Tras una larga búsqueda, Nancy Holt adquirió en los setenta una parcela de 16 hectáreas en el desierto de Utah en la que tiempo después plantó cuatro enormes tuberías de hormigón, dispuestas en forma de cruz. Las llamó Sun Tunnels, Túneles del sol, y su posición axial se corresponde con la que adopta el astro sobre el horizonte durante los solsticios de verano e invierno; en esta época, en las semanas correspondientes al 21 de junio y el 21 de diciembre, la luz solar inunda casi por completo estos objetos.
Cada uno de ellos incorporaba, además, perforaciones adicionales de distintos tamaños en relación con la situación de cuatro constelaciones (Draco, Perseo, Columba y Capricornio). De día, la luz penetra en las tuberías a través de esos agujeros y proyecta patrones cambiantes circulares y elípticos sobre su suelo, de modo que Holt, fallecida pronto hará una década, nos invitaba a agudizar nuestra percepción sobre el aparentemente infinito desierto. Tal y como ella explicó a Artforum, la vista panorámica es demasiado abrumadora como para ser comprendida sin puntos de referencia visuales. La mirada se difumina, en lugar de centrarse.
Refugio, protección y límite, en el proceso de creación de estos túneles la artista colaboró con un astrofísico y varios astrónomos, ingenieros, topógrafos y un carpintero, con una empresa constructora de tuberías, operadores de perforadoras, conductores de apisonadoras, volquetes, excavadoras, hormigoneras, camiones y grúas, técnicos de imagen y sonido, un piloto de helicóptero y empleados de un laboratorio fotográfico. El resultado último de su proyecto podía parecer sencillo, pero el hecho es que Holt lo concibió para que solo pudiera tener sentido y lugar en ese espacio específico, y para que las imágenes y textos de estos Sun Tunnels fueran únicamente sus huellas, no arte en sí mismos.
Testimonios del que es su trabajo más conocido, y el compendio de sus inquietudes, se encuentran ampliamente representados en “Dentro Fuera”, la mayor monográfica europea dedicada a la estadounidense hasta ahora, que hoy abre sus puertas en el MACBA de Barcelona y que ha sido comisariada por Katarina Pierre, directora del Bildmuseet; Lisa Le Feuvre, directora ejecutiva de la Holt/Smithson Foundation, y Teresa Grandas, conservadora de exposiciones del centro catalán. Consta de documentación relativa a sus propuestas desarrolladas entre los sesenta y los noventa, y en algunos casos de sus materializaciones: contemplaremos vídeos, fotografías, poesía concreta, obras sonoras, esculturas y grandes instalaciones, además de dibujos, que nos permitirán profundizar en el tratamiento de esta autora del lugar, de la percepción y de sus mutuas conexiones y que recalan en España tras su paso por el citado Bildmuseet sueco; la presentación barcelonesa suma seis obras respecto a la anterior exhibición.
La presencia de poesía concreta en la exposición podrá sorprender a quienes no conozcan con detalle los primeros pasos de Holt; se dedicó a esa disciplina, y la contemplación del paisaje americano en un principio no hizo más que reforzar su inclinación a ella: En estas estructuras verbales aparece mi interés por el lugar y la geografía, el vacío, los ciclos de tiempo, las repeticiones y las duplicaciones. Sería ya en 1967 cuando trasladó esa vocación del texto a la imagen, y de la página al paisaje, buscando explorar opciones de devenir material el sonido, la voz, la luz y el espacio. Como, además, se había formado en biología, quiso investigar los lazos entre arte y ciencia, entre la naturaleza y el mundo construido por el hombre; la interdependencia entre personas y árboles, cuerpos y edificios, nuestro emplazamiento y los puntos cardinales; nexos sobre los que trata de llamar nuestra atención, valiéndose a veces de los recursos de la duplicación y la repetición.
El título de la muestra, como tantas de sus instalaciones o intervenciones en el paisaje, tiene que ver con su abordaje de la dicotomía entre lo que queda expuesto y lo que se oculta y su análisis de los sistemas (velados) que estructuran nuestras maneras de estar y de contemplar el mundo, intereses que le llevaron a preferir ser calificada como artista de la percepción, más que como autora ligada al Land Art.
