Los trípticos cerrados del Museo del Prado

El Bosco. El carro de heno, hacia 1915. Museo Nacional del Prado

Coincidiendo con la Semana de la Ciencia, la pinacoteca muestra imágenes poco conocidas que aparecen en los reversos de los trípticos y tablas flamencas de su colección

Madrid, 02/11/2012



“Los trípticos cerrados del Museo del Prado. De grisalla a color”

MUSEO NACIONAL DEL PRADO
Paseo del Prado, s/n
28014 Madrid
Del 5 de noviembre de 2012 al 6 de enero de 2013
De lunes a sábado, de 10.00 a 20:00 horas
Domingos y festivos, de 10:00 a 19.00 horas

Coincidiendo con la celebración de la XII Semana de la Ciencia, el Museo del Prado ofrecerá al público, del 5 de noviembre al 6 de enero, la oportunidad única de contemplar, en la planta baja del Edificio Villanueva, el reverso de algunos de los trípticos flamencos que se exponen abiertos habitualmente en sus salas.

 

Fotografías a tamaño real de estos trípticos cerrados que se muestran en el Museo y normalmente no están visibles al público estarán acompañadas de cartelas informativas en las que se incluye una imagen del tríptico abierto y la referencia a la ubicación de éste en las salas.

 

Durante los dos meses que se prolongará la exposición “Los trípticos cerrados del Museo del Prado. De grisalla a color”, se ha organizado un programa de actividades didácticas en el que se celebrarán visitas guiadas que partirán de un recorrido por el emplazamiento habitual de las pinturas hasta llegar a la muestra donde podrán observar el reverso de las obras y una conferencia impartida por el comisario de la misma, Fernando Pérez Suescun, que tendrá lugar el 18 de noviembre a las 12:00 horas.

Vrancke van der Stockt. La moneda del César. Puertas exteriores del Tríptico de la Redención, 1455 - 1460

En los reversos de sus obras, los primeros primitivos flamencos (los van Eyck, Campin y Weyden) incorporaron “grisallas“: pinturas monocromas, en tonos grises conseguidos mediante gradaciones de blanco y negro. Simulan esculturas en piedra sin policromar con figuras en un marco arquitectónico situadas frecuentemente sobre pedestales pintados.

 

El empleo del óleo, que permite la traducción de las distintas materias, favorece la ambigüedad y el ilusionismo al reforzar el aspecto vivo de las figuras y el escultórico de las grisallas, como sucede en las piezas de Alincbrot, Campin, van der Stock y Provost. Por su parte, el uso del color en carnaciones, cabellos, fondos y algunos otros objetos, como en las esculturas policromadas, las convierte en “semigrisallas”, como hizo Memling en algunas obras tempranas y durante el siglo XVI algunos pintores de Brujas, como Pourbus.

 

El caso de El Bosco, como no podía ser de otro modo, es singular. En El jardín de las delicias recurre a la grisalla para un tema del Génesis, en La Adoración de los Magos limita el color a los comitentes dentro del espacio sacro, y en El carro de heno da preponderancia al color.

 

 

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