La tercera muestra individual de David Vimar en la Galería Ar+51 de Toledo puede visitarse hasta el 7 de enero de 2024: el proyecto “La Voz del Bosque” consta de un conjunto de obras, desde pinturas elaboradas con humo de vela sobre lino natural a esculturas realizadas con madera de pino, que remiten a las redes comunicativas que se establecen en los bosques bajo tierra -y que aluden a las humanas, neuronales y sociales- y a la necesidad de proteger estos ecosistemas.
Recalca Vimar que los árboles se encuentran integrados en un tejido subterráneo que permite justamente la subsistencia de este medio natural, una red que les permite compartir información y que se ha dado en llamar micorriza. Esa información compartida tiene que ver con el estado de cada individuo, su nutrición y el nivel de estrés que padece, y se transmite a través de árboles madre situados en el centro de esa trama, que implica además la transmisión en el aire de compuestos químicos que, en situación de incendios, plagas, tormentas u otros daños ambientales, perciben los estomas de las hojas.
En el caso de las esculturas de “La Voz del Bosque”, podremos percibir en ellas marcas del tallado que adquieren un rol metafórico como heridas abiertas que defienden la existencia de estos paisajes. Vimar se sumó el año pasado a nuestros Fichados; nos explicó entonces que, del mismo modo que ha estudiado la comunicación humana, ha investigado esos sistemas que permiten a los árboles funcionar cooperativamente, a veces como si formaran una unidad, tratando de establecer esas analogías entre ellos y las redes propias del ser humano, dejándose influir en ese camino por las aportaciones de Suzanne Simard y David George Haskell, entre otros. En esta propuesta ha buscado emplear materiales orgánicos, haciendo referencia a sus propiedades desde las composiciones.
