Al sur de Bretaña, a solo dos horas en tren de París y a dos horas en avión desde varias capitales europeas, se encuentra Nantes. La que fue cuna e inspiración del genial Julio Verne es hoy una ciudad creativa y contemporánea en la que el arte sorprende casi a cada paso. Por lo que si estáis pensando en hacer una escapada o en organizar un viaje este verano, seguro que os interesa la información que vamos a compartir.
Bañada por el Loira y tradicionalmente abierta al mar, Nantes conserva el sabor de la historia pero mira hacia el futuro desde su continua metamorfosis. Esta se inició en 1987, cuando sus astilleros tuvieron que cerrar y la ciudad se vio obligada a reinventarse, eligiendo hacerlo a través de la cultura. Una apuesta envidiable, sí.
Así, convertida hoy en un atractivo destino cultural, Nantes sorprende durante todo el año con su amplísima oferta. Antiguas fábricas y almacenes han sido transformados en espacios culturales y con la llegada del buen tiempo las calles y los muelles se vuelven concurridos escenarios al aire libre. Destaca la celebración cada año de eventos como La Folle Journée y sus conciertos de música clásica para todos los públicos; la visita a la colección permanente de obras de arte al aire libre, Estuaire, o el festival estival Le Voyage à Nantes.
Un paseo por esta ciudad de origen galorromano nos permite observar cómo los edificios históricos, de los que son buenos ejemplos las casas medievales de entramados de madera o el majestuoso castillo de los duques de Bretaña, conviven con elegantes palacetes del siglo XVII y con la arquitectura más contemporánea. Esta última ha sido uno de los elementos decisivos en la transformación de la ciudad, en la que han participado reconocidos arquitectos como Jean Nouvel, Alexandre Chemetoff, Barto + Barto o Eduardo Souto de Mora.
Cuenta con varios museos, dedicados a diferentes temáticas. Debemos mencionar el Museo de Arte, el Museo de Historia de Nantes o centros de arte como la Hab Galerie, que desde 2012 acoge exposiciones de arte contemporáneo en la Ile de Nantes; o Le Lieu Unique, lugar de encuentro para amantes de las artes plásticas y escénicas, situado en el edificio de la antigua fábrica de galletas Lu. Patrick Bouchain, el arquitecto encargado de su reforma, le ha dado una nueva vida con espacios dedicados a la creatividad, bar, restaurante, hammam y guardería.
Fuera del ámbito artístico no podemos dejar de señalar que en 2028 abrirá sus puertas un nuevo museo dedicado a Julio Verne, “La Cité des imaginaires”.
Algo que quizás os sorprenda cuando visitéis Nantes es su respeto por el medioambiente y la amplitud de sus zonas verdes, más de 1000 hectáreas, que equivalen a una proporción de 37m² por habitante; siendo su ambición convertirse en una ciudad totalmente sostenible. Los esfuerzos realizados en esta dirección ya le sirvieron en 2013 para ser designada capital verde europea, un reconocimiento al que se suma en 2022 el de “Destino Innovador Sostenible”. Y en esta empresa el arte también tiene mucho que aportar. Además de la protección del espacio natural de la zona del Estuaire Nantes Saint-Nazaire, el artista Evor coloniza el Passage Bouchaud con el jardín vertical Jungle intérieure, una pequeña maravilla vegetal que integra plantas de todas las latitudes en una alegre mezcla no restrictiva, y que el artista cuida a diario. Otra de sus obras, Psellion de l’île, esta de carácter permanente, nos recuerda el placer de sentir la naturaleza en pleno centro del patrimonio construido.
CINCO VISITAS IMPRESCINDIBLES
MUSÉE D’ARTS
Ubicado en un antiguo palacete del siglo XIX y completamente remodelado en 2017, el Museo de Arte de Nantes reúne en sus 170 000 m² nueve siglos de Historia de las Bellas Artes, con especial atención a los siglos XX y XXI. El proyecto de reforma y ampliación, a cargo del estudio de arquitectura británico Stanton Williams, puso de relieve tres edificios: la Capilla del Oratorio (siglo XVII), el Palacio (siglo XIX) y el Cubo, un nuevo espacio de 2000 m² dedicado al arte contemporáneo. No faltan en su colección nombres imprescindibles como los de Ingres, La Tour, Courbet, Delacroix, Monet, Picasso o Kapoor, y ofrece también una completa y dinámica programación de exposiciones temporales.
