El péndulo de Emma Kunz

La Serpentine Gallery muestra sus dibujos abstractos

Londres,

Hilma af Klint abrió camino y cada vez son más las artistas próximas al misticismo y la espiritualidad, algunas contemporáneas a la sueca, que los museos internacionales nos están ayudando a conocer. El pasado febrero, Es Baluard abrió al público “Alma. Médiums y visionarias”, colectiva dedicada a autoras que trataron de dar visibilidad a lo oculto y que enlazaron en sus trabajos lo doméstico y lo trascendente; quienes las rodearon decían que su arte no venía del arte, sino más bien de la intuición, de sus acercamientos a la teosofía y el esoterismo. Una de las artistas presentes en ese proyecto mallorquín, que puede visitarse hasta junio, es Emma Kunz, a quien la Serpentine Gallery de Londres dedica ahora una exhaustiva muestra individual. Se trata de la primera presentación de su trabajo en Reino Unido y, para la ocasión, los comisarios de este centro han contado con la colaboración de la artista chipriota Christodoulos Panayiotou, que lleva tiempo investigando su obra y la percepción de la misma hoy.

Emma Kunz. Work No. 127
Emma Kunz. Work No. 127

La propia Kunz se consideraba a sí misma, más que una artista, una sanadora y una investigadora de la naturaleza, pero tuvo la visión lúcida de que sus dibujos (se ha conservado un legado de más de cuatrocientos) serían contemplados por las generaciones futuras. No recibió una educación artística formal y nunca llegó a exponer en vida, pero hoy la consideramos pionera del arte más próximo a la espiritualidad.

Vivió y trabajó en la Suiza rural y, al parecer, contó con dones para la telepatía, la curación y la profecía a una edad temprana, se dedicó a la naturopatía e investigó los posibles usos sanadores de minerales y plantas. Fue en 1938, cuando tenía 46 años, cuando comenzó a llevar a cabo grandes dibujos utilizando péndulos que consideraba instrumentos de adivinación: les planteaba preguntas y encontraba la respuesta en los trazos geométricos con los que registraba sus movimientos, su inicio y el detenimiento, siempre sobre papel cuadriculado. Sabemos que trabajaba de forma continua en cada pieza durante periodos que podían durar más de veinticuatro horas.

A través de esos dibujos que podemos considerar hipnóticos, esta autora suiza fallecida en 1963 trataba de comprender mejor los mecanismos de funcionamiento de la naturaleza y el mundo; al péndulo en cuestión le realizaba preguntas de todo tipo: personales, filosóficas e incluso políticas, en relación con reuniones entre presidentes en los albores de la II Guerra Mundial, la neutralidad de su país… Se cuenta que intentó “despolarizar” las energías negativas de Hitler. Sus trabajos no están titulados y rara vez fechados, porque se negó a que apareciesen en estas obras sellos de su propia personalidad o de sus circunstancias: no los consideraba relevantes.

Solo importaban para ella los mensajes que pudieran obtenerse de colores y formas, también de los grosores de las líneas, dibujadas siempre con grafito. Reconoció Kunz el potencial de estas obras para generar distintas lecturas en el tiempo, pero también para mantener las capas de significado de las que ella los dotó, y es sabido que los utilizó a modo de guía para diagnosticar a sus pacientes en relación con enfermedades del cuerpo y de la mente, pero también para iniciar sus propias investigaciones de índole espiritual.

La primera vez que el público pudo ver la obra de Kunz fue, como dijimos ya póstumamente, en 1973, pero desde entonces ha formado parte de no pocas exposiciones colectivas. Desde entonces, se ha estudiado en la medida de lo posible el impacto en estos dibujos de su visión holística del cosmos: hay quien los interpreta como representaciones de campos de energía expansivos que contienen, a la vez, perspectivas de la naturaleza en lo micro y en lo macro.

La suiza nunca entendió sus supuestas percepciones extrasensoriales como milagrosas, más bien consideraba que la industrialización y el materialismo galopantes antes de la irrupción de las dos guerras mundiales habían enterrado las relaciones de la sociedad con lo natural y que en su caso, por razones aleatorias, esas conexiones, o intuiciones naturales, simplemente habían permanecido intactas. No son ideas extemporáneas: algunos discursos actuales sobre ecología mantienen postulados parecidos y reclaman la necesidad de forjar nuevos vínculos con el medio ambiente.

Sus imágenes son fundamentalmente abstractas en su estructura y su forma, aunque un pequeño número de ellas es figurativo. Parecen repetitivas, pero en una contemplación lenta podemos advertir su complejidad y variedad: los ritmos y las simetrías son ilusorios y la escala de las obras permite una cierta inmersión, de modo que la mirada del espectador divaga entre las partes y el todo. Las líneas, por otro lado, son meticulosamente precisas.

Emma Kunz. Work No. 012
Emma Kunz. Work No. 012

La obra número 12, titulada a veces Filosofía de la vida, se ha interpretado como el diagrama de un hombre inserto en el cosmos, una representación muy significativa de las cosmovisiones de Kunz. El eje vertical y el horizontal podrían aludir a un crucifijo y el hombre se dispondría entre la maldad (a la izquierda) y la bondad (a la derecha), representados a través de figuras femeninas y masculinas entrelazadas. Se entendería que el hombre comienza su existencia cabeza abajo, en la oscuridad, y va ascendiendo verticalmente hacia la trascendencia, más luminosa.

Una de sus pocas obras datadas es la número 20, que se fecha en 1939. Kunz podría haber predicho en este dibujo que Estados Unidos estaba desarrollando un arma de gran capacidad destructiva: según testimonios, quedó tan alarmada por el posible mal uso de esa fuente de energía que, de forma inusitada, interrumpió la realización del mismo para telefonear a una amiga. Para algunos, la predicción se materializó en 1945, con las bombas atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki.

Emma Kunz. Work No. 020
Emma Kunz. Work No. 020, 1939

En el número 190, realizado por Kunz poco antes de su muerte, encontramos una pirámide, símbolo antiguo de la poderosa conexión entre la tierra y el universo. Ella dejó escrito que con esa última obra había dejado abierta “la séptima cámara de la pirámide” y que sus investigaciones estaban acabadas.

Emma Kunz. Work No. 190
Emma Kunz. Work No. 190

En la Serpentine, estos trabajos en papel se acompañan de bancos creados por Panayiotou con la piedra curativa que Kunz descubrió, en 1942, en la cantera romana de Würenlo, donde hoy puede visitarse el Emma Kunz Zentrum and Grotto. Este espacio se inauguró en 1986 con el fin de preservar para las nuevas generaciones los hallazgos de la artista y también de extraer esa roca llamada AION A (sin limitaciones) y, disponible, por cierto, en las farmacias suizas. En vida, Kunz acudió muy a menudo a esta cantera para recargar las pilas, físicas y mentales.

"Emma Kunz: Visionary Drawings, An exhibition conceived with artist Christodoulos Panayiotou en la Serpentine Gallery
“Emma Kunz: Visionary Drawings” en la Serpentine Gallery. © 2019 readsreads.info

 

 

“Emma Kunz: Visionary Drawings”

SERPENTINE GALLERY

Kensington Gardens

Londres

Del 23 de marzo al 19 de mayo de 2019

 

 

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