NOMBRE: Ana
APELLIDOS: Esteve Reig
LUGAR DE NACIMIENTO: Agres, Alicante
FECHA DE NACIMIENTO: 1986
PROFESIÓN: Artista
No habíamos fichado, hasta ahora, a demasiados artistas que trabajaran fundamentalmente con el vídeo: solo a Leafhopper Project, Héctor Hernández Rosas, Maya Watanabe, Javier Artero y Mariona Moncunill. Hoy sumamos un nuevo nombre: el de Ana Esteve Reig, de la que os hablamos el año pasado con motivo de su participación en la muestra colectiva que la Comunidad de Madrid dedica, en la Sala de Arte Joven, a los ganadores en su convocatoria Circuitos de Artes Plásticas, y también en 2015, cuando fue una de las artistas que tomaron parte en Open Studio y resultó nominada al IV Premio a la Producción Artística que concedía esa cita junto a la Fundación Banco Santander. Antes, en 2011, obtuvo una de las Ayudas injuve para la Creación Joven y en estos años ha mostrado su trabajo en Londres, Kassel, Berlin, Madrid, Taipei o Viena.
Ana estudió Bellas Artes en la Complutense de Madrid y Artes Libres en la Kunsthochschule Kassel, y completó sus estudios con un posgrado como Meisterschüler del artista Bjørn Melhus. Fue durante su estancia en Alemania cuando decidió elegir el videoarte como el medio de expresión de sus reflexiones sobre nuestros modos de comportarnos como sociedad y sobre los estereotipos que se generan en torno a ellos, fijándose en el camino en la cultura popular, el cine, la televisión, las redes sociales, la realidad virtual o la literatura y cuidando con minuciosidad el fondo y la forma, el guion y el montaje.
Le hemos preguntado, como a todos nuestros fichados, por sus inicios, y aunque la creación le atrae desde la infancia, nos ha contado que la influencia familiar y la invitación de dos profesores tuvo mucho que ver con su decisión de trabajar como artista. También que su incursión primera en el vídeo llegó de forma tan natural que el deseo de comunicar con la cámara fue previo a los conocimientos sobre su manejo: Mi relación con el arte comenzó desde muy pequeña, creo recordar que siempre estaba dibujando, y gracias a mi padre, aficionado a la pintura, empecé a ir a un taller a pintar los fines de semana desde que tuve ocho años. Hice el Bachillerato de Arte y estudié Bellas Artes en la Complutense, pero el último año de carrera hice un Erasmus en Kassel, dónde decidí quedarme para estudiar de nuevo la carrera tras una oferta que me hicieron dos profesores de la Kunsthochschule. Me di cuenta de que tenía mucho que aprender. Fue en ese momento cuando creo que de forma consciente empecé a trabajar como artista y comencé a producir mi obra; tenía 21 años. En realidad, fue todo muy casual y natural, de hecho, comencé a trabajar con vídeo sin tener a penas conocimientos técnicos, pero de esa forma encontré el que sigue siendo mi lenguaje.
¿Por qué vídeo? A Esteve le sedujo por su poder de captar y atrapar para el tiempo lo ficticio y lo efímero. También porque le permite estudiar las consecuencias de la toma de ciertas decisiones previas respecto a los detalles de lo que en ellos vemos y oímos: Trabajo con el lenguaje audiovisual sin haberlo planeado. Empecé a grabar y a editar sin saber nada y todo lo he ido aprendiendo desde la intuición. Creo que lo que me atrapó fue la posibilidad de crear esos mundos ficticios que tanto me fascinan, meterlos dentro de un plano y poder atraparlos en un eterno bucle. También es cierto que soy una persona muy organizada y, por ello, disfruto mucho planeando e investigando las localizaciones, el casting, vestuario, etc. Sin embargo, fue la fase de la edición de vÍdeo la que más me enganchó. Ahí es donde de verdad creas el ritmo y la conexión entre las imágenes y las secuencias y compones de verdad la pieza. Sí que es cierto que mi forma de trabajo conlleva una producción lenta y costosa en la que todas las decisiones que tomo a la hora de grabar y editar son decisivas, pero no conozco otro modo de trabajar; realmente aunque sepa pintar o hacer fotos, solo se hacer vídeo de verdad.