LE JARDIN DES PLANTES
El jardín Botánico de Nantes alberga más de 10 000 taxones y es una de las cinco primeras colecciones de Francia. Además de los elegantes invernaderos del siglo XIX con los que cuenta el jardín, destaca la presencia de arte contemporáneo a través de las diferentes colaboraciones con artistas que se plantean cada verano. Así nacieron, entre 2013 y 2017,
el banco gigante o el Dépodépo de Claude Poti, un área de juego donde macetas gigantes se convirtieron en cabañas y miradores panorámicos; o las flores acuáticas cinéticas del artista Johann Le Guillerm. El último en participar ha sido Jean Jullien, que ha dejado allí sus simpáticos y coloridos personajes, a los que pronto se sumarán nuevos compañeros.
EL CASTILLO DE LOS DUQUES DE BRETAÑA
En el Bouffay, el barrio medieval de Nantes, muy próximo a la catedral de St. Pierre et St. Paul, se alza el Castillo de los Duques de Bretaña y tras él el elegante palacio renacentista construido en el siglo XV por Francisco II, último duque de la Bretaña independiente, y por su hija Ana, la que fuera esposa de Luis XII de Francia y dos veces reina consorte del país. Convertido en Museo de Historia de Nantes, este es un museo volcado en la innovación museográfica, que ofrece en su visita siete secuencias cronológicas y temáticas que narran la historia de la ciudad y su contextualización dentro de la historia mundial y contemporánea.
ESTUAIRE DE NANTES A SAINT-NAZAIRE
Se trata de un sorprendente itinerario al aire libre, siguiendo el curso del río Loira. A lo largo de los 60 kilómetros que separan el centro de Nantes de Saint-Nazaire encontramos una colección de obras de arte e instalaciones arquitectónicas que nació en 2007 a partir de la celebración de una bienal de arte contemporáneo y que ha ido creciendo con las sucesivas ediciones del evento, siendo ya 33 las piezas existentes. Estas son accesibles a pie, en bici y en coche, e incluso, entre los meses de abril y octubre, es posible recorrerlo en un crucero de dos horas y media de duración con las explicaciones de un guía.
Entre los artistas que han dejado su huella en esta singular ruta se encuentran nombres tan conocidos como los de Daniel Buren, Angela Bulloch, Jean Prouvé, Mrzyk & Moriceau, Jimmie Durham, Huang Yong Ping, Erwin Wurm, Jeppe Hein o Roman Signer.
LES MACHINES DE L’ÎLE
Por su singularidad, esta atracción en la zona de los antiguos astilleros navales y en la conocida como Isla de Nantes también merece una visita, especialmente si se viaja con niños. Les Machines de L’île son gigantescas construcciones animales móviles que se integran en el entorno urbano, confiriendo una atmósfera surrealista y de ensoñación. Creado por François Delarozière y Pierre Orefice, el proyecto bebe de la herencia fantástica de Verne, del universo mecánico de Leonardo da Vinci y de la propia historia industrial de Nantes. A nadie le pasará desapercibido el enorme elefante de 12 metros de altura y 48,4 toneladas de peso, que ofrece paseos por los muelles del Loira, o el grandioso Carrusel de los Mundos Marinos: un teatro de 360º formado por tres tiovivos (fondos marinos, abismos y superficie del mar) y poblado de criaturas acuáticas.
Además, a las afueras de Nantes es posible descubrir otros interesantes itinerarios:
Al sur de la ciudad se puede disfrutar de las numerosas etapas del Viaje al Viñedo, un relajante recorrido en el medio rural.
Mientras que hacia el oeste discurre la ruta de la Travesía Moderna de un antiguo país: Nantes, Saint-Nazaire, La Baule y Rennes, con final de trayecto en Mont Saint-Michel.
