NOMBRE: Luis
APELLIDOS: San Sebastián Alonso
LUGAR DE NACIMIENTO: Salamanca
FECHA DE NACIMIENTO: 1987
PROFESIÓN: Artista
No sabemos cómo ha podido suceder, pero hemos alcanzado los 165 fichados (166 con Luis San Sebastián) hablándoos solamente de una artista en cuya obra comulgan creación plástica y música: se trataba de Ana Pérez Ventura, que además es pianista y toma algunos procedimientos propios de sus ensayos, como el de la repetición, a la hora de plantear series en las que busca generar un registro del tiempo. El trabajo de San Sebastián, que se suma a esta sección cuando aún tenemos unos días para contemplar su obra en el DA2 de Salamanca, se plantea desde un enfoque bien distinto: él conecta mensajes y sensaciones plásticos y musicales, propuestos por artistas de uno y otro campo, estrechando lazos entre referencias visuales y sonoras que forman parte del imaginario de todos y que las etiquetas, y los encasillamientos de los manuales, nos han impedido relacionar.
Sus trabajos recurren al apropiacionismo, indisociable de la postmodernidad, para construir su discurso personal, en el que el arte no es meta sino punto partida: defiende que casi nunca hay opuestos ni compartimentos estancos y que el pasado y los fragmentos son parte de nosotros. No es casual que su statement recoja una cita paradigmática al respecto del teórico Nicolas Bourriaud, que ha estudiado los mecanismos de creación artística contemporánea en términos, no de alumbramiento, sino de edición y postproducción: Un número cada vez mayor de artistas interpretan, reproducen, re-exponen o utilizan obras realizadas por otros o productos culturales disponibles. (…) Podríamos decir que tales artistas que insertan su trabajo en el de otros contribuyen a abolir la distinción tradicional entre producción y consumo, creación y copia, ready-made y obra original. (…) Las nociones de originalidad (estar en el origen de…) e incluso creación (hacer a partir de la nada) se difuminan así lentamente en este nuevo paisaje cultural signado por las figuras gemelas del dj y el programador, que tienen ambos la tarea de seleccionar objetos culturales e insertarlos dentro de contextos definidos.
Como decíamos, hasta el 25 de noviembre Luis está presentando el proyecto individual “Music for the masses” en el Domus Artium de su ciudad, una monográfica que se suma a las que, desde 2015, le han dedicado la Galería Adora Calvo, que lo representa y con la que el año pasado participó en ArteSantander; el Centro Cultural Pérez de la Riva de Las Rozas, la Sala Garcigrande de Caja Duero, también en Salamanca, y el Campus de Orense y la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra (Universidad de Vigo). También ha participado en colectivas en el Palacio de la Alhóndiga de Zamora, el Espacio Joven La gota de leche de Logroño, la Casa da Xuventude de Vigo, la citada Facultad de BB.AA. de Pontevedra, y, este mismo de año, en el Centro de Exposiciones SUBTE de Montevideo y el Espacio Naranjo de Madrid.
Además, Luis obtuvo en 2015 el primer premio en la modalidad de escultura del XVI Certamen Jóvenes Creadores de Salamanca (al año siguiente lo logró en el apartado de pintura) y otro primer premio en el XX Certamen Jóvenes Pintores de la Fundación Gaceta. En 2016 se llevó el tercer galardón en el citado Certamen de la Concejalía de Juventud de Salamanca, pero en la modalidad de videoarte; el año pasado obtuvo un segundo premio en Villalart y fue seleccionado en el XXIII Certamen nacional de Artes Plásticas Universidad de Sevilla y, ya este 2018, ha recibido una Beca ICE I+D+I e Internacionalización, concedida por la Fundación General de la Universidad de Salamanca.
También ha realizado el artista labores de comisariado para recientes exposiciones de Adora Calvo, como la colectiva “Pintura Mínima”; “Luchar, Creer”, de Marina González Guerreiro; “Circulatory System”, de Anaisa Franco; “Road Runner”, de Félix Curto y otra colectiva, “Maps On the Road”, ya en 2014.
Hechas las presentaciones y como ya es tradición, hemos preguntado a Luis por sus inicios creativos. El arte (plástico) es para él una forma de comunicarse como otras, como la música a la que se aficionó ya en la infancia: Todavía me suena extraño adjudicarme el término artista. Comencé a trabajar con mi primera exposición individual en la Galería Adora Calvo en 2015. En cuanto al porqué, pienso que me tendría que remontar a las experiencias que tuve de pequeño, que hicieron que me sintiera atraído por el arte y por la música y que su unión se haya convertido en una manera de entender la práctica artística. Recuerdo visitar a mi abuela, colarme en la habitación de mi tío (que se había marchado a vivir fuera) para escuchar sus vinilos, y mangarle algún libro de arte: aquello era como encontrar un tesoro. Poner los vinilos era como un ritual sagrado que hacía casi a escondidas para que no me pillaran y me cayera una bronca por haber rayado un disco.
