Tras obtener la diplomatura en Derecho, se Licencia en la Facultad de Bellas Artes del País Vasco, recibiendo en 1992 el Primer Premio en el Certamen Nacional de Pintura de Abanto y Zierbena, Vizcaya, y en 1995 el Primer Premio en el I Certamen de Pintura de Gernika-Lumo. Su obra se inscribe dentro de la figuración en la estela de los matices postmodernistas que inauguró Gerhard Richter en su pinturas realistas. El tratamiento pictórico es el tradicional, mientras que el encuadre, el enfoque, y la gama cromática procede de la fotografía. Es decir, mientras que la composición clásica tiene la escala humana y los elementos se distribuyen en torno a la percepción del ojo, en la obra de Julio Pardo es la lente la que determina la escala y la selección de la imagen. De este modo su trabajo tiene de desasosegante lo mismo que de real, ya que precipita el recuerdo y la evocación a situaciones hasta ahora ajenas a la pintura. Destacan sus exposiciones individuales en, Sala del Conservatorio, Sestao (1993), y Sala Torre Luzea, Zarautz (1994).