Tras la aprobación del Consejo de Ministros y la firma del contrato de compraventa que ha tenido lugar hoy en Heras (Cantabria), los fondos del Archivo Lafuente pasarán a ser propiedad del Estado español, que los ha adquirido por cerca de 27 millones de euros para el Museo Reina Sofía.
Se trata de una “colección de colecciones” de arte moderno y contemporáneo europeo, con especial atención al contexto de nuestro país y también al latinoamericano y norteamericano; reúne más de 130.000 piezas entre libros, revistas, carteles, manifiestos, manuscritos, bocetos, collages, cartas, fotografías, libros de artista o audiovisuales, así como pinturas, esculturas y obra gráfica. Se trata de uno de los fondos artísticos más completos, no solo en España sino internacionalmente, y lo albergará próximamente el edificio del antiguo Banco de España en Santander, que está siendo remodelado para ser sede asociada del MNCARS.
Comenzó a gestarse el Archivo en los años ochenta, época en la que el empresario lucense José María Lafuente empezó a atesorar una colección de arte que iría ampliándose con la incorporación de trabajos de pintores y escultores españoles, a los que se sumaron paulatinamente algunas piezas de artistas internacionales. En 2003 resultó determinante la adquisición de los legados documentales de Miguel Logroño, crítico de arte del diario Madrid, de Cambio 16 y fundador del Salón de los Dieciséis, y Pablo Beltrán de Heredia, editor y profesor universitario y uno de los impulsores de la Escuela de Altamira. A partir de ahí, fue creciendo el interés de Lafuente por recuperar archivos y colecciones de arte del siglo pasado de difícil acceso y localización, y su actividad como coleccionista se profesionalizaría diez años después, en octubre del 2014, con la creación como tal del Archivo que lleva su apellido.
Hablamos, como decíamos, de una constelación de conjuntos y fondos documentales de numerosos artistas, colectivos, escritores, críticos, editores, instituciones, etc. que permitirán alumbrar lecturas alternativas de la historia del arte contemporáneo y también ofrecer nuevas perspectivas a partir de la investigación. Se considera que este fondo es solo comparable con dos de las colecciones privadas más relevantes de Estados Unidos y Europa: la Merrill C. Berman Collection y la colección de Edigio Marzona. Óptimamente conservado, contiene piezas ligadas al futurismo, el dadaísmo y el surrealismo, las vanguardias rusas, la producción artística soviética y la revolución tipográfica de principios del siglo XX.
Además, contiene trabajos de Eduardo Arroyo, Gianni Bertini, José Luis Castillejo, Ulises Carrión, Ray Johnson, Sol LeWitt, Maruja Mallo o Edgardo Antonio Vigo, y de figuras de la contracultura y el comic/comix español de los setenta y ochenta, como Nazario, El Cubri o Ceesepe.
Entre el material que guarda el archivo en relación con nuestro país destacan ediciones literarias de los veinte y los treinta y libros con cubiertas ilustradas por Josep Renau, Helios Gómez o Amster. No faltan ejemplares de Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, Chaves Nogales, Jorge Guillén, Gutiérrez Solana o Ramón Gómez de la Serna, ni documentos y publicaciones sobre la guerra civil española y el exilio republicano.
De Maruja Mallo posee el Archivo Lafuente cientos de documentos y obras originales y otro grupo documental destacado es el fondo Westerdahl-Domínguez, formado por libros, folletos, cartas, fotografías originales, y otros materiales, además de tres obras originales de Oscar Domínguez.
Otro de los núcleos más importantes es el fondo de escritura experimental española que reúne miles de ítems de Fernando Millán, y en esa misma línea, trabajos de José Luis Castillejo, Julio Campal, Eduardo Scala, Javier Maderuelo o José Miguel Ullán, con libros de artista -algunos inéditos-, abundante correspondencia, manuscritos, maquetas, correcciones de libros publicados, poemas inéditos y bocetos. En el caso del conjunto de Ullán veremos una importante colección de correspondencia mantenida con autores como Julio Cortázar, Octavio Paz, José Ángel Valente, Guillermo Cabrera Infante, Reinaldo Arenas, Nicanor Parra, Néstor Almendros, Vicente Aleixandre, Pere Gimferrer, Jean Cassou o Vicente Rojo.
En el terreno del arte conceptual español, el Archivo Lafuente incorpora obra, publicaciones, correspondencia y otra documentación vinculada al Centro de Cálculo y un conjunto reunido en torno al artista Juan Navarro Baldeweg, que contiene diversa documentación y obra única. En esa misma sección artística figura Alberto Corazón y sus diseños gráficos.
En lo relativo a la creación latinoamericana, entre las publicaciones completas que contiene el fondo se encuentra la serie Los Pensadores/Claridad y la colección completa de la revista Martín Fierro, así como manifiestos, tarjetas o fotografías, y las colecciones completas de revistas literarias bonaerenses de la época que hacen un total de casi 350 piezas. De alto interés es también el conjunto dedicado al grupo La Brasa, asociación argentina dirigida por Bernardo Canal Feijóo, que incluye textos manuscritos, folletos, impresos y manifiestos relativos a los conciertos, conferencias y exposiciones promovidas por el grupo en Santiago del Estero, desde 1925 hasta la década de los cuarenta. Entre los otros muchos materiales que documentan el arte de vanguardia latinoamericano destacan los relativos al uruguayo Joaquín Torres-García.
Por otro lado, el Archivo Lafuente cuenta con una amplia colección del periodo de las vanguardias históricas en Europa y América, como decíamos. Dentro de la corriente del futurismo, reúne casi medio centenar de obras y documentos: desde los manifiestos más representativos del movimiento hasta libros, revistas, catálogos e impresos de autores como Marinetti o Depero. Además, su colección dadá permite realizar un recorrido por la historia de esa corriente a través de un amplio conjunto documental formado por carteles, manifiestos, libros, fotografías e impresos firmados, entre otros, por Hans Arp, Max Ernst, George Grosz, Raoul Hausmann, Richard Huelsenbeck, Francis Picabia, Kurt Schwitters o Tristan Tzara, y un importante conjunto de revistas como Cabaret Voltaire (1916), de Hugo Ball; Maintenant, de Arthur Cravan; Dada, de Tristan Tzara; 291, 391; o Merz, de Kurt Schwitters.
El surrealismo está ampliamente representado, con obras y documentos de André Breton, Louis Aragon, Man Ray, Salvador Dalí, Paul Éluard, Hans Bellmer, Benjamin Péret o Yves Tanguy… y las vanguardias rusas lo están con libros previos a 1917, los llamados libros futuristas rusos, fruto de la colaboración entre poetas, escritores y artistas visuales.
En cuanto a la Bauhaus, el Archivo contiene la colección de los 14 Bauhausbücher, con sus cubiertas, y también un fondo sobre Sol LeWitt con ejemplares de casi todas sus publicaciones y ediciones de obra gráfica producidas por él.
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