Carl Andre y la escultura como lugar

Dia:Beacon repasa las cinco décadas de trayectoria del artista

Carl Andre: Sculpture as Place, 1958–2010

DIA: BEACON

3 Beekman street

Beacon

Artista: Andre, Carl
Beacon,
Carl Andre. 5 x 20 Altstadt Rectangle, 1967. Konrad Fischer Galerie. © Carl Andre/Licensed by VAGA, New York
Carl Andre. 5 x 20 Altstadt Rectangle, 1967. Konrad Fischer Galerie. © Carl Andre/Licensed by VAGA, New York

Cuarenta y cinco esculturas, más de 150 poemas, fotografías poco conocidas y obras en papel expuestas en vitrinas de madera diseñadas por el propio artista componen “Carl Andre: Sculpture as Place, 1958–2010”, la más completa retrospectiva dedicada al creador norteamericano hasta ahora y la primera en Estados Unidos desde comienzos de los ochenta. Tras su paso por Dia:Beacon, donde podrá verse hasta el 2 de marzo del próximo año, esta antología viajará a varios centros europeos: el Museo Reina Sofía (de mayo a octubre de 2015), Hamburger Bahnhof (de mayo a septiembre de 2016) y el Musée d´ Art Moderne de la Ville de París (de octubre de 2016 a febrero de 2017).

Entre las piezas incluidas en esta muestra figuran algunas apenas conocidas, como el conjunto de assemblages Dada Forgeries, así como algunos de sus trabajos más celebrados elaborados con ladrillo, metal o madera. Además, uno de sus proyectos efímeros vinculados al Land Art será recreado en la Dia Art Foundation para ser visto durante el año que se prolonga esta retrospectiva (Joint, 1968) y la proyección en pantalla de sus poemas y la lectura de algunos de sus escritos permitirá examinar hasta qué punto Andre compartió preocupaciones creativas con sus contemporáneos Dan Flavin, Donald Judd, Sol LeWitt, Robert Smithson y Richard Serra, también representados en la colección del museo norteamericano.

Figura clave del movimiento minimalista y de la renovación de la escultura desde los sesenta, Andre logró que su producción fuese identificada por un estilo propio y muy identificable en el que se lleva a su máxima expresión la literalidad de los materiales empleados.

Fueron los escritos de Ezra Pound en torno a los nexos entre Frank Stella y Brancusi el punto de partida del artista de Quincy a la hora de buscar un nuevo lenguaje para la materia escultórica. Sus primeras piezas tridimensionales las llevó a cabo en Nueva York en 1956: eran pequeños objetos a los que confirió texturas peculiares al rasparlos, quemarlos o lijarlos. Años después se iniciaría en el trabajo de maderas más grandes bajo la influencia del citado Brancusi: sus columnas y esculturas fueron su modelo a la hora de dejar la madera sin pulir y unir la escultura directamente al suelo. También resultaron vitales para su carrera, y para su fascinación por las pesadas masas de materiales, una visita a Stonehenge en 1954 y su trabajo como guardafrenos para la compañía de ferrocarriles de Pennsylvania.

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En 1971 realizó Element Series, consideradas las primeras obras de su madurez, que al no estar cortadas ni unidas incorporan dos de los principios básicos de su obra posterior. Robert Morris y Donald Judd proporcionaron a André ejemplos de direcciones bajas y horizontales: el norteamericano comprendió en esos primeros setenta la efectividad de extender su obra a lo largo de la tierra, en lugar de levantar grandes verticalidades, lo que permitía ganar estabilidad y superficie.

 

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