El último Miró, en la Catedral

Joan Miró. Mujer en la plaza de un cementerio, 1981. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía Joan Miró. Mujer en la plaza de un cementerio, 1981. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

El Museo Reina Sofía muestra en la Catedral de Burgos una treintena de obras del artista fechadas entre los sesenta y los ochenta


Burgos, 04/10/2013

Coincidiendo con el trigésimo aniversario de la muerte de Joan Miró, el Museo Reina Sofía y la Fundación Silos presentan, hasta el próximo 8 de enero en la Sala Valentín Palencia de la Catedral burgalesa, “Miró último (1963-1983): La experiencia de mirar”, muestra compuesta por tres decenas de obras, entre pinturas y esculturas, que forman parte de los fondos del MNCARS (algunas se exhiben habitualmente al público y otras no).

La exposición, comisariada por Carmen Fernández Aparicio y Belén Galán, viajará en 2014 a tres museos estadounidenses: el Seattle Art Museum, el Nasher Museum of Art de la Duke University y el Denver Art Museum y se centra en la producción de los últimos veinte años del artista, una de las fases menos conocidas, pero también más ricas y reflexivas de la trayectoria del barcelonés.

Joan Miró. Mujer sol, 1966. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía              Joan Miró. Mujer, pájaro, estrella (Homenaje a Pablo Picasso), 1973. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Joan Miró. Mujer sol, 1966. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Joan Miró. Mujer, pájaro, estrella (Homenaje a Pablo Picasso), 1973. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Se trata de catorce pinturas y dieciséis esculturas que, dentro de sus diferencias formales, tienen en común el materializar la idea de Miró de asociar acto creador y necesidad de comunicar y su afinidad con las nuevas vanguardias americanas. Junto a estas piezas, como punto final a la muestra, podemos contemplar el cortometraje Miró l´altre (1969), filmado por Pere Portabella, en el que vemos al artista desarrollando un mural (después destruido por él mismo) en los cristales exteriores del Colegio de Arquitectos de Barcelona.

Trece años antes, Miró se había trasladado al estudio que Sert había diseñado para él en Son Abrines (Mallorca). Allí había reunido la totalidad de sus trabajos, lo que le permitió revisarlos y redefinir su obra futura a la luz de ellos. Desde entonces, comenzó a huir de cualquier jerarquización de los signos artísticos, a trabajar con mayor libertad en dos y tres dimensiones y a apostar decididamente por los grandes formatos.

Joan Miró. Paisaje, 1976. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Joan Miró. Paisaje, 1976. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

En los lienzos de campo expandido que integran esta muestra burgalesa, otorgó Miró una presencia fundamental a signos caligráficos elaborados con sencillez y mínimos recursos, dando cada vez mayor relevancia a lo vacío y despojado. También realizó sus esculturas, como Mujer en la plaza de un cementerio o Muchacha, a partir del ensamblaje de objetos encontrados y del modelado y vaciado en bronce.

El conjunto de los trabajos expuestos en Burgos parten de dos temas fundamentales en la obra de Miró: naturaleza y figura humana, lo terrenal y lo cósmico.

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