Fichados

Julia Calvo

Julia CalvoNOMBRE: Julia

APELLIDOS: Calvo Sánchez

LUGAR DE NACIMIENTO: Madrid

FECHA DE NACIMIENTO: 1985

PROFESIÓN: Artista

Quienes habéis paseado, entre mediados de diciembre y comienzos de marzo, por el castillo barcelonés de Montjuïc, habréis encontrado en su patio de armas una reinterpretación, artística y contemporánea, de los calabozos que desde el siglo XVIII hasta los sesenta del siglo pasado albergó este lugar. Su autora era nuestra última fichada, Julia Calvo, que reprodujo a escala esas estancias planteándolas como monumento, pasaje para el visitante y contenedor de las múltiples cuestiones vitales a las que un calabozo alude: el encierro, la coerción, las sensaciones del cuerpo apresado.

Sin embargo, Julia eligió no hacer opacos sus muros sino elaborarlos con policarbonato transparente, rompiendo así con su condición de paredes poderosas y dando pie a diversas reflexiones sobre lo que tiene de verja la mirada como nuevo elemento coercitivo y amenazante en el marco del estado de hipervigilancia surgido, quizá, tras los atentados de las Torres Gemelas. Aquí los muros ni aíslan, ni ocultan, ni protegen: solo separan. Después hablaremos más a fondo de este proyecto, llamado Impasse, que ejemplifica bien los intereses de esta artista madrileña: desarrolla proyectos híbridos entre la escultura y la pintura y también instalaciones envolventes, con una vertiente escenográfica, en las que las fronteras entre lo que tenemos delante y lo que creemos ver resultan confusas.

Julia Calvo. Impasse, 2018
Julia Calvo. Impasse, 2018

Calvo suele invitar al espectador a jugar, a que experimente de forma directa sus propuestas, que enlazan con las teorías de Nicolás Bourriaud sobre el arte relacional: aquel que no consiste en la contemplación individual, sino en la indagación colectiva y el intercambio social.

Antes de exponer en Montjuïc, pudimos ver su obra en muestras individuales en el Espacio LAMOSA de Cuenca, el Centro Párraga murciano, el centro ComeTogether Projekt de Colonia y la Galería Art Nueve; sus colectivas le han llevado a espacios como el Tankstation Cultureel Vulpunt holandés, La Escocesa y La Farinera del Clot de Barcelona, el Forum Box de Helsinki o las galerías Vorwerkstift, Elektrohaus y Genscher de Hamburgo, y también ha participado en ferias como VOLTA, ARCO, SWAB, Aitona (de nuevo en Hamburgo), la BREMER KUNSTFÜHLING o la GIAF de Gijón. Para cerrar el capítulo de su currículum, os contamos que Julia, que estudió Bellas Artes en la Universidad HFBK alemana y un Máster en Gestión Cultural en la Universidad de Barcelona, resultó seleccionada en el Premio a la Producción Artística que concede la Fundación Banco Santander en Openstudio, en 2017, y que, en 2012, fue uno de los jóvenes talentos de ARCO.

Julia Calvo. Pabellón de los artistas reunidos, 2018. SWAB
Julia Calvo. Pabellón de los artistas reunidos, 2018. SWAB

Esta semana se suma a esta sección porque nos interesa el diálogo que sus intervenciones establecen con los espacios donde se presentan y con el público (evidente en el caso de Impasse, pero veremos más ejemplos) y por su tratamiento en ellas de la luz y del color, que tiene una incidencia directa en nuestra percepción de las formas. Pero también nos seduce cómo ha ido sabiendo conjugar en su producción esos proyectos con otros más austeros, a los que la simplicidad de sus elementos dota de un aura trascendente: La principal técnica con la que trabajo es la escultura, uno de los medios más accesibles para materializar mis ideas. Es en este medio donde el material encuentra, a mi parecer, la relación más directa e íntima con el ser humano. Como consecuencia, la disciplina más adecuada a mis intereses es la instalación de gran formato, una ventaja a la hora de generar un dialogo activo con el espectador.

No recuerda Julia un instante concreto en el que comenzara a dedicarse a lo artístico, pero fecha en 2012 su despegue: Como artista, se puede decir que siempre he estado trabajando de forma activa. Sin embargo, mi trabajo se empezó a hacer conocido el año 2012 con la primera exposición individual en la galería Art Nueve (Murcia) y mi presencia en ARCO como artista joven en la misma galería.

Han sido varias las ocasiones en que, desde entonces, hemos podido verla en la cita de IFEMA. Sus intereses, los hemos avanzado en parte, tienen que ver con nuestra relación con el entorno. Viene profundizando Julia en nuestros modos de percibirlo pero también en las formas en que aquel nos determina, y a veces las examina a través de reproducciones personales a escala, ricas en su cromatismo y sus interpretaciones: Me interesa el dialogo con el espacio y la percepción del color y la forma. Cada una de mis intervenciones está ligada al espacio, de manera que se plantean preguntas en torno a la relación física que tenemos con la arquitectura desde una mirada micro a un nivel macro; la arquitectura puede llegar a influenciar la forma de pensamiento y el comportamiento humano.