Como os contábamos al principio, nuestro actuar en sociedad y los ritos que esa socialización apareja constituyen uno de sus grandes intereses. Pero hay más, en relación con la narratividad y las posibilidades del lenguaje cinematográfico: La verdad es que no existen en mi producción unos temas que deban ser fundamentales, pero sí que es cierto que las líneas temáticas que sigo tienen mucho que ver con temas cercanos, que me fascinen e inquieten. Mi trabajo gira en torno a dos vertientes. Una tiene mucho que ver con las tribus, la cultura popular, los arquetipos, el baile y la música, es decir, con cómo el sujeto se comporta y agrupa para formar parte de la sociedad creando rituales endogrupales. La otra vertiente está relacionada con la ficción, los relatos cinematográficos y los personajes creados en el cine, siguiendo muy de cerca la producción audiovisual de los mass media, desde las películas o los videoclips hasta las redes sociales. Por otra parte, me fascina el lenguaje cinematográfico, por todas las posibilidades técnicas y narrativas que se han creado y se consiguen a través de la cámara y la edición. Esta es otra parte fundamental de mi trabajo. En cada producción de vídeo que hago soy muy consciente y conocedora de cómo debo grabar y editar el material según el tema que esté trabajando. Siempre remarco que mi obra es audiovisual ya que trabajo de forma muy consciente con la imagen al igual que con el sonido, y dentro de este, también está la música.
Nos cuenta, además, que si los temas que investiga nacen de lo cercano, sus referentes también lo son. Su formación en Alemania fue fundamental a la hora de encontrarlos y entre ellos figuran grandes figuras del videoarte: Mis influencias son muy variadas. Puedo decir que muchos de los temas que trabajo nacen de experiencias muy cercanas, que van desde los rituales de la fiesta, como lo es la Ruta del Bacalao (soy alicantina) hasta mi paso por Alemania. De hecho, Bjørn Melhus, quien fue mi tutor durante cinco años en Kassel, ha sido una de mis grandes influencias. He conocido muy de cerca su trabajo y gracias a él aprendí el lenguaje del vídeo. Desde adolescente también tengo mucho contacto con movimientos musicales, la cultura de club y la danza. En este caso, estas experiencias son una base de conocimiento o punto de partida a la hora de construir el contenido de mis videos: musicalmente, performáticamente (el movimiento de mis personajes) o incluso conceptualmente.
Respecto al arte, debo admitir de nuevo, que el paso por Alemania me ha marcado mucho. Ya he nombrado a Bjørn Melhus, aunque también admiro mucho y sigo el trabajo muy de cerca de Julian Rosefeldt, Teresa Hubbard y Alexander Birchler, Romuald Karmakar, Hito Steyerl o el ya fallecido Harun Farocki.
A la hora de explicarnos sus principales proyectos hasta ahora, Ana comienza por Encierro, un vídeo de 2010 en el que nos presenta a tres policías bailando reggaetón ante una mujer sola impasible a sus movimientos. Esa situación aparentemente absurda y opuesta a la que ofrecen tantísimos videoclips le permitía reflexionar sobre roles de género: Creo que “Encierro” fue un antes y un después en mi trabajo, fue el proyecto que más seguridad me dio para seguir mi línea como artista. Es un vídeo breve y directo en el que vemos a tres hombres bailando reggeaton alrededor de una chica que permanece estática en el centro. Lo que hice fue analizar videoclips de reggeaton que, en aquel entonces, el año 2010, se estaban haciendo muy populares, y grabé lo mismo, solo que esta vez la persona que estaba en el centro era una mujer y los que bailan, son hombres. Es una obra sobre los estereotipos latinos y los roles de género; una crítica coreografiada sobre las luchas de género que hoy en día lamentablemente sigue siendo un tema tan actual (más este mes con el 8 de marzo en el calendario).
Al año siguiente trabajó en Paraísos perdidos, que supuso un salto en lo técnico (se trata de una instalación con tres canales) y en la complejidad del planteamiento: tres personajes anhelan sus propios y utópicos paraísos sabiendo que no podrán alcanzarlos. En palabras de la artista, con esta videoinstalación aprendí mucho técnicamente hablando, sobre todo en la edición: descubrí las posibilidades narrativas al salir del formato monocanal. Y conceptualmente arriesgué mucho tratando de mostrar personajes ficticios creados en los relatos cinematográficos.
