Ettore Sottsass y la posibilidad de diseñar emociones

El Pompidou malagueño repasa sus proyectos

Málaga,

La colección del Centre Pompidou de París es rica en el legado de Ettore Sottsass, quizá la figura más internacional del diseño italiano pese a haber nacido en la ciudad austriaca de Innsbruck en 1917. Una selección de obras procedentes del museo francés forman parte, hasta febrero de 2024, de la muestra “Ettore Sottsass, el pensamiento mágico”, que le brinda su espacio homónimo en Málaga y que cuenta con un centenar de piezas, entre objetos, dibujos, instalaciones y fotografías.

Hijo de arquitecto, Sottsass creció en Milán y se licenció, él también, en arquitectura en Turín, finalizando sus estudios en 1939. Combatió en la II Guerra Mundial en el ejército italiano y pasó buena parte de los años siguientes en un campo de concentración yugoslavo; podemos decir que las carencias materiales que experimentó en la posguerra tuvieran mucho que ver con que decidiera centrarse en el diseño de objetos y no en el de edificios. Tuvo que esperar hasta 1948 para abrir, en su bien conocida Milán, su propio estudio arquitectónico e industrial y su fortuna comenzó cuando prestó atención a sus proyectos Adriano Olivetti, el empresario al que le debemos nuestras máquinas de escribir más duraderas.

La colaboración de cerca de tres décadas que los dos mantuvieron tuvo como resultados la célebre Mainframe Elea 9003 y la portátil Valentine, que forma parte de los fondos del MoMA de Nueva York y que sorprendió por su luminoso plástico rojo; de hecho, Olivetti fue, entre los cincuenta y los ochenta, el mejor pasaporte de presentación de los grandes diseñadores italianos fuera de ese país, no solo de Sottsass, y también el de su introducción en los hogares internacionales, en la esfera de la cultura popular. Sus diseños de máquinas Olivetti le valieron a Ettore el Premio Compasso d´ Oro (en 1960, junto a Mario Tchou y Roberto Olivetti, por la Elea 9003) y un doctorado honoris causa por el Royal College of Art de Londres.

Ettore Sottsass. Cartel publicitario para la máquina de escribir Valentine, 1969. Bibliothèque Kandinsky, MNAM-CCI, Centre Pompidou. Fonds Ettore Sottsass
Ettore Sottsass. Cartel publicitario para la máquina de escribir Valentine, 1969. Bibliothèque Kandinsky, MNAM-CCI, Centre Pompidou. Fonds Ettore Sottsass

En todo caso, en ese extenso periodo en que trabajó para aquella firma no dejó Sottsass de desarrollar creaciones propias, llevando a cabo objetos en los que volcaba experiencias individuales, a veces relacionadas con sus viajes (muchos) y con la cultura india y lo tántrico, dos de sus grandes intereses. Quizá buscando que su obra no se asociara universalmente a una imagen de marca, colaboró asimismo con arquitectos jóvenes que trabajaban en proyectos de corte experimental, como Archizoom, los considerados como valedores del antidiseño, o Superstudio.

Más adelante, junto a Arata Isozaki, Andrea Branzi o Michele de Lucchi pondría en pie en los ochenta el grupo Memphis, del que saldrían muebles icónicos como la librería Carlton. En alguna ocasión, Sottsass declaró que el diseño era para él, más que una actividad, una manera de relacionarse con el mundo: Para mí, el diseño es una forma de discutir la vida, de discutir la sociedad, el erotismo, la política, la comida y el diseño mismo.

A raíz del éxito de Memphis, Sottsass puso en marcha la consultoría de diseño y arquitectura Sottsass Associati, desde la que promulgó la necesidad de que la arquitectura no se desvinculara de las necesidades del hombre y de la adaptación al medio natural. Devoto del poder de la belleza, fue su afán expandirla a todo tipo de materiales y formas: además de muebles, edificios y máquinas de oficina, llevó a cabo joyas, orfebrería, cerámica, vidrio o lámparas. Con todos ellos quiso provocar una emoción.