Creo que también, como nos pasa a todos, se debe a la necesidad de encontrar una manera de expresarme, de compartir cosas con los demás y de tratar de entender la vida, más allá de la producción artística.
Como avanzábamos, la base de su obra es la búsqueda creativa de vínculos entre las artes plásticas y la música: en sus trabajos encontramos títulos o fragmentos de piezas de las grandes bandas del rock asociados a soportes, colores o texturas de obras de arte, desplegando ante el espectador un abanico de referencias culturales sin fronteras entre géneros y disciplinas y permitiéndole ampliarlo con sus propias vivencias, con la historia de sus estados de ánimo. En la producción de San Sebastián no solo no hay barreras entre las supuestas alta y baja cultura (como no las hubo en el rock, quizá antes que en ningún sitio), tampoco las hay entre el arte -suyo y de otros- y la experiencia personal de quien lo mira.
Las capas de significado son múltiples y nacen del estudio profundo de este artista de los procedimientos creativos del rock y de las tesis de teóricos de la creación contemporánea, como el citado Bourriaud, pero también de la piel, de las emociones que a cada uno nos susciten. Nos lo explica: Me interesa fundamentalmente explorar las relaciones entre el arte y la música por medio de movimientos artísticos, sociales y de las subculturas juveniles. Mi trabajo de investigación en relación a la producción explora la aproximación entre el arte y la música, generando conexiones a través del contexto de movimientos artísticos, políticos y sociales. Lo llevo a cabo aplicando a la producción de las obras de cada proyecto la praxis artística que nace en la neovanguardia; tendiendo puentes entre la cultura pop, el minimalismo, el arte conceptual, las nuevas tecnologías, la música electrónica y el punk, buscando su rastro en las prácticas artísticas mas contemporáneas.
A la hora de citar las referencias más importantes en su trabajo, nos habla, más que de artistas, de teóricos, de críticos y de exposiciones en las que se han relacionado arte y música contemporánea. Las que menciona han tenido lugar en la última década: Por citar la influencia de algunos de los críticos culturales, mencionaré a Greil Marcus y su “Rastros de carmín. Una historia secreta del siglo XX” (1989), a Simon Reynolds y “Postpunk. Romper todo y empezar de nuevo” (2005), Dick Hebdige y “Subcultura. El significado del estilo” (1979), Stuart Hall y Tony Jefferson, con “Rituales de resistencia. Subcultura juveniles en la Gran Bretaña de postguerra” (2014); John A.Walker y “Cross-Overs: Art into Pop/Pop into Art” (1987), John Savage y “England’s dreaming” o Simon Firth y Howard Horne, con “Art into Pop, Pop into Art” (1987).
En cuanto a exposiciones que me han influido, pueden ser “Music is a Better Noise”, en el MoMa PS1, comisariada por Nick Stillman y Bob Nickas en 2006; “Panic Attack!: Art in the Punk Years”, comisariada por Mark Sladen y Ariella Yedgar para el centro Barbican de Londres, en 2007; la exposición comisariada por Dominic Molon “Sympathy for the devil: Art and rock since 1967”, en el MCA de Chicago en 2008, o la retrospectiva del artista Steven Parrino “La marque noire: Steven Parrino – Retrospective 1981-2004”, comisariada por Marc-Oliver Wahler en el Palais de Tokyo en París en 2007.
Pero si tengo que citar a dos autores que me resultaron trascendentales a la hora de pasar a la producción artística, esos son Nicolas Bourriaud, con su ensayo “Postproducción” (2009), y F. Javier Panera, con “Bailar de Arquitectura. Interferencias entre arte y rock and roll” (2015), además de con todo su trabajo en su etapa de director del DA2 de Salamanca, que pude visitar antes incluso de comenzar la carrera de Bellas Artes. Por supuesto, hablando de propuestas más recientes, también ha sido una gran influencia la exposición del comisario David G. Torres “Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo” (2015).
No trabaja Luis en técnicas y formatos definidos, sino, como tantos artistas de su generación, adaptando el medio al mensaje; en su caso, las referencias al apropiacionismo selectivo las encontramos también en los materiales. Nos acordamos en este punto de la tesis de Calvo Serraller de que el arte no evoluciona, no progresa, solo abre puertas distintas en el tiempo: Trato de adaptar las técnicas y los formatos a la coherencia del trabajo y cambio en función de esto. Trabajo esencialmente con el aluminio lacado o pintado con pintura de automóvil, con impresiones en papel, vinilo, instalaciones con cinta americana, videoinstalaciones y, en algún caso, piezas de arte sonoro. Empleo aluminio porque creo que los trabajos que tienen cierto contenido político han de ser de manera “cínica” (aquí pienso en la idea del arte cínico de Peter Sloterdijk); digamos que el aluminio le da ese acabado más “noble” pensado más para una obra atractiva o “comercial”; en contraste con esto, las obras producidas en papel, cinta americana o vídeo remiten a la desmaterialización o “des-capitalización” del objeto artístico, al arte conceptual y al DIY del punk. Trabajo con la apropiación porque creo, no solo en cuestionar la idea de autoría y original, también en que la cultura nos pertenece; esta es una manera de reclamarla como nuestra (en este sentido he de citar a Roland Barthes y la muerte del autor). Me apropio de títulos de canciones, que puedo modificar o no, para utilizarlos como enunciados conceptuales. En otras ocasiones, utilizo imágenes que bien pueden pertenecer a la historia del arte, la historia en general, algún movimiento social o la cultura pop para generar conexiones y que se produzcan múltiples interpretaciones en contra de la hegemonía del pensamiento único. Aquí he de citar el ensayo de Susan Sontag “Contra la interpretación” (1966).
