Fotografía y proletariado: una luz dura, sin compasión

Tina Modotti. Portada de la revista AIZ, nº17, 1931

El Museo Reina Sofía acoge la más completa muestra hasta la fecha dedicada a la fotografía obrera

“Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939”

MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA
c/ Santa Isabel, 52
28012 Madrid
Del 6 de abril al 22 de agosto de 2011
De lunes a sábados, de 10:00 a 21:00 horas
Domingos, de 10:00 a 14:30 horas

Del 6 de abril al 22 de agosto de 2011, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

 

Comisario: Jorge Ribalta

 

 

Un millar de obras, entre fotografías, libros revistas y films, componen “Una luz dura, sin compasión”, la mayor muestra que hasta ahora ha ofrecido un museo dedicada al surgimiento de la fotografía obrera. La exhibición, organizada por el Museo Reina Sofía, más que pretender constituir una antología histórica de artistas y obras destacadas, busca analizar la formación de espacios públicos mediante la instantánea documental proletaria y como este tipo de fotografía, por su intención de denuncia, se mostró contraria al modelo burgués.

 

El MNCARS reivindica así mismo la relevancia del movimiento de la fotografía obrera en el marco de la historia global de este arte y el surgimiento de una nueva historiografía del medio fotográfico, atendiendo a la formación de una esfera pública fotográfica.

 

La muestra se inicia abordando la dialéctica visual entre la URSS y Alemania entre 1926 y 1932. Fue en la década de los veinte cuando, gracias a un concurso convocado por AIZ, nació la revista Der Arbeiter-Fotograf y el movimiento de la llamada Fotografía de los trabajadores. La recepción alemana de este movimiento desempeñó un papel clave en el impacto internacional de la fotografía soviética. Max Alpert o Arkady Shaikhet firmaron, junto a la Asociación Rusa de Fotoperiodistas Proletarios, un manifiesto en el que rechazaban toda imagen que buscase meramente la sugestión de efectos visuales y abogaban por el empleo de la fotografía como arma para la reconstrucción socialista de la realidad.

 

A continuación, “Una luz dura, sin compasión” recorrerá la difusión del movimiento de la fotografía obrera por Europa y Norteamérica en la primera mitad de los años treinta y la aparición de revistas ilustradas inspiradas en AIZ y vinculadas a los partidos socialistas y comunistas de su tiempo. Tras la caída de la República de Weimar y el fin del primer plan quinquenal soviético, el movimiento revolucionario se desplaza hacia Hungría, Checoslovaquia, Austria, Suiza, Holanda o Gran Bretaña y Estados Unidos. Paul Strand y Tina Modotti fueron miembros de la Photo League americana.

 

 

Finalmente, la exposición se centrará en nuestro país a través de documentación de la Guerra Civil española. En España no se forjó como tal un movimiento de la fotografía obrera, pero sí contamos en la década de los treinta con la llegada de prestigiosos fotógrafos extranjeros que trajeron la praxis de esta tendencia a la península, como Walter Reuter, Robert Capa y Gerda Taro, Chim o Cartier-Bresson. No faltarán imágenes de Centelles o Josep Renau.

 

Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939

Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939

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