La nueva educación: un libro y una exposición conmemoran el centenario del Instituto-Escuela

04/06/2019

La nueva educación. En el centenario del Instituto-EscuelaRecién iniciada la restauración, en 1876, el pedagogo malagueño Francisco Giner de los Ríos puso en marcha la Institución Libre de Enseñanza, el primero de una serie de proyectos (el Museo Pedagógico Nacional, la Junta para Ampliación de Estudios, la Residencia de Estudiantes o las Colonias Escolares, nacidos bajo su influencia) con los que se abrirían puertas y ventanas de la educación en España a fines del siglo XIX. Lo acompañaron en esa labor Laureano Figuerola, Gumersindo de Azcárate, Teodoro Sainz Rueda y Nicolás Salmerón, que habían sido antes separados de la Universidad Central de Madrid por negarse a plegar sus enseñanzas a directrices políticas, religiosas y morales y por conceder primacía a la libertad de cátedra.

Trabajaron entonces por poner en marcha una labor educativa independiente de la estatal, laica y privada, que primero aplicaron al ámbito universitario y después al escolar y que secundarían personalidades fundamentales del ámbito intelectual de entonces, como Ortega y Gasset, Clarín, Menéndez Pidal, Sorolla, Gregorio Marañón, Ramón y Cajal o Antonio Machado.

La historia de la Institución, pese a su obligada disolución, tal como fue creada, en 1939, es la de un éxito, según ha subrayado hoy el Presidente de la Fundación Francisco Giner de los Ríos, José García-Velasco. Por las miles de personas que formó su Instituto-Escuela y porque sus iniciativas tuvieron continuidad en el exilio, en algunas experiencias públicas y privadas españolas durante el franquismo (como los colegios Estudio o Estilo) y también hoy. Precisamente acaban de cumplirse cien años de la fundación de ese Instituto-Escuela, una de las experiencias más importantes de la renovación pedagógica española en el primer tercio del siglo pasado, y la Institución Libre de Enseñanza (ILE) lo celebra, en colaboración con Acción Cultural Española, la Residencia de Estudiantes, el Ministerio de Educación y la Fundación Estudio, con una publicación que acaba de editarse (La nueva educación. En el centenario del Instituto-Escuela) y con una exposición que se inaugurará en otoño, con el mismo nombre.

Ambas actividades pretenden reivindicar el proyecto, que desde 1918 y hasta la Guerra Civil, puso en marcha las propuestas educativas de la ILE, porque socialmente, según Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación, no se ha alcanzado aún una percepción clara de lo que sus innovaciones supusieron en el sistema educativo poco desarrollado, en general, de los inicios del siglo pasado. Previamente se habían dado, eso sí, pasos adelante, como la creación del Ministerio de Instrucción Pública en 1900 o la asunción por parte del Estado, en 1903, del pago de las nóminas a los maestros (hasta entonces dependiente de los Ayuntamientos).

Giner de los Ríos y sus seguidores propusieron fusionar las llamadas entonces primera y segunda enseñanza, sustituyéndolas por una educación general del ciudadano crítico, solidario y comprometido, diferente a la formación en un oficio; conceder mayor relevancia a la formación del profesorado, entendiendo que esta continuaba mientras ofrecían sus enseñanzas (del mismo modo que el proceso educativo no es una etapa vital, sino que dura lo que la vida), prescindir de libros de texto y exámenes en favor de una enseñanza basada en el diálogo y la experiencia directa, siguiendo el lema rousseauniano del aprender haciendo y abrir las aulas al espacio exterior, considerando que aquellas no son un mundo cerrado (un día de campo vale más que un día de clase, dijo Giner). De los Ríos, quie no llegó a ver en marcha el Instituto-Escuela al fallecer en 1915, estaba convencido de que una juventud culta podría evitar barbaries: no creía en revoluciones, sino en la transformación de la sociedad a través de la educación, porque las primeras tocan la cáscara de un problema pero no su raíz.

Alumnas del Instituto-Escuela de viaje a Barcelona, años veinte. Residencia de Estudiantes, Madrid
Alumnas del Instituto-Escuela de viaje a Barcelona, años veinte. Residencia de Estudiantes, Madrid

Regresando a la publicación sobre el Instituto-Escuela, creado por la citada Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (el mismo organismo que permitió a alumnos y profesores mejorar sus estudios en el extranjero), hay que subrayar que supone una suerte de “estado de la cuestión” sobre lo que hoy se sabe de él y de su relación con el panorama europeo del momento. Cuenta con testimonios de quienes fueron sus alumnos (también de quienes aprendieron en centros que aplicaron sus métodos, como el Colegio Cervantes madrileño), con una selección de textos históricos y otros dedicados a la aplicación actual de propuestas educativas inspiradas en los postulados de Giner. Se completa con una abundante documentación gráfica: más de quinientas imágenes, muchas inéditas, recopiladas por la ILE y la Residencia de Estudiantes desde hace años. Se trata de fotografías significativas, además de por su valor histórico y documental, por lo que aportan en cuanto a nuestro conocimiento de los métodos educativos empleados, como la disposición anticátedra de alumnos y profesores y las actividades fundamentales desarrolladas (talleres, deportes, excursionismo…). Estas fotos son paideia, ha dicho García-Velasco.

No faltan tampoco ejemplos de materiales escolares, fichas de clase y cuadernos de trabajo de algunos alumnos, en algunos casos creadores y científicos conocidos por todos.

Alumnos del Instituto-Escuela trabajando en el taller de carpintería en la sede de Miguel Ángel 8, hacia 1925. Residencia de Estudiantes, Madrid
Alumnos del Instituto-Escuela trabajando en el taller de carpintería en la sede de Miguel Ángel 8, hacia 1925. Residencia de Estudiantes, Madrid

Este volumen será el catálogo de la muestra que, en la sede de la Institución Libre de Enseñanza en Martínez Campos, podrá verse como decíamos desde otoño para conmemorar este centenario. En ella podremos contemplar una nutrida selección de arte de entonces y de hoy: obras de, entre otros, Regoyos, Picasso, Torres García, Barradas, Benjamín Palencia, Alberti, Ángel Ferrant, Maruja Mallo, Darío Villalba (sus encapsulados nos esperan en Alcalá 31), Blanca Muñoz, Eduardo Arroyo, Chema Madoz o Antonio Ballester.

Nos queda decir que la Institución Libre de Enseñanza abrió, con la llegada de la democracia, una nueva etapa, convertida en centro para la reflexión educativa a partir de las ideas de Giner de los Ríos y en espacio para la formación (imparte un máster para la innovación en la educación). Organiza seminarios, conferencias y debates y realiza estudios sobre los métodos de enseñanza adecuados a la sociedad y el contexto actuales y también ligados a la conservación y la educación medioambiental: se ha creado una Escuela de Animación y Tiempo Libre para impulsar las actividades en la naturaleza.

Junto a la Residencia de Estudiantes, trabaja desde hace décadas en la recuperación del legado primero de la ILE; de esa labor es fruto tanto el catálogo del que hablamos como la próxima muestra.

Alumnas de la profesora de párvulos Guadalupe Picallo en el Instituto-Escuela, 1935. Residencia de Estudiantes, Madrid
Alumnas de la profesora de párvulos Guadalupe Picallo en el Instituto-Escuela, 1935. Residencia de Estudiantes, Madrid

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