Martín Chirino, enraizado y universal

Una doble exposición en Las Palmas profundiza en su serie Afrocán

Las Palmas de Gran Canaria,

Hasta el próximo mes de septiembre, la Fundación Martín Chirino y Casa África acogen la exposición “Martín Chirino, Afrocán. El Oráculo del Viento”. Esta doble muestra, centrada en la serie “Afrocán”, que el artista iniciara en 1974, coincide con la publicación del segundo volumen de la Enciclopedia Martín Chirino, que se está llevando a cabo desde su Fundación para contextualizar la obra, el pensamiento y los periodos e iconografías del creador grancanario. Tras una primera monografía dedicada al ciclo conocido como “Reinas Negras”, a cargo del crítico y comisario Alfonso de la Torre, ve la luz este segundo capítulo, consagrado a esta otra etapa fundamental en la producción del escultor, inspirada en la africanidad de las Islas y en la búsqueda de su propia identidad. En este caso, el texto ha sido elaborado por Antonio Manuel González Rodríguez, historiador de origen canario, gran conocedor de la obra de Chirino, con el que le unía además una buena amistad. Él ha sido también el responsable de comisariar la exposición.

“Desde que sentí que pertenecer a un lugar era necesario para reafirmar mis raíces y recuperar una historia para mi pueblo, comencé a sentir la afinidad del continente africano” (Martín Chirino. La memoria esculpida, 2019)

Martín Chirino. Afrocán. El Oráculo del Viento. Exposición en la Fundación Martín Chirino. Castillo de la Luz en Las Palmas de Gran Canara
“Martín Chirino. Afrocán. El Oráculo del Viento”. Vista de la exposición en la Fundación Martín Chirino.
Martín Chirino. Afrocán (27), 2016. Colección Legado del Artista. Valyunque, S.L.
Martín Chirino. Afrocán (27), 2016. Colección Legado del Artista. Valyunque, S.L.

La muestra incluye una selección de esculturas, dibujos, fotografías y distinta documentación alusiva al momento en el que tiene origen esta serie, como el llamado Manifiesto del Hierro (1976), al que está íntimamente ligada. Este fue un texto concebido por los hermanos Gallardo, Martín Chirino, Manuel Padorno y un grupo de intelectuales que enarbolaban la bandera de la libertad, artistas, profesores y estudiantes universitarios, así como por un conjunto de setenta obreros, en el que plasmaban en una serie de puntos el reconocimiento por parte de todos ellos del pasado prehispánico; de la herencia común de la cultura aborigen; y de la realidad geográfica e histórica de las islas en lo concerniente a los vínculos con todos los países y continentes bañados por el Atlántico, en especial, el africano. Asimismo, reivindicaban la democratización de la cultura y la libertad de la creación.

Como señala Antonio Manuel González en Afrocán. El Oráculo del Viento, en torno a 1955 Chirino comenzaba ya a asumir el doble enraizamiento que marcaría su vida y su obra: por un lado, la canariedad, entendida como proyección universal y fuente de identidad personal, y, por otro, la africanidad, asumida como una necesidad de reivindicación geográfica y cultural. El artista viajó por las distintas islas canarias con la intención de profundizar en el acervo cultural de los ancestros, así como por África. Es en sus primeras estancias africanas donde debemos situar en origen de sus “Reinas Negras”, influidas sin duda por las aguadoras con cántaros en la cabeza que Chirino encontró allí, aunque también hay en ellas el recuerdo a las campesinas canarias.

Martín Chirino. Viento (118), 2017. Hierro forjado. Colección Rafael Monagas
Martín Chirino. Viento (118), 2017. Colección Rafael Monagas

Antes de la aparición del primer Afrocán en 1974, y desde que en 1958 plateara por primera vez la espiral, convertida ya en emblema de su escultura, realizaría Chirino series como las de los “Vientos”, los “Inquisidores”, más gestual y expresiva, o las llamadas “Cabezas informalistas”, en las que apuntaba ya el tema de las máscaras, que se desarrollará con más intención a partir de los “Afrocanes”. Es interesante señalar que la mayoría de las series que el escultor llevó a cabo coexistirían en el tiempo.

