Están bien considerados en el extranjero, incluso en los mercados más exigentes, como el suizo, y contribuyen con su labor a una reformulación de las estructuras tradicionales de la arquitectura a favor de parámetros más actuales y globalizados. Así resume el mexicano Edgar González, comisario de la nueva muestra del Museo ICO, la situación actual de la arquitectura española fuera de nuestras fronteras, a examen hasta el 17 de mayo en “EXPORT”.
Esta exposición, gráfica y documental, es la primera en analizar en detalle el trabajo de nuestros arquitectos fuera de España, no sólo en cuanto a su participación en construcciones de renombre, también en lo relativo a su labor educativa, su inmersión en estudios internacionales, sus proyectos de cooperación, textiles o de diseño de joyas y también a las publicaciones periódicas en las que realizan aportaciones.
Se analizan perfiles muy diversos, organizados en Insiders (profesionales que trabajan en firmas internacionales), Young Achievers (ganadores de concursos en el extranjero), Producers (arquitectos consolidados, además de por sus construcciones, por sus publicaciones o su presencia digital), Scholars (docentes e investigadores en universidades extranjeras), Healers (arquitectos jóvenes que realizan trabajos con fines sociales, fundamentalmente) y Outsiders (quienes han volcado su formación arquitectónica en el desarrollo de joyas, diseño, arte o moda).
La muestra también aborda la extensión de la influencia de nuestra lengua a partir de la arquitectura (Soft power), la expansión de nuestras grandes constructoras (Giants of construction), las publicaciones especializadas en este campo (Publishing) y las grandes empresas hoteleras y textiles (Retail Empire).
En la preparación de “EXPORT” se ha tenido en cuenta el trabajo de 300 arquitectos desde un enfoque, como decíamos, más extenso que el que pueden proporcionar las listas de proyectos finalizados o en fase de construcción, pero el resultado no ofrece una enumeración exhaustiva de artífices y trabajos, sino una reflexión sobre el panorama actual de la arquitectura a nivel internacional y sobre la proyección presente y futura de los arquitectos de nuestro país, las posibilidades de exportación de sus ideas y la necesidad de que éstas no sólo se valoren fuera, también dentro.
Había no obstante que poner topes temporales al estudio y éstos se han marcado en la década aproximada transcurrida entre la finalización de las obras de la terminal marítima de Yokohama, por Alejandro Zaera-Polo y Farshid Moussavi, en 2002, y el cese también de los trabajos de remodelación del museo Rijksmuseum de Ámsterdam a cargo de Cruz y Ortiz, en 2013.
A la hora de valorar el buen momento de nuestra arquitectura fuera hay que hacer mención también a los dos equipos de nuestro país situados entre los cinco finalistas para proyectar la sede del Guggenheim Museum en Helsinki, cuyo concurso aún permanece vigente; a la construcción del próximo pabellón de la Serpentine Gallery de Londres por el estudio SelgasCano, a la buena racha del equipo de Andrés Jaque, seleccionado para construir en verano el futuro pabellón del MoMA PS1 de Nueva York y a los cinco comisarios españoles que dirigirán el año que viene la Trienal de Oslo.
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