Tras Licenciarse en Bellas artes por la Universidad del País Vasco, es seleccionado en la XI Muestra de Arte Joven del Instituto de la Juventud, obteniendo, en 1995, la Beca de Creación Artística de la Diputación Regional de Cantabria, en 1998, la Beca de Artes Plásticas de la Fundación Marcelino Botín, en 2000, la Mención Especial del Premio Internacional Fundación Pilar Juncosa y Joan Miró y, en 2002, el Primer Premio de Escultura Generación 2002 de Caja Madrid. Su obra es fiel a los conceptos vanguardistas de la primera mitad del siglo XX en lo que se refiere al objeto poético. Sin embargo, Vicario, desplazando sus planteamientos al territorio metafórico, convirtiendo el vacío en escenario de pulsiones ocultas, combina la fertilidad asociativa propia del lenguaje poético con el preciosismo en la ejecución plástica. Es así como, incorporando los recursos modernos en el tratamiento de los materiales: la plasticidad de Gober, las sensualidad de Burgeois, y el desmayo escénico de Bill Viloa. Utilizando medios precarios y a la vez contundentes, sorteando equilibradamente tanto el énfasis como el amaneramiento; aproxima la fragilidad del objeto simbólico a la precisión afilada del mensaje escueto. Destacan sus exposiciones individuales en Espai Lucas, Valencia, y Palacete del Embarcadero, Santander, Cantabria.