Dentro del programa MUSAC OFF, el Museo de Arte Contemporáneo de León lleva este verano (hasta el 9 de octubre) una selección de obras de arte latinoamericano de su colección al Centro Altlántico de Arte Moderno de Las Palmas.
En las cuatro plantas de este espacio encontraremos 43 piezas creadas por 26 artistas que han sido seleccionadas por la comisaria Wendy Guerra por invitarnos a reflexionar sobre la importancia del arte como forma de aproximación al conocimiento y sobre cómo inciden en ello las distintas formas de mirar una obra o las propias colecciones donde esta se integre. Todas han sido realizadas entre 2001 y 2014 y abordan conflictos de carácter político, social, económico, cultural y existencial, relacionando preocupaciones individuales o asociadas a contextos específicos con otras que podemos considerar universales.
Articulada en cuatro bloques temáticos (contexto sociopolítico, paisaje/territorio, cuerpo/individuo/ciudadanía y arte/lenguaje/institución), la exposición tiene como eje la instalación Crimen perfecto de Luis Camnitzer, en la que este artista fundamental proponía al espectador observar las obras que la componían a través de diez teleidoscopios colocados en distintos puntos. Era un gesto provocador e irónico, porque la obra observada a través de estos artefactos se nos presenta destruida completamente y reducida a un patrón decorativo. A su vez, el orden que el comisario haya dispuesto allí donde se muestre esta pieza como responsable “científico de la exposición” es desactivado, cuestionando el valor de su pensamiento “único”.
El título de la exposición está tomado de un ensayo de Huberman, “Caleidoscopio y rompecabezas: El tiempo se lanza como un bretzel…”, en el que el pensador francés aborda la fenomenología de este juguete óptico del s XIX como modelo teórico para el saber.
Partiendo de las ideas recogidas en este texto y del efecto subversivo de la obra Crimen perfecto, “Caleidoscopio y Rompecabezas. Latinoamérica en la Colección MUSAC” reúne trabajos que destacan por su espíritu crítico y reflexivo, su orientación a proponer un reordenamiento de los sistemas establecidos para desmontarlos y buscar otros nuevos y su interés por el lenguaje como vehículo de construcción de significado.
A diferencia del caleidoscopio clásico, el teleidoscopio capta las imágenes del exterior y las descompone en formas geométricas y colores diversos. De este modo el teleidoscopio incorpora la realidad del entorno a la propia de la obra. Crimen perfecto multiplica así los efectos de esta imagen dialéctica (fruto del anacronismo) a través de la siguiente puesta en escena: diez teleidoscopios dispuestos por los distintos espacios que vertebran el recorrido expositivo por el CAAM dan lugar a nuevas dimensiones sobre los significados que las distintas piezas trasmiten, apelando a la participación activa del espectador y a la propia multiplicidad de efectos y miradas posibles sobre una colección, nunca limitados.
Por otro lado, las obras presentadas exploran temas habituales en la Colección MUSAC, como la memoria, el cuerpo y la identidad, el territorio y el medio urbano, la iconografía popular y los arquetipos sociales políticamente preestablecidos en asuntos de género. Algunos trabajos abordan el exilio y la decadencia de las doctrinas políticas o aluden a situaciones de violencia cotidiana, pobreza y paro laboral. En otras se reflexiona sobre las herencias históricas o lo inabarcable del paisaje latinoamericano, mientras que otro grupo remite al lenguaje, lanzando cuestiones sobre los distintos mecanismos y contradicciones del mundo del arte, las tensiones entre el espectador y la obra o la condición de lo artístico.
