Martine Franck y la celebración de lo inesperado

La Fondation Henri Cartier-Bresson le dedica una retrospectiva

París,

No busco realmente contar historias, sino sugerir situaciones. Para mí, la fotografía es algo distinto a un oficio.

Quince años después de abrir sede en Montparnasse, la Fondation Henri Cartier-Bresson de París despide este año presentando sus nuevos espacios dedicados a la fotografía en la capital francesa: se traslada e inaugura salas en el número 79 de la rue des Archives, en el barrio del Marais. Y la primera muestra que allí abre sus puertas, bajo el comisariado de la directora artística del centro, Agnès Sire, es una antología de Martine Franck que ha sido coproducida por el Musée de l’Elysée de Lausanne, donde esta retrospectiva podrá verse en primavera del año que viene, antes de su paso, ya en verano, por el FOMU de Amberes.

La belga es precisamente la ciudad donde Franck nació en 1938, aunque después creció en Inglaterra y Estados Unidos, en el seno de una familia de coleccionistas. Políglota y estudiante de historia del arte -en la Escuela del Louvre y también en la Universidad Complutense de Madrid-, en un primer momento se interesó sobre todo por la escultura hasta que un largo viaje a Oriente en 1963 (pasó por Afganistán, India, China y Japón) le descubrió las posibilidades de la fotografía. Tras él, se estableció en París, donde trabajó para Time-Life y como asistente para Gjon Mili y Eliot Elisofon antes de convertirse en fotógrafa independiente.

Martine Franck. Plage, village de Puri, Inde, 1980 © Martine Franck / Magnum Photos
Martine Franck. Plage, village de Puri, Inde, 1980 © Martine Franck / Magnum Photos

Colaboró con un buen número de publicaciones estadounidenses: sus reportajes e imágenes aparecieron en Life, Fortune, Sports Illustrated, The New York Times y Vogue. A diferencia de otros grandes fotógrafos de su generación, se distanció pronto de la moda para elegir el compromiso: su trabajo supone una celebración de la vida, pero también una firme lucha contra la exclusión del supuesto diferente; la empatía fue su sello. Nos encontramos ante una fotógrafa activista y audaz: se le enseñó a no cruzar determinadas líneas, pero ella siempre se fijó en quienes pasaban desapercibidos, desafiando convenciones: afirmaba que una fotografía no es necesariamente mentira, pero tampoco tiene por qué ser verdad, y que tanto el fotógrafo como el público debíamos estar listos para saludar lo inesperado. Entre sus hallazgos, merece la pena destacar el del potencial del Teatro del Sol, que descubrió junto a su amiga la dramaturga Ariane Mnouchkine y cuyas giras fotografió, pero también su atención a ancianos que encontraban la serenidad en la vejez, a mujeres luchando por su independencia o a la religión tibetana, porque continuó llevando a cabo reportajes en Oriente sin abandonar los dedicados a las transformaciones sociales en Francia, Reino Unido e Irlanda.

Participó en la creación de la agencia Vu (depués Viva) y se unió a Magnum en 1980, agencia que a día de hoy la sigue representando. No eran muchas las mujeres que entonces pertenecían a este colectivo: Eve Arnold, Susan Meiselas, Inge Morath y Marilyn Silverstone, entre otras. Una década antes había contraído matrimonio con Cartier-Bresson, quien, a su manera, la alentó para que desarrollara su propia voz, de ahí el simbolismo de que sea su Fundación la que acoja esta muestra: fue Franck quien, en 2003, junto a su hija Mélanie, puso en marcha esta institución para preservar y difundir el legado de su marido y también el suyo. Si algo tuvieron en común Franck y Bresson fue su extraordinaria capaz de ser selectivos: de no fotografiar sino lo que deseaban ver publicado. Así, es complicado encontrar entre sus producciones obras menores.

Agnès Sire comenzó a preparar esta retrospectiva junto a la fotógrafa en 2011, un año antes de que Franck falleciera en París, y se encargó de comisariarla por deseo de la artista. Juntas eligieron buena parte de las imágenes que forman parte de ella y también su disposición cronológica y algunos de los textos que la acompañan. La concepción abierta y social que Franck mantuvo siempre respecto a la fotografía se hace patente en sus retratos, sus aún hoy sorprendentes paisajes, casi abstractos, y sus imágenes de la microhistoria ciudadana, que componen una crónica de su tiempo bastante alejada de la vida política.

Tras esta primera exhibición dedicada a Franck, la Fondation Henri Cartier-Bresson mostrará en sus nuevos espacios la obra de Guy Tillim, Wright Morris, y el propio Cartier-Bresson (del maestro podrán verse sus imágenes tomadas en China).

Martine Franck. Piscine conçue par Alain Capeillères, Le Brusc, été 1976 © Martine Franck / Magnum Photos
Martine Franck. Piscine conçue par Alain Capeillères, Le Brusc, été 1976 © Martine Franck / Magnum Photos
Martine Franck. Tulku Khentrul Lodro Rabsel, 12 ans, avec son tuteur Lhagyel, monastère Shechen, Bodnath, Népal, 1966 © Martine Franck / Magnum Photos
Martine Franck. Tulku Khentrul Lodro Rabsel, 12 ans, avec son tuteur Lhagyel, monastère Shechen, Bodnath, Népal, 1966 © Martine Franck / Magnum Photos

 

 

 

Martine Franck

FONDATION HENRI CARTIER-BRESSON

79 rue des Archives

París

Del 6 de noviembre de 2018 al 10 de febrero de 2019

 

 

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