EL ARTE SALE A NUESTRO ENCUENTRO
Como ya hemos dicho, el arte nos sorprende en cada rincón y es que todos los años el itinerario creado a partir de Le Voyage à Nantes (VAN) se enriquece con nuevas obras permanentes. Pero, ¿qué es Le Voyage à Nantes?
Se trata de un recorrido señalizado con una línea verde en el suelo que recorre la ciudad y une las 40 etapas que en este momento conforman este itinerario artístico que se reactiva cada verano. La próxima edición del festival tendrá lugar entre el 6 de julio y el 8 de septiembre de 2024 y, más allá de sorprender con nuevas obras de arte, propone un encuentro transversal y una interpretación de la cultura que abarca también la gastronomía, el patrimonio, el medioambiente y la industria. Por eso, cada obra de arte conecta a su vez con un monumento, un rincón especial dentro de la ciudad, o cualquier otro espacio que nadie debe perderse al visitar Nantes. Es por tanto, también, una invitación a pasear y sentir.
El festival Le Voyage à Nantes (VAN) presenta en esta ocasión cerca de sesenta propuestas culturales, diversas y gratuitas, pensadas para que todos los públicos encuentren aquello que más se adapte a sus gustos e intereses. Artistas, arquitectos, diseñadores y paisajistas desplegarán sus creaciones a lo largo de los ya más de 20 kilómetros del itinerario, donde cada una de las paradas cuenta con la presencia de un mediador. Si algo caracteriza a VAN es su pretendida diversidad y su carácter abierto, lúdico y participativo.
Este año, la 13ª edición de Le Voyage à Nantes tendrá lugar, como ya hemos indicado, del 6 de julio al 8 de septiembre. Una vez más, sorprenderá a los visitantes con su nueva forma de recorrer la ciudad a través del arte:
· Las plazas reinventadas sobre el tema de los árboles (Graslin, Royale, Cours Cambronne)
· La valorización artística de los notables árboles de Nantes
· El enfoque artístico de Fabrice Hyber (Jardin des Plantes)
· La renovación y creación de las fuentes Wallace por el dibujante de cómics Cyril Pedrosa
· La nueva organización del Potager de la Cantine (por Atelier Vecteur, de Nantes)
· La colaboración entre los principales centros de enseñanza superior de Nantes (ENSBA (arte), ENSA (arquitectura), L’école de design con el recorrido del “Campus créatif”…
Entre las propuestas presentadas en esta edición del Viaje de verano, dedicada a los árboles, podemos destacar la instalación Fitzcarraldo de Henrique Oliveira en la Place Graslin, una escultura monumental que brota del suelo y se arrastra hasta el teatro. La pieza toma prestado el título de la película homónima de Werner Herzog: una extravagancia cinematográfica que presenta la determinación destructiva de un hombre apasionado por la ópera que construye un teatro en medio de la selva amazónica. Realizada íntegramente en madera, como un organismo vivo, poderoso e intrusivo, compuesto de enormes ramas que se entrelazan y extienden dinámicamente, la escultura, que parece desafiar los propios límites que separan lo natural de lo artificial, resulta tan fascinante como inquietante.
También en madera ha sido realizada la escultura que Séverine Hubard ha colocado entre las ramas de un árbol monumental de la ciudad de Nantes, un pino de Monterrey de unos 80 años y 20 metros de altura situado en el Miroir d’Eau, frente al Castillo de los duques de Bretaña. Inspirada por el campanario torcido de la Maison des Compagnons, singular edificio de Nantes, en Chef-d’oeuvre torse ha imitado su forma con una estructura invertida de madera de 7 metros de altura, con cuatro linternas que apuntan al suelo, como ramas caídas.