Ettore Sottsass. Maqueta espacial, 1946-1947. © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. RMN-GP
Ettore Sottsass. Maqueta espacial, 1946-1947. © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. RMN-GP

La exposición del Centre Pompidou arranca en los cuarenta para culminar en sus trabajos con Memphis, en los ochenta. Recuerda que, en la inmediata posguerra, Sottsass se formó también como pintor y realizó esculturas (Maqueta espacial, 1947) inspiradas en las vanguardias para, paulatinamente, adentrarse en la abstracción pictórica e imbuirse de los postulados del Movimiento del Arte Concreto en Italia. Tras asentarse en Milán como arquitecto, trabajando inicialmente con su padre, desde 1947 emprendió proyectos de mobiliario y diseño de interiores; de aquella etapa data su bargueño Grassotti Cabinet (1946-1948), un mueble muy peculiar que muestra la influencia del movimiento holandés De Stijl, pero también de la arquitectura moderna.

Ettore Sottsass. Cabinet, 1948-1949. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Philippe Migeat/Dist. RMN-GP
Ettore Sottsass. Cabinet, 1948-1949. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Philippe Migeat/Dist. RMN-GP

Sería a mediados de los cincuenta cuando comenzó sus primeras cerámicas, seguramente para él vinculadas a una creación casi original, al gesto primordial que liga al hombre con el cosmos, y a lo que los objetos básicos podían tener de rituales o simbólicos. Muy poco después emprendería su senda con Olivetti, aplicando en el fondo enfoques comunes a sus objetos de oficina y a las cerámicas de formato monumental que desarrolló a finales de los sesenta. Atendió mucho, igualmente, a la dimensión sensorial de las piezas, de ahí el mencionado rojo potente de la Valentine.

Como dijimos, en los sesenta, la visión del mundo de Sottsass cambió gracias a su conocimiento de la cultura india y al descubrimiento de la contracultura estadounidense, fundamentalmente de la Generación Beat. Trabajó a medio camino entre el diseño y la arquitectura en propuestas como las Superboxes (1966): armarios cubiertos con laminados de plástico, material que se convertiría después en el predilecto de Memphis. En esa misma fase, entre 1966 y 1974, se volcó en la escritura, la fotografía y el dibujo: tomó miles de imágenes en sus desplazamientos y adoptó la precaución de archivar su obra. En estas instantáneas daba testimonio, igualmente, de su querencia por lo anónimo, lo sencillo y vernáculo.

Ettore Sottsass. Ofrenda a Shiva (nº 534), 1964. © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Audrey Laurans/Dist. RMN-GP
Ettore Sottsass. Ofrenda a Shiva (nº 534), 1964. © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Audrey Laurans/Dist. RMN-GP

Memphis, el colectivo fundado en 1981, fue la eclosión de esos intereses que ya había madurado en las décadas previas: se alejó del funcionalismo para incidir en la vertiente emocional o simbólica de los objetos, senda en la que también se embarcaron sus compañeros Michele de Lucchi, Nathalie du Pasquier, George Sowden, Martine Bedin, Matteo Thun o Aldo Cibic, capaces de incorporar narratividad a las formas ornamentales. Sus piezas pop se caracterizaron por sus formas asimétricas, sus tonos potentes y el empleo de materiales como el mencionado laminado plástico.

Beverly, 1981. © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Service de la documentation photographique du MNAM/Dist. RMN-GP
Beverly, 1981. © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Service de la documentation photographique du MNAM/Dist. RMN-GP

 

 

“Ettore Sottsass, el pensamiento mágico”

CENTRE POMPIDOU MÁLAGA

Pasaje Doctor Carrillo Casaux, s/n

Málaga

Del 11 de octubre de 2023 al 25 de febrero de 2024

 

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