Visiones expandidas: retrato de la fotografía en llamas

CaixaForum Madrid dedica una muestra a la imagen experimental

Madrid,

El Centre Pompidou parisino cuenta con extensísimos fondos fotográficos, que comenzó a atesorar solo cuatro años después de su apertura, en 1981. Entre sus más de 45.000 copias y 60.000 negativos destacan los vinculados a las vanguardias europeas (surrealismo, nueva visión, constructivismo) y a los autores franceses, pero progresivamente sus adquisiciones han dado peso asimismo a la creación contemporánea y a artistas del resto de Europa.

Suponen, en todo caso, prácticamente un pozo sin fondo a la hora de plantear a partir de ellos exposiciones que profundicen en la historia de esta disciplina y, por segunda vez, la Fundación “la Caixa” lo hace: podemos visitar desde hoy, en CaixaForum Madrid, la muestra inédita “Visiones expandidas”, que ha comisariado Julie Jones, conservadora de fotografía del museo francés, el socio colaborador más joven de esta institución. Abarca una enorme cronología, desde los inicios del siglo XX hasta el día de hoy, cuenta con trabajos apenas mostrados al público y no se estructura conforme a un orden temporal, sino fomentando afinidades entre figuras pasadas y recientes, entre creadores consagrados y otros que serán hallazgos. Jones se refiere a ellos como inventores y realmente lo son: sus imágenes son artefactos nacidos de la exploración y el juego que abrieron a la fotografía puertas insospechadas y, aunque la mayoría proceden del ámbito artístico y visual, otros se dedicaban habitualmente a la investigación científica, la astronomía, la poesía o la arquitectura. Esa será la razón de que, más allá de los diálogos propiciados, los formatos sean muy diversos y prácticamente ninguna obra se parezca a otra: surgieron de una vasta diversidad de inquietudes, del espíritu de ensayo y de la libertad, caminos abonados para la transgresión de convenciones.

La media docena de secciones en las que se estructura “Visiones expandidas” tienen que ver con otras tantas rutas para la puesta en cuestión tanto de lo que percibimos como de los modos de inmortalizarlo: la luz, el movimiento, las alteraciones en el soporte, la recreación de mundos, la puesta a prueba de la visión y la anatomía y, en esos apartados, se han dispuesto junto a las piezas cuidados dispositivos de mediación que no se dirigen, ya únicamente, a público infantil o familiar y que nos permiten experimentar por nosotros mismos.

Barbara Morgan. Samadhi, 1940. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Philippe Migeat/Dist. RMN-GP. © Barbara Morgan, Barbara Morgan Archives, U.S.A.
Barbara Morgan. Samadhi, 1940. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Philippe Migeat/Dist. RMN-GP. © Barbara Morgan, Barbara Morgan Archives, U.S.A.

Oportunamente, la luz centra el primer episodio de esta exhibición: su investigación, como apuntó Moholy-Nagy, daría lugar a un alfabeto visual capaz de adaptarse a entornos en cambio constante. Entre los autores de vanguardia fue habitual el empleo de la técnica del fotograma: realizaban fotografías sin cámara, únicamente a partir del contacto de uno o varios objetos con un material fotosensible; más adelante, avanzarían en esas indagaciones fotógrafos que subrayaron la fuerza evocadora de los negativos. Los trabajos abstractos del húngaro conviven en este inicio de la muestra con escenas del crimen de Man Ray (la colocación de los enseres, pese a lo aparente, no tenía en él nada de azarosa), el espiritual Starfinger Angel de Bruce Conner, una imagen futurista de Tato, impulsor poco conocido de ese movimiento en Italia y un fantástico tríptico de Vera Lutter. La alemana se valió de una cámara estenopeica para capturar las huellas del paso del tiempo sobre las pirámides egipcias, los rascacielos neoyorquinos o, como en este caso, zonas industriales alemanas: una mina al aire libre de Hambach, captada desde un camión donde dispuso dicho material fotosensible.

Otro propósito temprano de la fotografía, nunca abandonado, ha sido el de la representación visual del movimiento, sobre todo cuando nacieron las cámaras manejables y pudieron utilizarse emulsiones cada vez más sensibles. Abre este apartado un retrato que es un hito y que aquí se nos enseña retroiluminado: el de la marquesa y mecenas Luisa Casati por Man Ray, que se acompaña de la serie 15 minutes la nuit au rhytme de la respiration 1,2,3, realizada por Alix Cléo Roubaud con una cámara sobre su pecho; de composiciones visionarias de William Klein, otras de Gérard Ifert con efectos ópticos deslumbrantes y estudios de Olafur Eliasson a partir de su propio cuerpo.

