La creación híbrida de Wim Delvoye

Su peculiar perspectiva del arte se exhibe en el Ernst Museum de Budapest

Del 15 de febrero al 23 de marzo de 2008 en el Ernst Múzeum, Budapest

Organiza: Ernst Múzeum con la colaboración del Estudio Wim Delvoye

Comisario: Simon Kati

El trabajo de Wim Delvoye (Gante, 1965) despierta simpatías con tanta facilidad como provoca juicios negativos, y en lo que casi todos -críticos y espectadores- coinciden es en la incertidumbre que se experimenta ante algunas de sus extravagantes piezas, que al final, le pese a quien le pese, gozan desde los años 80 del status de obras de arte.

“Wim Delvoye”. Budapest, hasta el 23/03/08

Como tales, el museo Ernst de Budapest las acoge estos días en sus salas, coincidiendo con la celebración en la ciudad húngara del LOW Dutch-Flemish Cultural Festival.
A través de una exposición que recorre algunos de los mejores momentos de su producción descubrimos un continuo desafío a los límites establecidos entre lo que se considera alta y baja cultura, regado siempre con un particular sentido del humor. El toque kitsch tampoco falta, por ejemplo, en algunas de sus reinterpretaciones de marcas sobradamente reconocibles para el gran público, encontrando el mejor ejemplo de ello en la utilización que hace del logotipo y las letras características de Walt Disney para su propia firma. Los personajes del famoso dibujante aparecen también representados en algunos de los componentes del que podemos considerar uno de sus proyectos más provocativos: “Art Farm”, que él mismo ha de denominado “Pig Brother”. Todo empezó en la década de los noventa cuando decidió viajar a China e instalar allí una granja de cerdos en cuya piel tatúa diferentes motivos, desde la cara de la Cenicienta, a los anagramas de Louis Vuitton o los de la marca de motos Harley-Davidson. Los animales están a la venta como cualquier otra obra de arte y quienes quieran adquirirlos pueden seguir su crecimiento y sus costumbres diarias a través de Internet. No menos llamativa desde luego es la idea que da forma a Cloaca, una instalación formada por maquinaria capaz de reproducir el sistema digestivo humano, de forma que por un lado se le introduce alimentos y ella es capaz de expulsarlos por el extremo contrario en forma de excremento. Uno no sabe realmente si es algo espeluznante o si simplemente no está preparado para encontrar tanta perfección en un museo de arte contemporáneo, porque lo mejor es cuando te explican que es necesario proporcionarle alimentos dos veces al día para que pueda defecar como el equivalente a un adulto sano. Junto a éstas, no faltan las radiografías eróticas de “Siete consideraciones sobre sexo X” o imágenes de sus objetos cotidianos pintados con motivos de la pintura tradicional holandesa de Delft o su peculiar homenaje al arte gótico elaborando vitrales en cuya decoración da rienda suelta a su grotesca imaginería. En toda su obra encontramos reminiscencias a importantes artistas belgas que sin duda le han servido para su reinterpretación de la historia del arte, como Ensor, Magritte o Broodthaers; sin olvidarnos de figuras tan significativas como el padre del ready-made, Marcel Duchamp.
La creación de algo parecido al arte vivo, su desmitificación y una revalorización del concepto de lo barroco han servido a Wim Delvoye para situarse en una posición destacada dentro del arte conceptual, desde la que el creador libra su batalla personal en contra de la elegancia.

Wim Delvoye
Hamupipőke / Cendrillon, 2005
© Studio Wim Delvoye

Wim Delvoye
Chapelle, 2006
© Studio Wim Delvoye

Wim Delvoye
Cloaca, 2001
© Studio Wim Delvoye

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