Fichados

Antonio Montalvo

Antonio MontalvoNOMBRE: Antonio

APELLIDOS: Montalvo

LUGAR DE NACIMIENTO: Granada

FECHA DE NACIMIENTO: 1982

PROFESIÓN: Artista

Antonio Montalvo recuerda haber pintado desde siempre, de hecho lleva tanto tiempo haciéndolo que nos cuenta que conserva cuadros que ni siquiera recuerda haber realizado: el más antiguo de los que aún se conservan es de 1985 (contaba con 3 años) y es un retrato de la bruja Avería.

En su iniciación en el arte resultó decisivo que sus padres, aunque fuese de forma no profesional, también pintasen: de ese modo la creación fue para Antonio una actividad familiar y cotidiana; un juego, más que un hecho extraño practicado por gentes de fuera.

Se licenció en Bellas Artes por la Universidad de su ciudad, en 2005, y es fácil que hayáis visto  sus obras: las ha presentado en los últimos años en diversas muestras en la Galería madrileña Espacio Mínimo, hasta el pasado marzo en Mustang Art Gallery de Elche, y en otras ocasiones en la Galería AFA de Santiago de Chile, en Alarcón Criado, el Museo Provincial de Albacete, el DA2 salmantino o el Centro Cultural Caja Granada. De la mano de Espacio Mínimo, ha participado además en ferias como ARCO, Art Marbella, Arte Santander, ZonaMACO, Ch.ACO, Art Bogotá o Art Los Ángeles Contemporary, y trabajos suyos forman parte de las colecciones de Caja Madrid, el Gobierno de Cantabria o las fundaciones CajaSur, Coca-Cola o Rodríguez-Acosta, entre otras.

Volcado en la pintura, Antonio trabaja más desde la intuición que desde la intención de plasmar mensajes definidos y claros en sus obras: No hay que buscarle sentido a lo que no tiene ninguno: no sé por qué pinto un cuadro. Tampoco concibe su producción como medio para salir de las múltiples dudas y confusiones que puedan surgirle, sino como vía para adentrarse a fondo en ellas, para expresar con pinceles lo que con palabras sería imposible.

Antonio Montalvo. Tiento, 2016

En la mayor parte de sus obras subyace un fondo de nostalgia, una atmósfera melancólica que evoca el sentimiento posterior a una pérdida, a la añoranza de un estado anterior, sea imaginado o real; pero también se hace referencia a la capacidad humana de sobreponerse a ese duelo. En sus palabras: Esta imposibilidad chejoviana de la felicidad conduce irremediablemente a lo que aspiro sea el nudo gordiano de mi trabajo: la belleza sutil, apenas perceptible, del dolor humano, esa que solo la música parece capaz de transmitir, y la angustia de la criatura humana deseosa de redención (…) No encuentro posible otra aspiración, otro “tema” para mi pintura.

Cuando Montalvo comenzó en 2008 su relación profesional con Espacio Mínimo, lo hizo de la mano de “El sueño de Santa Úrsula”, un proyecto específico formado por pinturas de distintos formatos, inquietantes y de múltiples significados, pero basadas en su personal interpretación de la obra de Carpaccio en la que se representaba a esa santa recibiendo en un sueño la anticipación de su martirio. En 2012 presentó en la misma sala madrileña “Cizaña perdida”, un compendio de pinturas sin una temática común (no podemos entenderlas como serie), pero sí con esa añoranza resignada, esa melancolía aceptada de la que hablábamos, como nexo.

Antonio Montalvo. Ibid, 2013
Antonio Montalvo. Ibid, 2013

Por su parte, las pinturas que formaron parte de “Bilis negra”, su muestra en la galería AFA chilena hace dos años, se plantearon en términos musicales: evocando sensaciones que van a llegar después, estados de un deseo que, en lo que se nos da a ver e intuímos, no se satisface. Avisan, pero no desvelan. Enlazando con la nostalgia, como nota que evoca en conjunto su producción, la música inspiró en este caso a Montalvo por reflejar “como ningún otro medio esa perpetua sensación de haber caído desde cierto estado de gracia, tan relacionada con el relato mitológico y religioso. De ahí  su tristeza, que no se debe a nada en concreto, sino a la pura existencia humana, por cuanto más allá de todos sus esfuerzos, el individuo está hecho de deseo”.

Su muestra más reciente, “Lo ajeno” en la Mustang Art Gallery, estaba formada por pinturas que semejaban ser bodegones surrealistas, con presencia de animales, o de figuras humanas presentadas como aquellos, recurriendo a veces a la aproximación al detalle y a la fragmentación para generarnos múltiples preguntas: desconocemos si son estampas naturales o artificiales, si los modelos penan o disfrutan, componen una suerte de vanitas enigmáticas que nos recuerdan el destino común de la muerte y la existencia de lo terrible sin necesidad de enseñarnos lo obvio.

Antonio Montalvo. El pulpo, 2015
Antonio Montalvo. El pulpo, 2015

En el conjunto de su trabajo podemos citar otra “presencia” común fundamental: la idea de vacío, tan presente en la pintura española como alegoría de lo trascendente: Cualquiera que haya entrado a la sala de pintura española del Louvre, después de visitar las demás, sabrá a qué me refiero. A la pintura española, en un museo extranjero, se la reconoce en seguida por su vacío. Y no se trata únicamente de un vacío físico literal, sino de una especie de ausencia consustancial, pues también se advierte en la obra más excesiva de un Valdés Leal o de un Pedro de Orrente.

¿Dónde encontraréis a Antonio en adelante? Desde el sábado pasado presenta en Murcia su obra Lo descentrado en el Pabellón 2 del Cuartel de Artillería, como parte del ciclo de microexposiciones Pieza única, que comienza precisamente con él. Además, este mes de mayo ofrecerá su tercera muestra individual en Espacio Mínimo.

Podéis conocer mejor su obra en su web: www.antoniomontalvo.com

Antonio Montalvo. Dos noes, 2015
Antonio Montalvo. Dos noes, 2015

 

 

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