Especialmente singular es la participación del artista Cyril Pedrosa, invitado por Le Voyage à Nantes para diseñar un proyecto en torno a las emblemáticas fuentes Wallace, inventadas a raíz del sitio de París de 1871, ideadas por el filántropo británico Richard Wallace y diseñadas por el escultor de Nantes Charles-Auguste Lebourg como verdaderas obras de arte al servicio de la población parisina. Pedrosa abre un nuevo capítulo para la historia de las fuentes de Wallace, tejiendo un relato en cuatro capítulos y cuatro emplazamientos en el centro de Nantes: Jardin de la Psallette (Catedral), Rue des États (Castillo de los Duques de Bretaña), Plaza Fernand-Soil y Plaza Louis-Bureau (Museo de Historia Natural). Desde hace 150 años, las cuatro cariátides que sostienen las fuentes de Wallace encarnan la bondad, la caridad, la sencillez y la sobriedad, y cargan sobre sus hombros una cúpula con la responsabilidad de saciar la sed de los habitantes de la ciudad, pero lo que Pedrosa propone ahora es liberarlas de esa carga y convertirlas en protagonistas de un relato feminista y, sobre todo, humanista por la libertad. Por eso, estas cuatro figuras femeninas, que han estado organizado pacientemente su huida, se escapan ahora de sus pedestales, rindiendo así un respetuoso y poético homenaje a quienes buscan escapar de los roles que les han sido impuestos.
La instalación Le sursaut des bois courbes, del dúo de diseñadores-constructores Barreau Charbonnet, crea una conexión visual y simbólica con la época de las grandes expediciones marítimas, cuando los barcos partían del puerto de Nantes, tomando como punto de partida una de las magnolias meridionales que se encuentran en Cours Cambronne. La magnolia es de los árboles más emblemáticos de Nantes, que nos hablan de su historia y evoca su rico pasado botánico. Un dispositivo híbrido, que es en parte pasarela y en parte mirador, (elaborado utilizando una antigua técnica de construcción de carpintería naval llamada bois tors) permite a los visitantes admirar las flores y los frutos en las copas de los árboles y sentir su fragancia, con el Loira como telón de fondo.
En el Patio del Hôtel de Châteaubriant, también conocido como Hôtel de Briord (13, rue de Briord), se ha instalado este verano una nueva familia: La familia Hybridus, Lady Palm y Sir Palm, con cabeza de palmera, y Monsieur Buisson, nuevos personajes de la serie Hybridus del artista Jean-François Fourtou. Estos tres personajes, que ilustran escenas de la vida cotidiana inspiradas en la Belle Époque, con notas de poesía y nostalgia, proyectando al mismo tiempo una imagen idílica del hombre en armonía con la naturaleza, se sienten como en casa en este nuevo escenario y parecen estar esperando a nuevos inquilinos o visitantes. El Hôtel de Briord fue adquirido por el Ayuntamiento de Nantes a finales del siglo XIX y fue sede de la escuela de Bellas Artes desde 1904 hasta 2017. Desde 2020, es la sede del Departamento de Patrimonio y Arqueología de Nantes y Nantes Métropole.
Suya es también la obra L’Enfant Hybridus, que representa a un niño de 5 metros de altura, con cabeza de palmera, pijama de rayas y zapatillas de estar por casa sentado junto a la fuente de la plaza Royale. Las esculturas de Fourtou, llenas de fantasía y humor, juegan con las escalas, las rotaciones y las incongruencias con su contexto de implantación.
La Maison Pelletier Ferruel (Aurélie Ferruel y Stéphane Pelletier) ha creado una serie de joyas de vidrio para una selección de árboles notables elegidos junto al departamento de parques de la ciudad e intercalados tanto a lo largo de la línea verde como en los viñedos de Nantes. Inspirados en las artes populares y decorativas, el resultado es una armoniosa mezcla de tradición e innovación. Estos ornamentos, únicos y coloridos, se ocultan entre las ramas de los árboles, como excrecencias u hongos vitales para su sano desarrollo. Como si fueran amuletos de la buena suerte o contra el mal de ojo, nos recuerdan la notable presencia de estos seres vivos a nuestro alrededor.