Estos proyectos los llevó a cabo mientras se formaba en Alemania; entre los primeros que realizó tras regresar a España cita dos: recuerdo la producción de Slide (2013), un vídeo monocanal que hice junto a Alejandro Ramírez. Pudimos grabar dentro de la Ciudad de la Cultura y ocuparla con skaters de Santiago de Compostela. También hice otro trabajo que recuerdo con mucho cariño, Después de Nunca Jamás (2014), una video instalación de dos canales en la que homenajeo la Ruta del Bacalao a través de dos personajes que viven en bucle una fiesta de 24 horas. Disfruté muchísimo el rodaje, involucré a mucha gente que no tenía nada que ver con el arte y rodé en localizaciones como mi pueblo, Agres, en Alicante. Era un canto al carpe diem y el hedonismo en el que esa Ruta del Bacalao se convertía en el país de nunca jamás de dos inocentes jóvenes ajenos a cuestiones políticas o económicas, a debates sociales o religiosos. Fue real pero parece ficción.
Y entre sus proyectos recientes menciona Ana El oráculo (2017), un vídeo en el que reflexionaba sobre la posibilidad de determinar el futuro, homenaje a Kubrick mediante: es un vídeo muy absurdo, en el que unos monos contestan las preguntas del hombre contemporáneo a través de un smartphone. Me preguntaba si realmente, y hasta qué punto, podemos predecir y escribir nuestra propia historia. En este caso, hago una referencia muy directa a la película 2001 Odisea en el espacio de Stanley Kubrick. Este fue el vídeo con el que participó en Circuitos.
También le hemos preguntado por sus próximos trabajos: tiene al menos tres en realización y pronto participa en una muestra colectiva en la Lonja del Pescado alicantina. Lo detalla: desde finales del 2017 estoy trabajando en dos proyectos bastante diferentes. Uno de ellos lo arrastraba desde hacía tiempo. Por ahora se titula “Fitness” y lo que he hecho ha sido grabar a diferentes entrenadores de varios deportes. Me interesa la figura del entrenador por el poder de oratoria que tienen sobre sus alumnos o deportistas. Tengo una edición hecha, pero quiero trabajarlo mucho más porque he recopilado muchas horas de grabación y quiero convertirlo en una videoinstalación simultánea de cuatro canales.
Por otra parte, estoy inmersa en “La pantalla mágica”, proyecto que estoy desarrollando gracias a la Beca Multiverso de la Fundación BBVA. Es un trabajo en el que investigo sobre el poder de la ficción y el cine en la construcción del imaginario colectivo en el siglo XXI. Para ello tengo como base “La Ciudad de la luz”, un estudio de cine construido en Alicante, que ahora mismo está cerrado e inactivo por prohibición de la Comunidad Europea. Quizás, con este vídeo consigamos que alguien quiera comprar y reactivar de nuevo este estudio cinematográfico. El resultado se expondrá más adelante en la Fundación del BBVA en Madrid.
Por último, estoy inmersa en una experiencia nueva en un proyecto visual-musical. Formo parte de “La Reif” desde finales del 2017 junto a Clara Moreno y Hernán Pallero; somos un grupo que hacemos conciertos que son “pinchadas cantadas con visuales”. Hernán hace y produce la música, Clara compone y canta, y yo hago y produzco los visuales en los directos. Nuestro proyecto nace para reivindicar la cultura de club, desde la ruta del bacalao hasta las raves, ofreciendo unos directos desenfadados, reivindicando la fiesta y el baile desde el respeto y la diversión. Además, también estoy pinchando junto a Arantxa Boyero, artista visual, bajo el nombre de “Las Devotas”. Hacemos unas pinchadas junto a visuales siguiendo un concepto de diversión y performance y mezclando diferentes tipos de música. (Hace unas semanas, supimos que La Reif resultó ganador de una de las Residencias de producción musical que convoca Matadero Madrid, destinadas a artistas y bandas musicales de la ciudad).
Además, el día 23 de marzo se inaugura en Alicante una exposición colectiva llamada “Lo que ves es arte”, comisariada por Jose Luis Martínez Meseguer, en la que se exponen dos vídeos míos: Bad Romance y Lessons.
Podéis encontrar sus obras aquí: www.anaestevereig.com