El tablero de Dominik Lang

La Galería Elba Benítez presenta su primera individual en España

Madrid,

Comenzamos a oír hablar de Dominik Lang en 2011, cuando presentó en el Pabellón de la República Checa y Eslovaca en la Bienal de Venecia la instalación de gran formato The Sleeping City, y desde entonces ha presentado sus trabajos en la Secession vienesa, la Kunsthaus de Dresde, la Galería Nacional de Praga, el Project Arts Centre de Dublín y, ya este mismo año, en el Monash University Museum of Art de Melbourne.

Difficulties of the Chess Composer. Dominik LangAhora este joven artista checo (nació en 1980 en Praga) recala por primera vez en España y lo hace de la mano de la Galería Elba Benítez, que presenta hasta el 31 de enero “Difficulties of the Chess Composer”, un proyecto que nos hará recordar a Duchamp y el célebre episodio de su abandono del arte por el ajedrez a comienzos de la década de los veinte.

El alma del Dadaísmo se dedicó a este juego con tal pasión que su primera esposa, Lydie Sarrazin-Levassor, llegó a pegar las fichas al tablero para que terminara de una vez por todas la partida. Su matrimonio acabó antes.

Para su primera muestra en España, Lang también da una vuelta de tuerca al poder del tablero, pero de forma más metafórica que Lydie aunque con parecida contundencia: ha cubierto el suelo de Elba Benítez con una trama de baldosas negras y blancas que transforman el espacio de la galería en un escenario simbólico.

Al faltar algunas piezas de su sitio y aparecer apiladas donde no les corresponde, nos da la sensación de que la construcción del tablero aún no ha terminado, o bien de que este está siendo deconstruido.

Rizando el rizo, tampoco las fichas son las propias del ajedrez, sino esculturas: algunas de ellas son obra de su padre, un escultor figurativo ya fallecido, y otras, las de carácter más geométrico, son trabajos tempranos del propio Lang. El conjunto ya no admite movimientos: la partida está en jaque mate.

El artista lo explica: una escultura (el rey) es vencida por otros jugadores y dividida en dos partes, mientras las otras, como soldados, la rodean estrechando el cerco sobre su enemigo, la víctima. Para mí es una metáfora de algo que es prisionero de su situación actual. Por ejemplo, una obra de arte que se ve atrapada en la historia y analizada según determinados principios. En otra parte de la galería, un grupo de flamencos de yeso son usados como bolos, cuyos frágiles cuerpos están en peligro de romperse. La amenaza del ejercicio real de algún tipo de violencia sobre el cuerpo de las esculturas y los objetos planea sobre la exposición. Por eso, el yeso es un material perfecto para demostrar la fragilidad de las cosas a nuestro alrededor, la fragilidad y la temporalidad tanto de nuestros cuerpos como de nuestras ideas.

Difficulties of the Chess Composer retoma los que, hasta ahora, han sido rasgos fundamentales en la breve pero fructífera trayectoria de Dominik Lang: sus referencias al legado artístico y cultural (el régimen soviético torpedeó la carrera de su padre), su lúcida conciencia del tiempo –y, por tanto de la historia y la historiografía- como cambio y su interés por involucrar al espectador en sus propuestas, convertidas en escenografías teatrales donde se re-escenifican viejas ideas aportándoles nuevas escalas y otros significados.

 

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