Comienza a dibujar durante una grave enfermedad que sufre en la infancia y desde ese momento tiene clara su vocación de artista. En 1940 se matricula en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia y dos años más tarde en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de la citada ciudad. En 1944 se traslada a Madrid gracias a una beca de la Diputación de Valencia para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Participa en la fundación del Grupo 2 y ese mismo año del 47 recibe una beca de pensionado en la Residencia de El Paular (Segovia), donde conoce a la pintora Begoña Villate, con la que más tarde contrae matrimonio. En 1954 es becado por el Ministerio de Asuntos Exteriores para completar su formación en Italia. Tras residir brevemente en Ibiza, fija su residencia en Madrid, ciudad en la que ha desarrollado la mayor parte de su pintura. A principios de la década de los sesenta se une al grupo Hondo, el cual desarrollaba una pintura neofigurativa y en el que ya participaban Juan Genovés, Jardiel y Mignoni. Sus primeras obras se inscriben dentro de la figuración, en ellas aborda temas intimistas como el de la maternidad realizados en una gama de tonalidades claras. En muchas de estas primera piezas destaca el carácter expresionista. Vento evoluciona progresivamente hacia la abstracción, en donde las formas se diluyen y dan paso a una geometrización llevada a cabo con una importante presencia de la materia dando como resultado un expresionismo abstracto de raíz muy personal.