Mapplethorpe, sus santos y sus pecadores

Robert Mappelthorpe. Christopher Holly, 1980 © Robert Mapplethorpe Foundation

La Sean Kelly Gallery muestra una de las series más emblemáticas del fotógrafo

Algunas de las fotografías expuestas conectan de forma obvia con la iconografía propia de unos y otros; otras lo hacen de forma más ambigua, pero las cincuenta y cuatro instantáneas que forman parte de la muestra de Sean Kelly, algunas prácticamente inéditas para el público, nos hablan del carácter subversivo de la obra de Mapplethorpe, de sus implicaciones morales, de su personal adopción de procedimientos clásicos y del papel fundamental que concede al espectador, al que se invita a tomar sus propias conclusiones.

Robert Mapplethorpe. Bruce Mailman, 1981 © Robert Mapplethorpe Foundation

Un autorretrato de Mapplethorpe del año ochenta se empareja en la muestra con un retrato de la actriz y cantante Amanda Lear (una de las dos únicas fotografías de la exposición centradas en la sexualidad femenina); el perfil de una escultura de mármol de Ermes se exhibe junto a una vanitas protagonizada por un cráneo humano y sendos retratos de Bruce Mailman y Christopher Holly que también forman pareja pueden ser percibidos como imágenes lúdicos o como alegorías de lo funesto, según la percepción de cada espectador. Las posibilidades interpretativas de cada una de las imágenes son infinitas.

Robert Mapplethorpe. Lisa Lyon, 1982 © Robert Mapplethorpe Foundation

Mapplethorpe, formado en el Pratt Institute de Brooklyn, empleó en sus comienzos el collage como principal medio expresivo para inclinarse gradualmente hacia el empleo exclusivo de la fotografía ya en los setenta. Tomó sus primeras instantáneas utilizando una Polaroid y ganó celebridad gracias a sus retratos de artistas, arquitectos, miembros de la alta sociedad, estrellas del cine porno e intelectuales que además fueron amistades personales.

Robert Mapplethorpe. Lisa Lyon, 1982 © Robert Mapplethorpe Foundation

En la década de los ochenta imprimió en sus fotografías una suerte de belleza clásica en composiciones muy cuidadas de desnudos femeninos y masculinos, flores y bodegones. Falleció en Boston a los 42 años.