George Herriman y su Krazy Kat en el Reina Sofía

El cómic toma fuerza en la programación expositiva de museo madrileño

Madrid,
George Herriman. Krazy Kat. Dibujo original para página completa de periódico, 30 de diciembre de 1917. Colección Stoklas, Viena
George Herriman. Krazy Kat. Dibujo original para página completa de periódico, 30 de diciembre de 1917. Colección Stoklas, Viena

En la discreta posición que el cómic aún ocupa en los discursos expositivos de las colecciones de arte contemporáneo en nuestro país, vemos cómo poco a poco se producen interesantes inserciones que van acompañadas del aplauso de quienes tienen ocasión de disfrutarlas. En el Reina Sofía, por  ejemplo, encontramos casos contados como los de Nazario o Antón Patiño, aunque su director, Manuel Borja-Villel, asegura que existe la voluntad de ir ampliando esta nómina porque “el cómic es parte del relato de la historia del arte y no se puede entender una época sin todos los elementos que la conforman”. Es más, añadiríamos que el cómic ejerció en muchos casos una contrastada influencia en artistas de primera línea.

En este creciente interés por mostrar las mejores producciones dentro del género, el Reina Sofía acaba de inaugurar “George Herriman. Krazy Kat es Krazy Kat es Krazy Kat”, la exposición más completa dedicada hasta la fecha a esta figura histórica, autor de la popular tira Krazy Kat, aparecida por primera vez en 1913 en el New York Evening Jornal, propiedad del todopoderoso William Randolh Hearst. Pese a no gozar de una excesiva popularidad entre los lectores, Hearst la mantuvo y publicó en varios periódicos estadounidenses durante más de tres décadas. La razón fue su altura intelectual, no apreciable para muchos pero fundamental para el gusto del magnate de la prensa, quien deseaba llegar a sectores algo más sofisticados. Se sabe que Picasso era un auténtico fan de la tira de Herriman. La leía junto a Gertrude Stein cuando esta recibía su correo desde Estados Unidos. Fritz Lang, Frank Capra, T.S. Elliot, E.E. Cummings, Umberto Eco, son figuras del cine y la literatura que han manifestado su aprecio por Herriman. En las artes plásticas, es notoria y manifiesta la influencia que el autor de cómics ejerció en Philippe Guston, Kentridge (próximamente en el Reina Sofía), de Kooning o Fahlström, que llevó la tira al lienzo. Estos y otros fueron responsables de que su trabajo llegase a convertirse en obra de arte, y quizás por eso hoy podemos disfrutarlo un mayor número de personas.

George Herriman nació en Nueva Orleans en 1880, aunque pronto se trasladó con su familia a Los Ángeles, ciudad en la que permanecería hasta su muerte, en 1944. Se sabe que nunca le gustó hablar de sí mismo y quizás por eso no fue hasta pasados treinta años de su muerte cuando se supo que era descendiente de una familia afroamericana, dato que evidentemente ocultó por el temor a no poder publicar su trabajo. Vivió como blanco y desempeñó trabajos de blancos pero, de alguna manera, los estudiosos de su obra sí que han sido capaces de interpretar ese origen mestizo en sus dibujos. También ha sido objeto de discursos la ambigüedad sexual de Krazy Kat, a veces gato, a veces gata, y de su relación con el gato Ignatz. Entre ambos se levanta un mundo al revés, de jerarquías cambiadas, muy en consonancia con la propia vida de Herriman. Chris Ware, en el catálogo de la exposición, señala que Krazy Kat se ha descrito como “una parábola del amor, una metáfora de la democracia, un poema surrealista. Es también el relato de Estados Unidos y un autorretrato de Herriman”.

“el perro odia al ratón y venera al gato, el ratón desprecia al gato y odia al perro,  el gato no odia a nadie y ama al ratón”

Hasta este momento el conocimiento de la obra de Herriman era bastante parcial. Existen más de 1500 páginas de Krazy Kat, que hasta hace muy poco no se han compilado y puesto al alcance del público. En 1984 tuvo lugar la primera retrospectiva de su trabajo, en el Museum of Cartoon Art de Rye Brook, en Nueva York, menos completa que esta del Reina porque fue a partir de aquella primera que el interés por la figura de Herriman creció exponencialmente hasta posicionarlo un escalón más arriba en el ámbito artístico.

n_mncars_herriman_krazy_kat_color
George Herriman. Krazy Kat. Página completa de periódico, 28 de agosto de 1938. Colección Patrick McDonnell y Karen O’Connell

Para esta exposición, que ocupa varias salas de la tercera planta del Edificio Sabatini, se han seleccionado 160 tiras aproximadamente, entre dibujos originales y páginas de periódicos de época en los que aparecieron publicadas. Ambientada en un idealizado condado de Coconino (Arizona), reproduce las aventuras y desventuras de Krazy, locamente enamorado del ratón Ignatz, quien no correspondiéndole le tira continuamente ladrillos a la cabeza con la afanosa intención de quitárselo de encima, gesto que Krazy malinterpreta, amándolo aún más… También está el perro policía Ofissa Pupp, loco por Krazy, que trata de librar a su admirado gato de los ataques del ratón, llevándose de paso algunos de los golpes. E.E. Cummings define el enredo como “el perro odia al ratón y venera al gato, el ratón desprecia al gato y odia al perro,  el gato no odia a nadie y ama al ratón”. Más allá de lo cómico de las situaciones, la obra de Herriman presenta numerosas lecturas e interpretaciones.

En el recorrido de carácter cronológico que nos propone la muestra encontramos principalmente a Krazy Kat pero también algunos trabajos anteriores, de 1901 a 1910, como la historieta The Two Jolly Jackies, Lariat Pete, Professor Otto, Mayor Ozone o Baron Mooch; y otras tiras realizadas en convivencia temporal con las del famoso gato (Now listen Mabel, Us Husbands o Stuble Inn), que tuvieron mayor o menor repercusión pero ninguna a la altura de Krazy Kat. En los últimos años, a partir de 1935, Herriman introduce el color, haciéndose las tiras más sencillas en su diseño pero con esos trazados abstractos que recuerdan a las características mantas tejidas por los indios navajos, tan recurrentes en esta última etapa. El crítico Gilbert Seldes, en un ensayo publicado en 1924, la define como “la obra de arte más divertida, fantástica y satisfactoria que se produce hoy en los Estados Unidos”, mientras que The Comic Journal la considera “el mejor cómic del siglo pasado”.

Conocido como “dibujante de dibujantes”, Herriman es hoy un autor de culto para otros referentes del cómic como el Pulitzer Art Spiegelman (Estocolmo, 1948), que, con motivo de esta exposición, impartirá una conferencia sobre la actualidad del cómic. Será en el museo el 20 de diciembre.

 

George Herriman. Krazy Kat. MNCARS
George Herriman. Krazy Kat. MNCARS

 

George Herriman. Krazy Kat. MNCARS
George Herriman. Krazy Kat. MNCARS

 

“George Herriman. Krazy Kat es Krazy Kat es Krazy Kat”

MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA. MNCARS

c/ Santa Isabel, 52

Madrid

Del 17 de octubre de 2017 al 26 de febrero de 2018

 

 

Comentarios