Para entender la irrupción de los “Afrocanes” —neologismo que alude a la doble raíz de los términos África y Canarias, y que Chirino introduce para aludir a la doble vertiente de su visión cultural— es interesante situarnos un año antes del primero de ellos. En 1973 Chirino realiza una enigmática pieza en bronce dorado a la que llamó Öology (término procedente del mundo de la ornitología que se ocupa del estudio y desarrollo de los huevos de aves), que está considerada el cimiento de toda la serie de obras de formas ovales rodeadas por la espiral, entendida esta como símbolo ancestral de la cultura aborigen canaria.

 

 

 

Martín Chirino. Öology, 1973. Colección Legado del Artista. Valyunque, S.L.
Martín Chirino. Öology, 1973. Colección Legado del Artista. Valyunque, S.L.

Atendiendo, de nuevo, a lo que el profesor Antonio Manuel González explica, Chirino pretendía establecer un discurso de proyección universalista en el que la espiral canaria identitaria, portadora de su condición insular, se coordinara con la esencia ancestral de la cultura africana a través de una referencia explícita a las máscaras, que, por otra parte, como es bien sabido, jugaron un papel decisivo en las vanguardias europeas de principios del siglo XX.

El propio artista lo explicaba así: “En el Afrocán se adivina la imagen de las máscaras africanas por las que sentía gran admiración y que, con la espiral canaria como base, me adentra en una nueva escultura diferente y no de fácil interpretación”.

Martín Chirino. Afrocán (3), 1975 Máscara Dan Liberia Mediados s. XX Madera 24 x 14 x 6 cm
Martín Chirino. Afrocán (3), 1975 / Máscara Dan. Liberia, mediados s. XX.

El primer Afrocán, realizado en hierro forjado, aparece como un derivado de alguno de los “Vientos” anteriores, en los que las últimas volutas de la espiral se despegan del punto de central para desarrollar un amplio óvalo. A pesar de su configuración abstracta el resultado es una gran máscara o rostro, que en su verticalidad y frontalidad denota también una inconfundible fuerza totémica.

Aunque el grueso de la producción de “Afrocanes” hay que situarlo entre 1975 y 1980, Chirino le dará continuidad, de forma esporádica, hasta 2018. De 2012 data, por ejemplo, uno de los ejemplares más espectaculares, con unas medidas de 105x50x12, realizado en una aleación de cobre y aluminio anodizado, que produce un bronce especial denominado oro alemán, por ser allí donde se empleó por primera vez a principios del siglo XX.

Los “Afrocanes” fueron a su vez precursores de otras series como la de los totémicos “Penetrecanes”, vinculados también al contexto tribal; o la de las “Cabezas Crónica del siglo XX”, piezas dedicadas a Brancusi y Julio González, en las que las máscaras del “Afrocán” adquieren fisonomía y personalidad.

Martín Chirino. Afrocán. El Oráculo del Viento. Exposición en la Fundación Martín Chirino. Castillo de la Luz en Las Palmas de Gran Canara
“Martín Chirino. Afrocán. El Oráculo del Viento”. Vista de la exposición en la Fundación Martín Chirino.

Como ya hemos señalado, la exposición, abierta hasta el 18 de septiembre, tiene lugar en dos emplazamientos y presenta dos montajes bien distintos entre ellos, para los que se ha contado con prestamos de instituciones y colecciones nacionales e internacionales. Mientras que en Casa de África encontramos una muestra minimalista, más reducida, con el “Afrocán” como esencia, y en la que se exhibe una majestuosa Cabeza (2018), la sede de la Fundación Martín Chirino, en el Castillo de la Luz, integra las piezas más significativas del periodo, pudiendo verse esculturas y dibujos del artista, junto a objetos originales de arte africano, como máscaras, tocados o relicarios, y piezas que hacen un guiño a los maestros Julio González y Ángel Ferrant.

 

“Martín Chirino. Afrocán. El Oráculo del Viento”

FUNDACIÓN MARTÍN CHIRINO

Castillo de la Luz. C. Juan Rejón. Las Palmas De Gran Canaria

CASA ÁFRICA

C. Alfonso XIII, 5. Las Palmas de Gran Canaria

Hasta el 18 de septiembre de 2022

 

 

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