Yuhsin U Chang desarrolla desde hace años una obra que explora las formas y la poética de los seres vivos. Sus piezas escultóricas y metafóricas invaden silenciosamente los paisajes y entretejen los distintos estratos del tiempo en un lugar concreto, creando un vínculo entre el pasado y el futuro. Su trabajo se puede ver en los árboles de la plaza Maurice-Schwob, donde a partir de los datos de longevidad que puede alcanzar un cedro o un pino piñonero, Chang recrea esa información transformándola en anillos de crecimiento que son esculturas que se ajustan a la forma de los árboles existentes, colocadas en sus ramas más fuertes.
En el Jardín botánico de Nantes nos espera un peculiar hombre de madera de Fabrice Hyber, un artista y científico de formación que ve su obra como un rizoma gigante en el que dialogan múltiples disciplinas. Para renovar las colecciones botánicas del Macizo Armoricano —una faceta poco conocida (pero vital) del denominado Jardin des Plantes—, el departamento de parques de la ciudad y Le Voyage à Nantes encargaron a Hyber la creación de esta obra totémica. Su L’Homme de bois es una escultura de 6,09 metros de altura, hecha con madera de árboles de Nantes, que gotea agua y que, con el tiempo, dará lugar a una pátina natural en la que crecerán musgo y helechos. El agua, a su vez, cae a un estanque con especies endémicas y protegidas como la angélica de los estuarios, el junco lacustre o la marsilea.
Una magnolia y dos castaños junto al Hôtel de Ville y cuatro tilos a la entrada del Cimetière de la Bouteillerie han sido los escogidos para que los artistas Aurélie Ferruel y Florentine Guédon presenten su intervención. Han creando tres esculturas de piedra, vidrio y arcilla, que han colocado en la base de los árboles, creando un cuento arqueológico dedicado a las semillas e inspirado en los símbolos y creencias asociados a ellas. En el cementerio crecen ahora gigantescos brotes de piedra que succionan los cuerpos de espigadores fosilizados, mientras que en el Ayuntamiento, en un espacio recoleto al final del Patio de Honor, junto a un magnolio otro espigador pétreo, coronado con semillas carmín, busca la semilla del amor.
Un árbol totémico del pasado colonial, la araucaria, crece en los Jardines de Arcadia de la Visitación (108, rue Gambetta). Es conocido como “la desesperación de los monos” por sus hojas rígidas, espinosas y picudas, una idea que el escultor Sébastien Gouju utiliza en su obra, para la que ha creado unas cuarenta piezas de metalistería con primates, así como coronas, hojas y otros elementos decorativos.
Por su parte, la escultura de Max Coulon, Luffy and the tree, de marcado carácter lúdico, sorprende a los visitantes que ven cómo una mano gigantesca sostiene el tronco de una sequoia que desafía la gravedad creciendo en horizontal. La podemos encontrar cerca de la parada de tranvía de Duchesse Anne.
El tema del baño femenino, tan repetido en la historia del arte, lo retoma aquí Claire Tabouret. A la entrada de unos populares baños creados en 1860 en la ciudad para los trabajadores pobres y las lavanderas profesionales, la artista coloca allí a dos bañistas esculpidas en bronce con bañador de rayas azules, con sus pies sumergidos en el agua. Tabouret sitúa al espectador en una historia que es a la vez extraña y familiar, ofreciendo al visitante la impresión de formar parte de un cuento y, al mismo tiempo, de ser ajeno a él. De este modo provoca un breve momento de introspección, de simple y placentera contemplación.
Para esta edición del VAN, que como decíamos está dedicada a la figura del árbol, se ha restaurado la obra Un arbre, la forêt, creada en 2012 por Éric Fonteneau para la plaza Élisa-Mercœur. Consiste en una silueta de un árbol muerto, de unos 12 metros de altura, compuesta por tres árboles idénticos de bronce, en los que descansan 80 aves elaboradas a partir de cinco modelos distintos. Otras propuestas que completan el amplio programa de Le Voyage à Nantes 2024 son Le train fantôme, dos tranvías que han sido intervenidos artísticamente por los artistas Florentine y Alexandre Lamarche-Ovize, y la revisión y reinvención del huerto de La Cantina, a cargo de los arquitectos del Atelier Vecteur. Durante todo el verano, una jardinera y horticultora residente compartirá sus conocimientos, consejos y técnicas con los visitantes, abriendo un nuevo capítulo y creando un espacio único donde la diversidad botánica se encuentra con la historia agrícola local.
