Giorgio Morandi vs Luc Tuymans

Giorgio Morandi. Natura morta, 1936. Mamiano di Traversetolo (Parma), Fondazione Magnani Rocca Giorgio Morandi. Natura morta, 1936. Mamiano di Traversetolo (Parma), Fondazione Magnani Rocca

El BOZAR de Bruselas presenta una retrospectiva del italiano y confronta con sus paisajes y bodegones una selección de obras de Tuymans

Bruselas, 12/06/2013

Gran maestro de la moderna naturaleza muerta y declarado seguidor de maestros italianos y franceses como Giotto, Paolo Uccello, Chardin, Seurat y Cézanne, Giorgio Morandi ocupa hasta septiembre un lugar de honor en las salas del BOZAR de Bruselas de la mano de una retrospectiva que comprende un centenar de sus obras entre óleos sobre lienzo, dibujos, grabados y acuarelas seleccionados por la comisaria María Cristina Bandera.

 

La muestra presta atención a los temas fundamentales cultivados por Morandi: naturalezas muertas sumidas en la quietud, paisajes inspirados por la naturaleza de la región de Emilia-Romagna y bouquets de flores que a veces regalaba a sus amigos y conocidos.

 

Es la primera vez que un conjunto tan representativo de trabajos de Morandi se muestra en Bélgica y entre las piezas, prestadas por cuarenta colecciones internacionales, entre ellas las del Museo Morandi, el MART, la Galleria degli Uffizi, la de Arte Moderno de Turín, la Pinacoteca Brera y la Fundación Longhi, destaca un autorretrato único que no se ha expuesto en demasiadas ocasiones.

Giorgio Morandi. Natura morta, 1954. Fondazione Longhi

Giorgio Morandi. Natura morta, 1954. Fondazione Longhi

Tan reconocido como enigmático, a raíz de su apartada vida en Bolonia, Morandi se formó en la Academia de Bellas Artes de esta ciudad y en sus estudios tomó como referencia la obra de maestros del Renacimiento italiano (Massaccio y Piero della Francesca, además de los mencionados Giotto y Uccello) y la de los impresionistas Renoir, Seurat o Cézanne. Aunque apenas viajó, se mantuvo muy informado del desarrollo de las vanguardias, sobre todo del Cubismo, el Futurismo y la pintura metafísica, y a partir de esas influencias logró configurar hacia 1920 un estilo propio que continuó perfeccionando a lo largo de su carrera.

 

Como Cézanne, uno de sus grandes referentes, pintó una y otra vez casi obsesivamente los mismos motivos, fueran bodegones o paisajes, con cambios mínimos en cuanto a orden, color y enfoque de sus composiciones. Morandi fue también un virtuoso en el empleo de distintas técnicas (los citados grabado, dibujo y acuarela) y en la transmisión con cada una de ellas de una atmósfera diferente. Para él, todos los formatos tenían un valor artístico equivalente y todos le permitían experimentar.

 

Giorgio Morandi. Paesaggio, 1962. Museo Morandi

Giorgio Morandi. Paesaggio, 1962. Museo Morandi

A lo largo de su trayectoria no apreciamos cambios de estilo significativos, sino una búsqueda constante de la esencia y la pureza de las formas, de ahí que su última producción se acerque a la abstracción.

 

Además de inspirar escenas de La Notte de Antonioni, La Dolce Vita de Fellini o Io sono l´amore de Luca Guadagnino y fragmentos de novelas de Pasolini, Paul Auster y Siri Hustvedt y Don de Lillo, Morandi es también el autor sin el que no podríamos comprender muchos trabajos de Lawrence Carroll, Tacita Dean, Tony Cragg o Luc Tuymans, artista este último invitado en el BOZAR.

 

Allí podremos ver sus obras más influenciadas por las del italiano, como Intolerance (1993), Church (1990) y Plates (2002).

 

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