El rebobinador

Entre el suelo y el cielo: los nombres de la pintura de los ochenta

En lo pictórico, en las décadas de 1960 y 1970 se vivió lo que hemos llamado la “desmaterialización” del objeto artístico. El minimalismo y el arte conceptual de entonces favorecieron la austeridad expresiva, creando obras basadas en la economía de medios y frecuentemente también en la idea o concepto, más que en el objeto propiamente dicho.

Los ochenta supusieron un cambio: se caracterizaron por el regreso a la pintura y la escultura en su sentido tradicional, pero matizado este por numerosos estilos personales. Repasamos algunos:

RICHARD TUTTLE

La obra de este minimalista americano camina entre la abstracción y la objetividad. Utiliza elementos de la pintura, la escultura y el arte meramente objetual, a veces en una única obra. En sus trabajos, elementos sencillos configuran piezas simples pero poéticas, a veces con motivos humorísticos.

Se sujetan a la pared o se colocan en el suelo, sin marco ni pedestal, en disposiciones que parecen arbitrarias pero están muy planificadas.

Richard Tuttle. In Parts. 1998–2001
Richard Tuttle. In Parts, 1998–2001

DIETER ROTH

En contraste con la fe crítica de Beuys en el futuro, Dieter Roth invoca, desde formulaciones pesimistas, la fugacidad e insignificancia de las cosas mundanas. Para sus pinturas y objetos, elimina materiales perecederos encerrados en vidrio, plexiglás u hojas de plástico. Dirige una crítica radical a su época y a su arte, sin esperanza en el futuro. (Se admite pensar en Dieter punk).

Dieter Roth. Self-Portrait as a Drowning Man, 1974
Dieter Roth. Self-Portrait as a Drowning Man, 1974

A.R. PENCK

Influido por Rembrandt, Van Gogh y el expresionismo, diseñó representaciones fantasmagóricas e irónicas de colores brillantes, con figuras grotescamente distorsionadas que nos hablan de un idioma pictográfico en parte prehistórico y arquetípico, y en parte de naturaleza tecnológica.

Sus obras incorporan referencias autobiográficas, alusiones a su variedad de intereses (de la filosofía a la música) y sus símbolos hablan del esfuerzo de Penck por crear una simbiosis de lo racional y lo irracional, la lógica y la imaginación, como se aprecia en sus series Sistema, Mundo y Modelos.

No maneja un estilo único y no tiene reparos en explotar eclécticamente tanto la historia como la historia del arte. Su obra es producto de sus dudas existenciales.

A. R. Penck, Welt des Adlers IV, 1981
A. R. Penck. Welt des Adlers IV, 1981

GEORG BASELITZ

Tras proclamar en los inicios de los sesenta el advenimiento del realismo patético, Baselitz realizó pinturas salvajes de estilo semirrealista expresivo, provocativas y a veces obscenas, obras violentas que protestaban contra una abstracción que, a su juicio, se había vuelto estéril y académica. Satirizaba el orgullo y el puritanismo de los alemanes del milagro económico.

Más tarde se alejó de aquellas primeras pinturas explosivas y comenzó a poner sus paisajes y figuras cabeza abajo. Lo que primero fue un paso desconcertante, se convertiría en hábito.

Practicó Baselitz con lucidez la diferenciación y la variación basada en una alternancia de tonos fríos y cálidos, dramatismo y serenidad. A diferencia de los artistas abstractos, mantuvo el tema como elemento estructural para evitar que la imagen se convirtiera en mero diseño arbitrario.

Georg Baselitz. Der Brückechor, 1983
Georg Baselitz. Der Brückechor, 1983

JÖRG IMMENDORFF

Organizó actividades artísticas con Penck y fue más allá de la unidimensionalidad y la manifiesta ideología de izquierda de sus primeras piezas neoprimitivistas, sin perder fuerza polémica y compromiso crítico con la historia alemana y su oscilación entre esperanza y desesperación.

Combinó la narración de experiencias personales con referencias a acontecimientos históricos. En su estilo gráfico y atractivo tiene cabida la exageración grotesca.

Immendorff. Café Deutschland I, 1978
Immendorff. Café Deutschland I, 1978

ANSELM KIEFER

También abordó la historia alemana reciente, entendiéndola arraigada en el mito y basada en una ideología difusa derivada de mundos distantes en espacio y tiempo, de una invocación irracional.

En 1970 inició una serie de paisajes heroicos y de temas simbólicos, seguidos de estudios dedicados a Wagner, los nibelungos y Parsifal, con imaginería de un convincente patetismo y muy abierta a las asociaciones personales del espectador.

Sus telas evocan los nexos entre lo positivo y lo negativo, el bien y el mal. A menudo de textura densa y ejecutadas con combinaciones poco usuales de materiales, son fruto de una concepción seria y reflexiva de la pintura.

