Las millones y abundantes razones de Elena Blasco

Elena Blasco. Cortina azul, 1994La artista madrileña expone en la Sala Alcalá 31 más de un centenar de obras de todas sus etapas

“Elena Blasco. Millones y abundantes razones”

SALA ALCALÁ 31
c/ Alcalá, 31 28014
Madrid
Del 29 de marzo al 20 de mayo de 2012
De martes a sábados, de 11:00 a 20:30 horas
Domingos y festivos, de 11:00 a 14:00 horas

Del 29 de marzo al 20 de mayo de 2012, en la Sala Alcalá 31 de Madrid

Comisaria: Alicia Murría

Obras: 140

La prolífica obra, variada y transgresora, de la madrileña Elena Blasco recala el próximo día 29 en la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de la mano de una retrospectiva compuesta por 140 obras representativas de todas las etapas de sus tres décadas de trayectoria, entre pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones, dibujos, múltiples y obra gráfica.

Nacida en la capital en 1950, Blasco realizó su primera muestra individual en 1976, en una fas en la que su producción estuvo marcada tanto por sus experiencias conceptuales como por su fuerte espíritu crítico en materia política. Por su tendencia a crear de forma individual y libre, no llegó a formar parte del colectivo impulsor de la nueva figuración madrileña ni, ya en los ochenta, abrazó la tendencia neoexpresionista imperante en aquella época, aunque sí tuvo en común con el primer grupo su reivindicación del potencial expresivo y conceptual del medio pictórico y su empleo de bases analíticas o geométricas.

Su proceso creativo parte de la pintura, pero Blasco ha sido pionera en la combinación de materiales muy diversos, transgrediendo con una admirable naturalidad las fronteras entre pintura y escultura e incluyendo objetos y volúmenes que escapan literalmente del plano para bordear los límites de pintura y escultura. Igualmente resultan difíciles de definir sus introducciones de pintura en imágenes fotográficas que luego vuelve a fotografiar.

Por último, sus instalaciones pueden surgir de la superficie del cuadro para invadir el espacio a través de elementos cuya representación parece alcanzar independencia y autonomía tridimensional o, al revés, como si buscaran regresar al interior del lienzo. La inestabilidad narrativa es uno de los ejes de sus trabajos.

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Elena Blasco

Tótem, 1989

Colección privada

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Elena Blasco

La puntita nada más, 1997

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