Wilhelm Leibl y la naturaleza en nosotros

La Albertina dedica una retrospectiva al pintor realista

Viena,

Estimulado por Courbet, dejándose influir por Manet y bien estimado por Van Gogh, con quien compartió en buena medida inquietudes ligadas a lo sencillo y los sencillos, el pintor alemán Wilhelm Leibl fue uno de los grandes realistas europeos en la etapa del cambio de siglo y, como tal, su obra se centró en las realidades cotidianas de la gente común. Tras retirarse de la ciudad al campo, inauguró un estilo de pintura figurativa moderna en el que la verdad de la naturaleza tenía prioridad sobre las tendencias idílicas y narrativas que tradicionalmente habían cultivado los autores ligados al género de la pintura de paisaje o al costumbrista. No buscó Leibl, en ninguna etapa de su trayectoria, que sus modelos fueran hermosos, sino que pudieran ser “bien percibidos” y llevó a cabo sobre todo retratos y escenas interiores protagonizados por habitantes del medio rural, haciendo énfasis en sus procesos de ejecución pictórica.

Nacido en Colonia en 1844, se formó en Múnich, donde rápidamente logró hacerse un nombre gracias a su talento. Siendo aún estudiante, a sus 25 años, dio un paso de gigante en su carrera al ser descubierto, en la Exposición Internacional de Bellas Artes de aquella ciudad en 1869 y gracias a su Retrato de la Sra. Gedon, por Gustave Courbet, quien le invitaría personalmente a París, donde ganaría su primera medalla de oro en el Salón de 1870. Muy poco después, en 1873, Leibl, al menos tan apasionado por la caza como por la pintura, se trasladó a Baviera, centrando como decíamos su producción en sus paisajes y pequeñas poblaciones, lo que le valió el apodo, a menudo peyorativo, de pintor campesino; sin embargo, le interesaba menos, como decíamos, el qué que el cómo.

Wilhelm Leibl. Girl with a carnation (fragmento). Staatliche Kunsthalle Karlsruhe
Wilhelm Leibl. Girl with a carnation (fragmento). Staatliche Kunsthalle Karlsruhe
Wilhelm Leibl. Girl looking downward
Wilhelm Leibl. Girl looking downward

Su éxito inicial se convirtió en incomprensión: los más célebres críticos de la etapa del Segundo Imperio se molestaron por el naturalismo próximo a Holbein de pinturas de género como Campesinos en conversación, que se presentó en la Exposición de París de 1878, pero aquella muestra sí acrecentó la visibilidad de su trabajo. También llevó a cabo Leibl, por entonces, retratos de artistas amigos, de parientes y personalidades de la nobleza terrateniente y de miembros de los círculos burgueses cosmopolitas alemanes, con quienes se codeó.

Gracias a su participación regular en exposiciones internacionales, logró situarse como uno de los grandes adalidades del realismo más allá de Alemania y de París: expuso su obra en Viena, Budapest, Basilea, Winterthur, Zurich, Nueva York y Washington y logró conmover al mismísimo Van Gogh con una de sus obras maestras, Tres mujeres en la iglesia.

Con su búsqueda, constante y rigurosa, de la representación de lo real más allá de ismos e ideologías, acercándose a los viejos maestros, Leibl fundó un estilo pictórico independiente basado en la captación fidedigna de la mayor verdad posible: su trabajo nacía de ese citado impulso de hacer que se “perciban bien” sus motivos, sin adornos, y en ese sentido trató de innovar tanto en técnicas como en el sentido de la percepción de su obra, cayendo tantas veces como fue necesario en una profunda autocrítica. Su creencia en la destrucción, la renovación y el autoexamen constante como motores creativos influiría en autores como Corinth, Liebermann, Beckmann y Kathe Kollwitz y también en Maria Lassnig, Max Buri y Wolfgang Tillmans.

La retrospectiva que, desde el 31 de enero, le dedica la Albertina vienesa, “The Art of Seeing”, ha sido organizada en colaboración con Kunsthaus Zürich, donde pudo verse el año pasado, y cuenta con préstamos llegados de Alemania, Hungría, la República Checa, Suiza y Estados Unidos. Sus comisarios son Marianne von Manstein y Bernhard von Waldkirch y se han reunido para la ocasión en torno a sesenta dibujos y cuarenta pinturas de un autor que concedió muy tempranamente a ambos medios la misma relevancia y que actualmente solo es conocido por un número reducido de artistas, coleccionistas y entusiastas del arte.

 

Wilhelm Leibl. The Village Politicians
Wilhelm Leibl. The Village Politicians, 1877. Kunstmuseum Winterthur

 

Wilhelm Leibl. “The Art of Seeing”

ALBERTINA

Albertinaplatz 1

Viena

Del 31 de enero al 10 de mayo de 2020

 

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