Acción, Gesto, Pintura: la Whitechapel globaliza la abstracción

Exhibe trabajos de mujeres artistas internacionales, algunas apenas conocidas

Londres,

En la senda de muestras recientes que han buscado dar a conocer las aportaciones al arte abstracto de creadoras durante mucho tiempo olvidadas, o apenas estudiadas hoy, como “Making Space: Women Artists and Postwar Abstraction”, que revisó en el MoMA la obra de medio centenar de autoras entre el final de la II Guerra Mundial y el inicio del movimiento feminista en los sesenta, o “Mujeres de la abstracción”, que más recientemente llevó al Guggenheim de Bilbao composiciones de artistas de orígenes muy diversos que trabajaron entre mediados del siglo XIX y los ochenta, la Whitechapel Gallery de Londres acoge, hasta el próximo mayo, la exhibición “Action, Gesture, Paint: Women Artists and Global Abstraction 1940 – 1970”.

Su propósito es divulgar entre un público amplio los nombres femeninos que también dieron forma a la abstracción después de la II Guerra Mundial, dentro y fuera del contexto estadounidense, porque si bien fue en América donde el expresionismo abstracto emergió, favoreciendo posteriores desarrollos de la no figuración, creadores en otros continentes se encontraban también entonces sumidos en la exploración de la materialidad y el gesto en la pintura, las posibilidades de su percepción y la mera libertad artística, desde otras perspectivas y de forma más o menos explícita. En esta exposición encontraremos ejemplos ligados a la abstracción caligráfica del este de Asia, las prácticas experimentales de raíz política en América Central y del Sur o el Medio Oriente, y también al informalismo y al arte povera.

En un recorrido en el que más de la mitad de las obras serán inéditas en Reino Unido y se hará hincapié en el deseo de libertad personal, política y creativa que las artistas deseaban alcanzar en ese tiempo conflictivo, contemplaremos piezas de autoras reconocidas vinculadas a la Escuela de Nueva York, como Lee Krasner o Helen Frankenthaler, junto a las de otras que serán un descubrimiento para muchos, como la mozambiqueña-italiana Bertina Lopes o la surcoreana, una generación posterior, Wook-kyung Choi.

Wook-kyung Choi. Sin título (detalle), década de 1960
Wook-kyung Choi. Sin título (detalle), década de 1960. © Wook-kyung Choi Estate, cortesía de Arte Collectum

Con Frankenthaler se inicia justamente la muestra, de la mano de su monumental April Mood (1974), en una sección que analizará cómo el fin de la guerra trajo también una honda ruptura con los métodos compositivos anteriores y las convenciones aceptadas en torno a la estructura de la pintura, estudiándose entonces las posibilidades de sus características físicas variables. Una obra sin título de Wook-kyung Choi, cuya producción hasta ahora no había podido verse en Inglaterra, destaca por su tactilidad: datada en los sesenta, sus rayas blancas y azules sirven de escenario a un juego espontáneo de salpicaduras de acrílico en verde, amarillo y rojo.

La abstracción gestual también comenzaba a tomar impulso entonces en países sudamericanos, como una herramienta para desafiar los sistemas sociales y políticos dominantes y como señal de un cambio de paradigma. Se exponen en la Whitechapel dos trabajos de 1961 de la argentina Marta Minujín, Premio Velázquez 2016, quien los realizaba directamente sobre el suelo utilizando arena, laca, tiza y cola de carpintero para alcanzar superficies de gran textura que, una vez consolidadas, cubría con gruesas capas de pintura.

“Action, Gesture, Paint” avanza examinando los procedimientos empleados por autoras que se valían de la pintura para profundizar en temas asociados a la mitología y el simbolismo. La obra de Lee Krasner Bald Eagle (1955) ha regresado a Whitechapel Gallery por primera vez desde la retrospectiva que este espacio le dedicó en 1965; describe elementos orgánicos del animal en colores otoñales: aunque los motivos sean reconocibles, se rechaza la mímesis, experimentándose con la noción de metamorfosis. Un año después, en 1956, la iraní Behjat Sadr nos ofreció una experiencia más solemne de estos asuntos en una pieza sin título en la que una interacción lineal de colores opuestos brota de un fondo oscuro, evocando una caligrafía significativa e íntima en torno a un corazón central de color rojo.

El trabajo gestual de Bertina Lopes, por su parte, aúna la iconografía tradicional mozambiqueña y las referencias a acontecimientos políticos. Se exhiben dos obras suyas de 1969, realizadas tras huir de Mozambique a Portugal y después a Roma, a raíz de una etapa convulsa en su país y del fortalecimiento de sus posiciones anticolonialistas. Y veremos también obra de la artista estadounidense Jay DeFeo, quien se inspiró en los padecimientos de las poblaciones italiana y francesa en la posguerra: en Torso (1952), un cuerpo parece aprisionado y golpeado por la virulencia de sus pinceladas.