Además, como cada año, el itinerario artístico y festivo viene cargado de exposiciones organizadas con los socios culturales de Le Voyage à Nantes. Entre ellas, este año cabe destacar:
“Pierrick Sorin – Faire bonne(s) figure(s)”
Del 19 de abril al 1 de septiembre de 2024 en el Musée d’arts.
Una exposición que mostrará las diversas facetas del trabajo del artista de Nantes: autofilmaciones, videoinstalaciones y dispositivos ópticos, que ponen de relieve la realidad banal o juegan con la carta de la ilusión virtual. Sus obras están surcadas por un espíritu burlón, siempre tensado por los cuestionamientos y las dudas sobre el arte y la vida. Durante Le Voyage à Nantes, Pierrick Sorin presentará además en su estudio (25 rue Fouré, en Nantes) “Derrière la porte”, una serie de proyectos experimentales y de bricolaje con prototipos de obras de arte.
“Caroline Mesquita – CuCO AND CO”
Del 17 de mayo al 29 de septiembre de 2024 en la HAB Galerie.
Caroline Mesquita explora sin cesar las posibilidades de vida de una escultura y, en esta ocasión, transforma el espacio expositivo en un laberinto hecho de pasillos y salas en las que numerosas sorpresas híbridas metálicas se adueñan de él.
“Lassaâd Metoui – Ivresse de l’encre”
Del 6 de julio al 22 de septiembre de 2024 en el Castillo de los duques de Bretaña.
Formado en caligrafía desde muy joven, Lassaâd Metoui se inspira tanto en la pintura occidental (de Matisse y Paul Klee a Soulages) como en el arte de Extremo Oriente, en particular el japonés. Ha desarrollado su trabajo como artista visual hacia una modernidad que trasciende las culturas. Su talento, arraigado en una tradición de rigor estético y moral, es innovador, lo que le convierte en un artista importante en su campo.
LE VOYAGE EN HIVER
Con el mismo espíritu que dio vida al Voyage Permanent y al festival de verano, la ciudad se reinterpreta en invierno gracias a la mirada sensible y singular de los artistas que se apropian del ambiente de las fiestas de fin de año para crear una nueva magia a través de espectáculos de luz y sonido, gastronomía y exposiciones. Le Voyage en Hiver se desarrollará desde mediados de noviembre a principios de enero de 2025.
Por último, solo nos queda volver a recordaros que existen numerosos vuelos desde España a Nantes y que la ciudad es también fácilmente accesible en tren desde París. Por cierto, si llegáis a Nantes por tren, la estación ya os depara la primera sorpresa: el proyecto audiovisual Nantes ici Nantes, del dúo artístico Mrzyk y Moriceau.
LE PASS NANTES
Cuando preparéis vuestro viaje no olvidéis haceros con el PASS NANTES, el abono turístico que permite acceder a los monumentos imprescindibles, visitar museos, desplazarse en transporte público, hacer un crucero, practicar algunas actividades o disfrutar de catas, además de hasta un 50% de ahorro en otras actividades y transportes. Ahora, a los pases de 24, 48 y 72 horas se suma el de 7 días, que favorece, además de la estancia en el centro de la ciudad, la visita a su litoral y a la zona de viñedos del Muscadet, la mayor zona hortícola y vinícola del Valle del Loira. Existe, por ejemplo, la posibilidad de hacer una ruta circular de 100 kilómetros a través de los viñedos, saliendo de Nantes para, siguiendo la orilla del Sèvre, llegar a Clisson, una ciudad de estilo italiano donde se puede hacer noche para emprender la vuelta al día siguiente. Este recorrido cuenta con once posibles etapas que nos llevan a parajes naturales, bodegas y algunas construcciones singulares.
Os animamos a ampliar la información sobre Nantes y sus atracciones culturales y de ocio a través de la web de Le Voyage à Nantes.