eugènia Balcells, en la que se analizan los modelos hegemónicos de género en las fotonovelas durante el franquismo.
Para celebrar el medio siglo de la fundación de Zaj, se expone la instalación Lanas (1972-2009) de Juan Hidalgo.
Como antecedente de la sala dedicada a los activismos latinoamericanos que se puede ver en Nouvel 0, se incorpora la también reciente compra de Masacre de Puerto Montt, instalación de Luis Camnitzer de 1969.
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