Man Ray. Luisa Casati, 1922. © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Dist.RMN-GP. © Man Ray 2015 Trust /VEGAP, 2022
Man Ray. Luisa Casati, 1922. © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Dist.RMN-GP. © Man Ray 2015 Trust /VEGAP, 2022

La sección Alteraciones subraya la extraordinaria maleabilidad del medio fotográfico, tanto en la era analógica como en la digital, y los infinitos efectos posibles de esa manipulación. El propio uso del color fue en sus inicios una forma de subversión, al difuminar las distancias entre estas obras y la pintura e incidir en que la fotografía de autor podía trascender el blanco y negro. Podremos comprobar los frutos del rascado en negativo o de la adición de productos químicos, como la lejía, que disuelven formas, y llegarán sorpresas: cristalizaciones de Brancusi, un autorretrato de Dora Maar mirando hacia lo oculto, una sugerente abstracción de Wolfgang Tillmans (podría ser tinta, podría ser un acuario, pero en realidad no tomó la cámara) o la huella del autodidacta y originalísimo Pierre Cordier.

Wolfgang Tillmans, Urgency XVIII, 2006. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. RMN-GP. © Wolfgang Tillmans
Wolfgang Tillmans. Urgency XVIII, 2006. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. RMN-GP. © Wolfgang Tillmans
Sara Cwynar. Girl from Contact Sheet II, 2013. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Audrey Laurans/Dist. RMN-GP. © Derechos reservados
Sara Cwynar. Girl from Contact Sheet II, 2013. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Audrey Laurans/Dist. RMN-GP. © Derechos reservados

Y avanza la exposición poniendo el acento en nuestra percepción: los modos de mirar admiten también la experimentación y la duda. Nuestro ojo puede multiplicar sus capacidades gracias al miscroscopio, que permite grabar lo inaccesible, a la radiografía, el telescopio o los infrarrojos. No son escasos los fotógrafos que hoy se sirven de métodos antiguos (la imagen atávica es, en nuestro tiempo, transgresora), pero en este capítulo tampoco podían dejar de estar representados quienes han empleado estos instrumentos para fines médicos, militares o arquitectónicos.

Os sugerimos prestar atención a las imágenes lumínicas de Guilpin, Trouvelot y Vitkine, a las composiciones de Dennis Oppenheim a medio camino entre el land art y el body art, al cuerpo de Steven Pippin fotografiado desde una lavadora y, sobre todo, al proyecto From Hand to Mouth de Jeff Guess. Ocupa una imponente instalación en forma de impresión continua y suspendida de una estructura metálica: este artista y también poeta produjo los negativos colocando un trozo de película de 35 milímetros en su boca, cavidad que utilizó, sospecháis bien, como cámara oscura. En cada una de las imágenes que forman parte de este gran dispositivo circular, impresas a escala real y con el negativo visible al completo, veremos su mano tocando algún utensilio cotidiano: trabajó Guess con el cuerpo y desde él.

Su mundo es el explícitamente tangible, pero otros autores han decidido deformar lo visible para crear universos paralelos o para introducir la crítica social, por la vía de las sobreimpresiones de tomas, los recortes, la combinación de negativos, los collages o los procedimientos digitales.

Contemplaremos en CaixaForum una lírica imagen de François Kollar, collages narrativos de Ghérasim Luca (veréis que no son pocos los poetas en la exposición), una composición de Barbara Kruger en la que, como es habitual en esta autora, dialogan imagen y palabra, un fotomontaje de Brassaï con sus graffitis callejeros, concebido como esbozo para un tapiz o un gran gabinete de curiosidades diseñado por Ilit Azoulay a partir de objetos abandonados en casas derruidas de Tel Aviv; ellos nos sugieren olores, humedades, sonidos.

Y, como decíamos, se cierra esta exhibición mostrando cuerpos transformados: la anatomía siempre ha sido un terreno básico de exploración para los fotógrafos experimentales, por su carácter de materia orgánica flexible y su posibilidad de representar múltiples identidades. Aquí caben el erotismo, el romanticismo y la provocación surrealista: contemplaremos trabajos de Lucien Lorelle, Nathan Lerner, de nuevo Man Ray, Pierre Boucher o Jean-Paul Goude.

“Visiones expandidas” prueba, en suma, que el azar y el atrevimiento tienen mucho que ver con la historia de la fotografía. Y que la definición de la disciplina se encuentra muy lejos de ser unívoca e inmutable.

Brassai, Nocturne, 1972. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. RMN-GP. © Estate Brassaï – RMN-Grand Palais
Brassai. Nocturne, 1972. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. RMN-GP. © Estate Brassaï – RMN-Grand Palais
Roger Parry, Sans titre, c. 1930. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. RMN-GP. © RMN-Grand Palais
Roger Parry. Sin título, hacia 1930. Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. RMN-GP. © RMN-Grand Palais

 

 

“Visiones expandidas. Fotografía y experimentación”

CAIXAFORUM MADRID

Paseo del Prado, 36

Madrid

Del 1 de diciembre de 2022 al 26 de marzo de 2023

 

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