Anselm Kiefer. Bohemia Lies by the Sea, 1996
Anselm Kiefer. Bohemia Lies by the Sea, 1996

MARKUS LÜPERTZ

A finales de los setenta, varios artistas asentados en Berlín organizaron una muestra que llamaron “Bienal” para protestar por su escasa visibilidad, derivada de su rechazo a las tendencias dominantes. Eran años agitados políticamente, no artísticamente, y Lüpertz fue su portavoz. Se calificaron como representantes del pueblo y polemizaron contra el elitismo y el carácter críptico de la pintura de entonces.

La obra de Lüpertz está llena de un patetismo eufemístico y nada trágico y una gran vitalidad y destaca por su equilibrio compositivo y la diferenciación de los matices de color. En su opinión, el arte se desarrolla en la superficie sin la ayuda de otros materiales que la pintura, que solo sobrecargan la imagen.

En su producción, los motivos particulares no tienen mayor papel que el de facilitar un pretexto para el acto de pintar, su único tema pese a ocasionales referencias a la historia o la historia del arte.

Markus Lüpertz, Exekution, 1992
Markus Lüpertz. Exekution, 1992

FRANK AUERBACH

Inspirados por el expresionismo tardío, sus paisajes, retratos y composiciones figurativas las ejecutó en un denso impasto, con una gama limitada de sutiles gradaciones y apuntes de colores brillantes en toques espontáneos.

Sus primeras obras son afines al action painting, a De Kooning, Soutine o Bacon y se basan en dibujos apasionados cuyas líneas negras señalan los colores a utilizar en trabajos subsiguientes.

Frank Auerbach, Primrose Hill Summer Sunshine, 1964
Frank Auerbach. Primrose Hill Summer Sunshine, 1964
Arnulf Rainer, Face Farces, 1972
Arnulf Rainer. Face Farces, 1972

ARNULF RAINER

Se le ha vinculado al informalismo y al tachismo, pero hay un aspecto más profundo en su obra, representado por los Übermalungen o repintados gestualmente expresivos que inició en los cincuenta.

Abordó la dialéctica vida-muerte con imaginaciones oscurecidas, destruidas, que querían sacar a la luz algo nuevo. En los repintados oscuros distinguimos una estrecha zona de luz; el resultado es una atmósfera de calma meditativa.

Impresionado por el Retablo de Isenheim de Grünewald, el crucifijo fue una de sus formas básicas: lo entendió como abreviatura el rostro humano, tema que ya cultivaron Jawlensky, Mondrian o Rothko.

También le influyeron las cabezas grotescas de Messerschmidt, las máscaras demoniacas de El Bosco, los rostros de las víctimas de la violencia de Goya o los autorretratos de Van Gogh. Sus obsesivas pinturas de muecas evocan una desesperada expresividad, inquietudes existenciales poco relacionadas con la abstracción gestual o el action painting porque nunca revela su yo más íntimo.

NANCY SPERO

Su obra madura refleja un giro radical hacia el feminismo y sus principios. A comienzos de los setenta, dedicó dos secuencias pictóricas a Artaud, pero posteriormente los hombres quedaron fuera de sus series, dominadas por bandas de papel con figuras en collage y fragmentos de texto.

Su tema principal fue el cuerpo de la mujer activa, independiente y segura de sí.

Nancy Spero. Fleeing Woman and Child, Irradiated, 1985
Nancy Spero. Fleeing Woman and Child, Irradiated, 1985

LEON GOLUB

Combinó pintura pura y escritura inspirada en los grafitis y lemas garabateados en las ciudades. Sus figuras humanas tienden a ser caracteres urbanos groseros y las figuras anónimas de sus pinturas antibelicistas de los setenta adquirieron rasgos cada vez más personales. No tratan sobre Vietnam, sino sobre la brutalidad de la vida urbana.

Leon Golub. Dos mujeres negras y un hombre blanco, 1986
Leon Golub. Dos mujeres negras y un hombre blanco, 1986

SIGMAR POLKE

Sus obras combinan lo racional y lo irracional, la ironía, la magia y un original uso de técnicas experimentales, ideas claramente expresadas y concisión estética. Todo ocupa su lugar en una realidad pictórica global que abarca lo que podemos percibir sensorialmente y lo que solo podemos concebir mentalmente.

Su método no es analítico sino sintético y en sus pinturas encontramos tramas fotográficas descompuestas para formar una imagen vibrante basada en leyes intrínsecamente estéticas.

Ha explorado temas relacionados con los medios de comunicación, la cultura de masas y las técnicas artísticas recibidas. También investigó el efecto de la luz, el calor o la humedad sobre las capas de pintura.

Sigmar Polke. Untitled (Rorschach), 1999
Sigmar Polke. Untitled (Rorschach), 1999

 

 

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