Los instintos americanos de Irving Penn

Irving Penn. Mouth (for L’Oréal), New York, 1986. © The Irving Penn Foundation
Irving Penn. Mouth (for L’Oréal), New York, 1986. © The Irving Penn Foundation

Entre los aniversarios que nos trae este 2017 encontramos el centenario del nacimiento, en Plainfield (Nueva Jersey), de Irving Penn, el fotógrafo que demostró que era posible conjugar frescura compositiva y elegancia, retrato intelectual y fotografía de moda.

Aunque solamos asociarlo a sus colaboraciones con VOGUE, quizá encontremos al Penn más interesante en sus caminos menos trillados: sus imágenes de la gente corriente de Nueva York, Nueva Orleans o Philadelphia, los estudios de las conexiones y distancias entre las culturas que conoció en sus numerosos viajes por Europa, Asia y Sudamérica y también en sus extraordinarios bodegones, recreaciones absolutamente contemporáneas, e incluso descaradas, de las vanitas cultivadas desde el Barroco.

La primera de las muestras que conmemora el centenario de Penn, fallecido en 2009, abrió sus puertas hace cuatro días en el Frist Center de Nashville. Se trata de la retrospectiva “Beyond Beauty”, organizada en colaboración con el Smithsonian.

La muestra nos permite comprobar que el primer Penn, el fotógrafo que en sus comienzos trabajaba en la gestación de un estilo personal, no puso la moda en su objetivo, sino las calles y las gentes que encontraba en ellas, tanto en Estados Unidos (en los años treinta) como en México (donde comenzó a trasladarse a principios de los cuarenta). Se dejó influenciar por la mirada documental de Walker Evans y la New York Photo League, pero también, y paralelamente, por las yuxtaposiciones simbólicas de los surrealistas.

No obstante, aunque solo conozcamos a Penn a través de su fotografía de moda y de su trabajo para Vogue, que se prolongó desde 1943 hasta entrado el siglo XXI, podemos hacernos una idea, acertada aunque no completa, de su personal identidad gráfica y de su desafío a las convenciones formales al servicio de la plasmación de la evolución de la moda y de nuestra actitud ante ella desde el fin de la II Guerra Mundial. Él fue uno de los primeros fotógrafos en dejar claro que en el ámbito eminentemente comercial de la fashion photography también había espacio para la experimentación y la sorpresa.

Irving Penn. Truman Capote, New York, 1979. Smithsonian American Art Museum. © The Irving Penn Foundation
Irving Penn. Truman Capote, New York, 1979. Smithsonian American Art Museum. © The Irving Penn Foundation

Y, sin cerrarse a ningún género, supo también labrarse una carrera fecunda como retratista, llevando a intelectuales y creadores (Nureyev, Bacon), celebridades (Leontyne Price) y figuras a medio camino (Truman Capote) a una esquina claustrofóbica en blanco y negro en la que sacó punta a sus personalidades.

Estas imágenes las tomó en la década de los cuarenta y, por su absoluto control de los gestos y posturas de sus modelos, las concibió prácticamente como bodegones, acentuando sus cualidades pictóricas.

Cualidades que se hacen especialmente presentes en el otro gran bloque de su producción: sus bodegones concebidos para expresar conceptos de modo más o menos evidente o subliminal. Es en estas obras donde queda más clara la huella surrealista en la producción de Penn, y su casi obsesión por las relaciones entre belleza estética y decadencia y entre placer y dolor; una muestra evidente es su icónica y transgresora Bee (1995), en la que una abeja poliniza unos labios. Esta imagen ha acabado simbolizando, con el paso de los años, la ruptura moderna entre fotografía comercial y bellas artes, o al menos la maleabilidad de sus fronteras.

La próxima gran celebración de la carrera de Penn tendrá lugar en el Metropolitan de Nueva York. Allí se inaugura, el próximo 24 de abril, la que será su mayor retrospectiva hasta el momento, articulada a partir de la donación que The Irving Penn Foundation efectuó al MET hace dos años: 150 imágenes representativas de todas las etapas de su carrera.

Irving Penn. Bee, New York, 1995. Smithsonian American Art Museum.  © The Irving Penn Foundation
Irving Penn. Bee, New York, 1995. Smithsonian American Art Museum. © The Irving Penn Foundation

En esta antología se exhibirán dos centenares de obras, entre las que nos faltarán retratos de Lisa Fonssagrives-Penn, su esposa; exquisitos bodegones, retratos de niños quechua realizados en Cuzco o de trabajadores urbanos, desnudos femeninos, estudios florales e imágenes de Truman Capote, Picasso, Ingmar Bergman o Issey Miyake. Esta muestra podrá verse hasta el 30 de julio.

Irving Penn. Sitting Enga Woman, New Guinea, 1970. Smithsonian American Art Museum. © The Irving Penn Foundation
Irving Penn. Sitting Enga Woman, New Guinea, 1970. Smithsonian American Art Museum. © The Irving Penn Foundation

 

Irving Penn: Beyond Beauty

THE FRIST CENTER FOR THE VISUAL ARTS

919 Broadway, Nashville

Del 24 de febrero al 29 de mayo de 2017

 

 

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