El urbanismo es una extensión de la forma en que nos comunicamos; aquellas personas que construyen y las otras que lo habitan, un lugar de intereses que enmarca nuestra existencia. Al habitarlo surgen nuevas problemáticas en torno al legado histórico, el uso del espacio público y la mezcla de intereses individuales.

Así, en la pasada primavera presentó en LAMOSA, en Cuenca, “Azulina Fatiga”, un proyecto en el que reflexionaba sobre los usos dados hoy a las salas expositivas y sobre las posibilidades de exhibición de propuestas de arte contemporáneo en enclaves históricos como el de este espacio, situado en la antigua capilla de un convento que acoge la Escuela de Arte Jose María Cruz Novillo. Su instalación BE-ME, dominada por el azul índigo propio de la bóveda celeste, constaba de una capilla a escala cuyas paredes nos invitaban a tomar conciencia de la dualidad de nuestra naturaleza entre lo individual y lo universal. Antes, en 2015, su muestra “Apaga la luz al salir” convirtió alguno de los espacios expositivos del Centro Párraga en un laboratorio cromático en el que nuestra percepción de objetos y pinturas se transformaba a medida que lo hacía el color de la luz ambiental y, para completar nuestra inmersión, la comida y sus sabores llamaban nuestra atención sobre el poder de esta para evocar y crear recuerdos. Y de nuevo tres años antes, en su individual “Back to black” en la Galería Art Nueve, ya presentó una selección de pinturas y una instalación de objetos que conformaban un todo dominado por los colores vivos. Las primeras contenían referencias al Pop (por sus temas banales y sus tonalidades) y a la abstracción (por el trabajo de sus formas, sencillas).

Julia Calvo. lollypop en el Centro Párraga, 2015
Julia Calvo. Lollypop en “Apagar la luz al salir”, 2015. Centro Párraga
Julia Calvo. "Back to Black" en la Galería Art Nueve
Julia Calvo. “Back to Black” en la Galería Art Nueve, 2012

Pero uno de los proyectos que Calvo considera más representativos de su atención a los espacios y al urbanismo como factores decisivos sobre nuestras vidas es el que llevó, en 2018, a SWAB: La propuesta que creé pretendía hacer una reflexión sobre las políticas urbanísticas que se generan para abarcar un proyecto cultural, en este caso la Exposición Universal de Barcelona de 1929. La obra “Pabellón de artistas reunidos de Barcelona, 2018” fue una réplica a escala del antiguo pabellón construido para la exposición. Mi propuesta usaba materiales pobres, tela y plástico, generando un espacio cromático de carácter efímero donde el color y las transparencias remitían a un escenario teatral e imaginario.

 

Julia Calvo. Pabellón de los artistas reunidos, 2018. SWAB
Julia Calvo. Pabellón de los artistas reunidos, 2018. SWAB
Julia Calvo. Pabellón de los artistas reunidos, 2018. SWAB
Julia Calvo. Pabellón de los artistas reunidos, 2018. SWAB

También entiende Julia su instalación Sin título, presentada en Hamburgo en 2012, como uno de sus primeros trabajos decisivos: Uno de los proyectos que más han marcado mi carrera es la obra Sin título, una gran instalación cromática y lumínica que envolvía el espectador en un espacio cromático de color.

Julia Calvo. Sin título, 2011. HFBK Hamburg
Julia Calvo. Sin título, 2011. HFBK Hamburgo

En cuanto a Impasse, su reciente proyecto para el castillo de Montjuïc, concebido como obra efímera, frágil y ligera, nos retaba a adentrarnos algo más en sus interpretaciones, porque, además de proponernos una nueva lectura de aquel espacio, también materializaba otra sobre el tiempo: más allá del estudio de la historia estática y canónica, manejaba un concepto de la misma abierto a las nuevas ideas, las reinterpretaciones.

Esta obra se llamaba así, además, porque creaba un lugar inédito en el que adentrarse y detenerse, uno con significado propio y capaz de suscitar también sus propios enigmas, dentro de otro con el que conecta pero del que se diferencia. Y esos enigmas tienen algo que ver con sus intervenciones sobre los muros: se fijó Julia en los dibujos realizados, en periodos históricos diversos, por los presos de los calabozos, seguramente obedeciendo sus necesidades expresivas, y los clasificó en tres grupos para llevarlos a su pasaje: los que muestran cuerpos humanos, de forma más o menos sublimada y esquemática, como reflejo de un apremio de acercamiento al exterior o de pulsiones íntimas; los que aluden a calendarios y ciclos y los derivados de los miedos propios de la privación de libertad o de las incomodidades cercanas, en los que aparecen símbolos varios, como animales salvajes; también insectos. Según Enric Pig Punyet, Impasse es un transcurso que redirige la mirada para acercarla a los elementos que, hoy más invisibles que nunca, sobrevuelan nuestra existencia y hacen emerger nuestros terrores más profundos.

Dicho esto, entendemos mejor la respuesta de Julia a nuestra pregunta sobre sus referentes: Mi principal influencia es el ser humano en sí.

Sabed más de ella, aquí: www.juliacalvo.net

Julia Calvo. Impasse, 2018
Julia Calvo. Impasse, 2018

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