Miró, Joan

Barcelona, 1893 - Palma de Mallorca, 1983 Pintor, escultor y grabador español.


En 1907 compagina los estudios de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de la Lonja y los cursos de la Escuela de Comercio en Barcelona. En 1911 decide dedicarse a la pintura y en 1912 se matricula en la antiacadémica Escuela de Arte Françesc Gali, donde conoce el noucentisme
y la obra de los postimpresionistas; aprende la importancia del tacto y pinta los primeros óleos cercanos al fauvismo.
Frecuenta las exposiciones de arte contemporáneo e inicia entonces su amistad con Llorens Artigas, Joan Prats, Ricart, Ráfols y Picabia. En 1918 comienza la etapa detallista, de factura minuciosa y lenta que prolonga hasta 1922, año en el que pinta La Masía. Se instala en París en 1920 y en 1923 abandona la técnica realista. Empieza a configurarse el universo de Miró, las figuras tienden a convertirse en signos autónomos debidos a la fantasía y el automatismo, y se sitúan en espacios que progresivamente abandonan la perspectiva tradicional. Su obra El Carnaval de Arlequín(1924) coincide con el Manifiesto Surrealista de André Breton. Llorens Artigas le presenta a los poetas del surrealismo
y se vincula al grupo en 1925. Los retratos, paisajes, cuadros-poemas, etc, se llenan de signos propios de su vocabulario formal en busca de lo esencial, puestos a disposición del espectador para que sea éste quien sueñe. Sus principales fuentes de inspiración son el arte primitivo, lo popular y las configuraciones orgánicas. Abre con ello la vía de la abstracción lírica en la pintura del siglo XX. En 1930 sufre una crisis que, al grito de “asesinar a la pintura”, le decide a abandonar esta técnica y centrarse en las “construcciones” en tres dimensiones y los que son sus esculturas – objeto. Durante la Guerra Civil española realiza el mural El Segador para el Pabellón Español de la Exposición Internacional de 1937. Vuelve a España en 1940 y se refugia en Palma de Mallorca, previo paso por Varengeville donde conoce a Calder, Braque y Queneau, e inicia Las Constelaciones, aguadas que reflejan un proceso de introspección y evasión personal. A partir de 1942, de nuevo en Barcelona, gran parte de su obra alcanza proyección internacional, siendo más desconocidas la facetas de ceramista y de autor de ensamblajes y esculturas trabajadas con materiales de desecho elevadas a la categoría de la tradición al fundirlas en bronce y que muestran el lado más agresivo, rebelde e inquieto de su obra.

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