Una tercera sección de la muestra reúne obras de artistas que, a través de exploraciones de su propia psicología, brindaron manifestaciones de inmediatez, de emoción pura que parece traducirse directamente sobre el lienzo. Contemplaremos The Illusion of Solidity (hacia 1945) de la artista de origen ucraniano Janet Sobel, a quien se considera antecedente de Pollock en la técnica del dripping: nubes de rojos, amarillos, verdes y azules se superponen con una masa en evolución de remolinos rosas y negros, en el que parece un sueño surrealista. Lo acompaña Número 8 (1958) de nuestra Juana Francés, lienzo en el que el conflicto existencial se traslada a una base blanca corrompida por sombras de carbón y chamuscada por un negro texturizado, que se ha interpretado como alegoría de la dictadura. Junto a ella, Pequeña nada, de la venezolana Mercedes Pardo, conjuga ya intimismo y tonalidades brillantes.

Les siguen autoras que asociaron su abstracción y gestualidad con la danza, la música y otras creaciones escénicas. Las pinceladas amplias de la estadounidense Judith Godwin se intercalaban con formas angulosas que remiten a los movimientos de la danza moderna; Martha Graham influyó en sus trabajos. En Pagoda (1959), el elemento dominante es justamente un trazo en ángulo que encuentra similitudes con las contorsiones dramáticas desplegadas por esa coreógrafa y sus bailarines. Por su parte, la japonesa Toko Shinoda, figura pionera de la abstracción en su país y en Asia, radicalizó los parámetros tradicionales de la caligrafía llevándola a un un dinamismo extremo: a Londres ha llegado una serie de grabados que demuestran cómo, a través de líneas y gestos rítmicos, inventó su propio lenguaje conjugando referentes orientales y occidentales.

Se cierra esta exhibición con trabajos de artistas que recurrieron a su entorno como tema, incluyendo paisajes urbanos, marinos y rurales. La obra de 1964 A Touch of Red, de la china Chinyee, ahonda en la noción de lo sublime, zambulléndonos en un un paisaje atmosférico carente de formas y pleno de colores brillantes. En interiores prefirió moverse la artista polaca Janice Biala en Yellow Still Life (hacia 1955), una composición inquietante en la que cada objeto es destacado con un color amarillo brillante.

En Reino Unido podremos disfrutar, además, de dos atrevidas composiciones abstractas de inspiración natural realizadas en 1967 por Lea Nikel, que nació en Ucrania antes de mudarse a Israel, donde vivió y trabajó la mayor parte de su vida, desarrollando un estilo propio de abstracción gestual. Y pone el broche final al recorrido Paisaje sueco (hacia 1960), de Britta Ringvall, una de las artistas menos conocidas en este montaje. Su vista rural a través de una ventana con cortinas rojas sugiere serenidad.

Completando esta presentación, la Whitechapel ofrece la exposición paralela “Action, Gesture, Performance: Feminism, the Body and Abstraction”, centrada en las prácticas de mujeres artistas que se sirvieron de sus cuerpos como vías para canalizar investigaciones en torno a política, subjetividad y libertad de expresión. Tendrán en este proyecto cabida estudios de los movimientos de Martha Graham, que como decíamos han de enlazarse con las prácticas de Judith Godwin y su gestualidad descarnada; el trabajo de Pearl Primus a partir de la danza afroamericana, caribeña y africana; trabajos de de Carolee Schneemann y Rosemarie Castoro en los que el cuerpo fue base del acto y el fruto de la pintura, en la estela de los expresionistas abstractos; y performances, fotografías y películas de Ana Mendieta, que ahondó en la conexión de su propia fisicidad con la Tierra.

Ya en el terreno europeo, se revisarán las performances contra el patriarcado de Renate Bertlmann y Annegret Soltau y la conjunción de creación y destrucción en Niki de Saint Phalle. Y se explorarán, asimismo, las fusiones de lo personal y lo tecnológico en la obra performativa y videográfica de las japonesas Shigeko Kubota y Atsuko Tanaka y la disolución de las fronteras entre arte y vida en la pintura y la escultura abstractas de la brasileña Lygia Clark.

Ana Mendieta. Butterfly, 1975. © The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Courtesy Galerie Lelong & Co. and Alison Jacques, London. Licensed by the Artists Rights Society (ARS), NY and DACS, London, 2022
Ana Mendieta. Butterfly, 1975. © The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía de Galerie Lelong & Co. y Alison Jacques, Londres

 

 

“Action, Gesture, Paint: Women Artists and Global Abstraction 1940-70”

Del 9 de febrero al 7 de mayo de 2023

“Action, Gesture, Performance: Feminism, the Body and Abstraction”

Del 17 de enero al 7 de mayo de 2023

WHITECHAPEL GALLERY

77-82 Whitechapel High St

Londres

 

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