A la hora de citar los proyectos fundamentales en los que hasta ahora ha trabajado, San Sebastián elige los correspondientes a cuatro exposiciones que ha presentado en los últimos dos años. La primera se tituló “This Is No Music”, pudo verse en el Palacio de Garcigrande salmantino y la comisarió Javier Panera, durante ocho años director del DA2. Las vanguardias artísticas de los sesenta dialogaban en aquel proyecto con grupos musicales de este siglo (por efecto de su mutuo contagio, las primeras se hacían más emocionales y el rock aún más trascendente). En aquellas piezas, además, podíamos percibir cómo no solo la música y la pintura se comunicaban con el público, también lo hacía la palabra escogida: eran al menos tres las vías de acercamiento al espectador.
En el año siguiente mostró en Adora Calvo “Exposición no disponible / Exhibition not available”, bajo el comisariado entonces de Marta Álvarez: Consistía en cerrar el acceso al interior de la galería. Desde el exterior se podía leer en unos vinilos en la pared “Sorry copyright restricciones prevent us from showing this artwork here”. Estos textos procedían de páginas web de museos como el MoMA o la Tate, cuando el copyright no permitía mostrar una imagen. Como la propia comisaria describía en su texto, este proyecto recogía una crítica a la sociedad de la información, remitiendo por un lado a las cortapisas para la libre distribución del conocimiento y, por otro, a la saturación de imágenes a la que nos vemos sometidos y que vienen también a poner en cuestión la genialidad de la autoría en una era post-.
New Order puso, en 2017, título a su muestra “Power, corruption & Lies”, que pudo verse, también a principios de este año, en la Sala X y la Sala Alterarte de la Universidad de Vigo. La comisarió Ignacio Barcia: Continúa con el eje central de mi trabajo: la relación entre arte, música y movimientos sociales; en este caso, partiendo del disco de New Order, del mismo título que la exposición, y relacionando la estetica minimal y el arte conceptual con la música electrónica, los movimientos ciudadanos y la apropiación sobre la de la obra de Jeremy Deller “The Battle of Orgreave” (2001). Aunaba la palabra y la plástica para hablarnos de cultura de masas, sociedad de consumo, publicidad y cultura del espectáculo desde un enfoque crítico, el marcado por su apropiación (conceptual) del título del disco de los New Order. También ahondaba en las nociones de pérdida del aura y de la muerte del autor en la llamada era de la reproductibilidad técnica (recordad las referencias teóricas que nos mencionaba).
La cuarta muestra que destacaba el artista es justamente la que aún podemos visitar en Domus Artium, “Music for the masses”, en la que, a su análisis de los nexos entre el arte y la música, suma nuevamente el de los vínculos de ambas disciplinas con los movimientos políticos y sociales. Así se refiere David G. Torres al cúmulo de alusiones y referencias que conforman el lenguaje de Luis en estos proyectos: Esa búsqueda de afinidades no es más que el intento por construirse como sujeto. Un sujeto que es pura externalidad, que conoce su impureza y sus incapacidades, que ya no es arrogántemente creativo, sino que, como el exterior de la bolsa de un joven universitario en la que escritos o pegatinas delatan sus gustos musicales (sin acabar de ver la conexión con los libros que porta en su interior), intenta construirse como sujeto a través de otros. Son las referencias las que nos califican, las que nos construyen y las que nos sitúan en deuda con la suma de actitudes que nos configuran, que trazan nuestro perfil. Luis los muestra, se muestra a través de ellos, los usa, y continua una larga tradición de trabajos que son resistentes, entre otras cosas a las leyes de copyrights y compañía: frente a ello, copy&paste y usar a los otros para configurar una voz propia. Como escribió Rimbaud: “Je est un autre”. Apoyaba recientemente esta idea Fernández-Mallo: Hoy, no puede existir acto creativo sin apropiación de materiales de otras culturas o de tu propia cultura. Digámoslo así: todo acto creativo es el resultado de la operación Copia+Error. Como en las células, algo se duplica pero en esa duplicación aparece una modificación, un error en la copia, que si es negativa no prosperará y si es positiva generará una nueva obra legítima.
Sus próximos proyectos, sus ideas derivadas y legítimas, pasarán por aquí: luissansebastian.com