Además de tener en cuenta, a la hora de trabajar, la topografía, el entorno arquitectónico y los materiales locales del entorno seleccionado, atiende a la psicología, la sociología y la historia, desde luego a la astronomía, y en ocasiones también a la presencia de agua, aire, electricidad o gas metano que emane de sus emplazamientos y pueda ser canalizado. Amiga de Carl Andre, Eva Hesse, Joan Jonas, Sol Lewitt y Richard Serra, y esposa de Robert Smithson, durante cinco años no dejó de imbricar visión y geografía, además del contenido y la forma del lenguaje.
Comenzó a abrirse al lenguaje de la fotografía y el vídeo a partir de Stone Ruin Tour (1967): se grabó a sí misma mientras dictaba una visita guiada a través de un jardín laberíntico en Cedar Grove (Nueva Jersey) para, a continuación, transcribir parte de la grabación con el fin de dar lugar a un mapa inacabado y entregar el resultado a algunos amigos artistas (como Michael Heizer, Joan Jonas o el propio Smithson), para que los guiara en ese lugar.
A medida que avanzaba en su carrera, el registro de los desplazamientos y del movimiento del cuerpo humano en el espacio en series de imágenes sería cada vez más frecuente. Lo vemos en Down Hill (Colina abajo) y Over the Hill (Sobre la colina), ambas de 1968: Joan Jonas fue filmada mientras se desplazaba por unas dunas en Nueva Jersey, región natal de Holt, y sus huellas marcaban de forma efímera la superficie del paisaje. Nos sirven estos proyectos para subrayar que Holt favoreció conscientemente la colaboración como método artístico más que el trabajo en solitario y que, como dijimos, no solo colaboró con creadores, sino también con astrofísicos, astrónomos, arquitectos, ingenieros y profesionales de diversas áreas.
También viajar era parte relevante de su producción, y su cámara y las autopistas interestatales serían la base de algunos poemas visuales. Todos los paisajes eran para ella lugares de tránsito, y se fijó asimismo en los cementerios, como vemos en Western Graveyards (1968), un conjunto de imágenes de tumbas abandonadas que hallaba en sus paseos. Un año posteriores son Trail Markers, serie centrada en las piedras marcadas con puntos naranjas que orientan a los excursionistas, vinculada a su interés por el tiempo y el movimiento humano; y Miami Puddles, en la que retrató Miami a través de sus charcos, anticipándose al Land Art asociado a los sistemas de desagüe y a sus posteriores creaciones en torno al círculo.
Esa figura geométrica es constante en Holt, desde los agujeros de las hojas de sus tempranos poemas visuales y los mencionados puntos naranjas de las rocas hasta sus túneles. Sus primeras esculturas llegarían en 1971 y las llamó Locators: eran dispositivos de visión simples ideados a partir de tubos industriales soldados en forma de T y sujetos al suelo. Semejantes a monóculos, ponían de relieve la temporalidad de los procesos de visión y el emplazamiento y la complejidad de la mirada: qué vemos, qué dejamos de ver, la observación parcial y la total…
Los Locators serían el germen de desarrollos en espacios abiertos, como Views through a Sand Dune (1972), un tubo de hormigón insertado a través de una duna de arena que se convierte en un dispositivo de visión que encuadra las vistas del océano y de la costa, o Hydra’s Head (1974), seis estanques de agua dispuestos con la forma de la constelación Hidra, con silueta de serpiente marina, que la artista decidía cuándo activar y que podían reflejar las estrellas o el movimiento de un insecto sobre el agua.
Aquellas primeras esculturas le llevaron, asimismo, a interesarse por los modos en que la luz y la vista se conectan y por las cualidades de la luz cuando se refleja. Así, en 1974 trabajó en Mirrors of Light, una instalación formada por un foco de teatro y una fila de diez espejos dispuestos en diagonal con el objetivo de dar materialidad a la luminosidad, intensificando a su vez la experiencia del cuerpo en el espacio. En la serie fotográfica Light and Shadow Photo Drawings, las imágenes son fruto del juego cruzado de luces y sombras.
También recoge, esta antología del MACBA, su trabajo en torno a la naturaleza y las gentes de Pine Barrens y algunos proyectos que llevó a cabo en colaboración con Smithson, como los audiovisuales East Coast/West Coast y Swamp; Holt fotografió además algunas de las obras efímeras de su marido.
“Nancy Holt. Dentro Fuera”
MACBA. MUSEU D´ART CONTEMPORANI DE BARCELONA
Plaça dels Àngels, 1
Barcelona
Del 13 de julio de 2023 al 7 de enero de 2024
